Epílogo.
La guerra había terminado. Galahad y sus más fieles seguidos se habían despeñado voluntariamente y su ejército se quedaba sin mando. Pero no tenía esa sensación de victoria.
Me acerqué a Haziel, que apuraba sus últimos momentos de vida.
-Parece que ganamos, compañero -Dijo Haziel con un intento de sonrisa.
-Asi es, fue un gran combate.
-Si -Le entraron arcadas -Tengo... -Le costaba hablar- Tengo que darte algo.
En ese momento varias personas entraron en la caverna, reconocí a Silent entre ellas. Puso una mano en mi hombro antes de arrodillarse ante su amigo.
-Haziel -Silent suspiró-Al final pudieron contigo.
-Te aseguro que... fuí un grano en el culo hasta el final...
Los tres sonreimos. Haziel sacó un medallon y me lo entregó, lo recibí gustoso si bien no sabía que era o que significaba.
-Se digno... del legado... que te entrego -Dijo Haziel antes de morir, el pecho dejó de moverse arriba y abajo. Había muerto.
Silent nos miraba alternativamente al medallón y a mí.
-El Medallon de la Orden -Dijo manteniendo fijos los ojos en el medallón.
-¿Perdona? -Contesté. Mi cerebro aun procesaba que Haziel acababa de morir.
-Ese medallón que te ha entregado no es un medallón cualquiera -Le miré extrañado.
-¿Qué quieres decir? -Pregunté cada vez más extrañado.
-Ese medallón -Nos interrumpió Prisma-Solo puede tenerlo el Maestre de la Orden de los Caballeros de Calradia, a quién se lo ha entregado su predecesor.
-¿¡Qué!?
-Asi es -Contestó Silent- Maestre.
-Aunque se que no es un buen momento ¿Quién eres tú? -Me preguntó Prisma -Haziel confiaba en tí para dejarte el liderazgo de la Orden. Pero no se si tu nombre y nunca he visto tu cara.
Retrocedí dos pasos.
-Soy el nuevo Maestre de la Orden.
Prisma se acercó a mi, amenazante.
-Dime tu nombre y quítate la mascara, no te lo repetiré otra vez.
Suspiré. Me llevé la mano a la mascara y me la quité despacio. Tanto Prisma como Aurora abrieron los ojos.
-Ya sabes quien soy.
3 meses más tarde.
En la capilla de Praven, unos cuantos afortunados están reunidos para celebrar una unión muy especial. Los asistentes divididos en dos partes bien diferenciadas: por un lado los miembros de la nobleza y familia real Swadiana junto con Hakim y su esposa por otro, 20 caballeros de la Orden de los Caballeros de Calradia con Silent al frente de todos ellos.
-Gracias por venir a este emocionante evento -Dijo Prisma, emocionada y con lagrimas en los ojos-Para mí es un honor poder presidir este acto que marcará las vidas de dos personas muy queridas para mí.
Prisma miró sonriendo al hombre y la mujer que estaban varios escalones por debajo de su atril, que le devolvían la sonrisa.
-Hoy celebraremos la unión en matrimonio de mi hermana, Aurora Doncella de Praven con Dermat, Maestre de la Orden de los Caballeros de Calradia.
1 año más tarde.
Silent y Prisma esperaban impacientes en la Sala del Trono, mientras yo iba de un lugar a otro de la habitación esperando noticias. Nadie decía nada, la tensión iba en aumento y yo estaba cada vez más preocupado.
Cuando mi paciencia estaba al limite y sus nervios estaban destrozados un llanto se coló en la habitación y a la vez, los tres soltamos el aire que sin darnos cuenta estábamos reteniendo. Silent y Prisma se me acercaron para intentar tranquilizarme ya que estaba más nervioso que nunca. Unos minutos más tarde la nodriza entró en la Sala del Trono con un pequeño bebe tapado con telas.
-Es niño -Dijo sonriendo-Tome.
Me acerqué a mi hijo y lo cogí, lo mecí y abrió los ojos, al verme sonrió antes de quedarse dormido.
-¡Dejame coger a mi sobrino! -Exigía Prisma impaciente, su aparente personalidad de fría Reina había dado paso a la de una niña, se calmo al cogerle -¿Habeís decidido ya un nombre?
La miré y sonreí.
-Si -Le cogí cogí a mi hijo-Mark.
La guerra había terminado. Galahad y sus más fieles seguidos se habían despeñado voluntariamente y su ejército se quedaba sin mando. Pero no tenía esa sensación de victoria.
Me acerqué a Haziel, que apuraba sus últimos momentos de vida.
-Parece que ganamos, compañero -Dijo Haziel con un intento de sonrisa.
-Asi es, fue un gran combate.
-Si -Le entraron arcadas -Tengo... -Le costaba hablar- Tengo que darte algo.
En ese momento varias personas entraron en la caverna, reconocí a Silent entre ellas. Puso una mano en mi hombro antes de arrodillarse ante su amigo.
-Haziel -Silent suspiró-Al final pudieron contigo.
-Te aseguro que... fuí un grano en el culo hasta el final...
Los tres sonreimos. Haziel sacó un medallon y me lo entregó, lo recibí gustoso si bien no sabía que era o que significaba.
-Se digno... del legado... que te entrego -Dijo Haziel antes de morir, el pecho dejó de moverse arriba y abajo. Había muerto.
Silent nos miraba alternativamente al medallón y a mí.
-El Medallon de la Orden -Dijo manteniendo fijos los ojos en el medallón.
-¿Perdona? -Contesté. Mi cerebro aun procesaba que Haziel acababa de morir.
-Ese medallón que te ha entregado no es un medallón cualquiera -Le miré extrañado.
-¿Qué quieres decir? -Pregunté cada vez más extrañado.
-Ese medallón -Nos interrumpió Prisma-Solo puede tenerlo el Maestre de la Orden de los Caballeros de Calradia, a quién se lo ha entregado su predecesor.
-¿¡Qué!?
-Asi es -Contestó Silent- Maestre.
-Aunque se que no es un buen momento ¿Quién eres tú? -Me preguntó Prisma -Haziel confiaba en tí para dejarte el liderazgo de la Orden. Pero no se si tu nombre y nunca he visto tu cara.
Retrocedí dos pasos.
-Soy el nuevo Maestre de la Orden.
Prisma se acercó a mi, amenazante.
-Dime tu nombre y quítate la mascara, no te lo repetiré otra vez.
Suspiré. Me llevé la mano a la mascara y me la quité despacio. Tanto Prisma como Aurora abrieron los ojos.
-Ya sabes quien soy.
3 meses más tarde.
En la capilla de Praven, unos cuantos afortunados están reunidos para celebrar una unión muy especial. Los asistentes divididos en dos partes bien diferenciadas: por un lado los miembros de la nobleza y familia real Swadiana junto con Hakim y su esposa por otro, 20 caballeros de la Orden de los Caballeros de Calradia con Silent al frente de todos ellos.
-Gracias por venir a este emocionante evento -Dijo Prisma, emocionada y con lagrimas en los ojos-Para mí es un honor poder presidir este acto que marcará las vidas de dos personas muy queridas para mí.
Prisma miró sonriendo al hombre y la mujer que estaban varios escalones por debajo de su atril, que le devolvían la sonrisa.
-Hoy celebraremos la unión en matrimonio de mi hermana, Aurora Doncella de Praven con Dermat, Maestre de la Orden de los Caballeros de Calradia.
1 año más tarde.
Silent y Prisma esperaban impacientes en la Sala del Trono, mientras yo iba de un lugar a otro de la habitación esperando noticias. Nadie decía nada, la tensión iba en aumento y yo estaba cada vez más preocupado.
Cuando mi paciencia estaba al limite y sus nervios estaban destrozados un llanto se coló en la habitación y a la vez, los tres soltamos el aire que sin darnos cuenta estábamos reteniendo. Silent y Prisma se me acercaron para intentar tranquilizarme ya que estaba más nervioso que nunca. Unos minutos más tarde la nodriza entró en la Sala del Trono con un pequeño bebe tapado con telas.
-Es niño -Dijo sonriendo-Tome.
Me acerqué a mi hijo y lo cogí, lo mecí y abrió los ojos, al verme sonrió antes de quedarse dormido.
-¡Dejame coger a mi sobrino! -Exigía Prisma impaciente, su aparente personalidad de fría Reina había dado paso a la de una niña, se calmo al cogerle -¿Habeís decidido ya un nombre?
La miré y sonreí.
-Si -Le cogí cogí a mi hijo-Mark.