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Invasion Zombi
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Re: Invasion Zombi
dermat me encanta tu estilo quires ser apollo de otro forero de gran talento para apoyarlo a la hora de crear historias para un juego que estamos haciendo con belda?
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dermat- Sargento a pie
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Re: Invasion Zombi
Antes que nada quiero dejar claro que este Capítulo es de transición, sin importancia. Por ello, me he permitido el lujo de bajar el nivel del capítulo. Pero, en los siguientes, que tienen gran importancia para el desarrollo de la historia, volveré a volcarme por completo en ellos.
Capítulo 6 La Batalla de Chalbek.
Los poseidos abandonaron el castillo cuando vieron llegar al ejército del Rey. Solo unos pocos prefirieron quedarse en el patio de armas intentando penetrar hasta la almena.
El ejército del Rey formaba de la forma habitual: una primera linea de huscarles nórdicos, una segúnda de guerreros nórdicos y finalmente los arqueros en retaguardia. Los flancos estaban defendidos por caballeros y jinetes mercenarios. El Rey había venido con todo.
Por contra, los poseidos formaban una masa variopinta de hombres, mujeres, ancianos y niños determinados a destrozar todo lo que se les ponga por delante.El hombre de negro había desaparecido.
Desde mi punto privilegiado pude seguir los primeros momentos de la batalla:
Los huscarles nórdicos avanzaron cubiertos por unas andanadas de los arqueros, que hicieron que los primeros poseidos cayesen rodando la colina. Los huscarles chocaron contra la masa de poseidos, sus hachas y espadas cercenaban miembros a diestro y siniestro. Pero la masa era demasiada, una vez perdido el empuje inicial los huscarles fueron rodeados.
El rey mandó a sus guerreros nórdicos a rescatar a sus huscarles, los guerreros volvieron a hacer retroceder a los poseidos, a cambio de un gran número de bajas para ambos bandos.
La infanteria empezó a retroceder, atrayendo a unos furiosos poseidos a campo abierto, donde la caballería cargó y destrozó cuerpos y cabezas.
Gran parte de los poseidos había muerto en la batalla, pero entonces nuestros propios muertos empezaron a levantarse en contra de nosotros, nuestros heridos perdieron la capacidad de reconocernos y nos atacaron.
Atacados desde dentro y desde fuera por nuestros amigos y hermanos, nuestros soldados fueron masacrados al verse, la mayoría, incapaces de hacer daño a sus amigos de toda la vida. La batalla se había decantado del lado poseido.
El ejército del Rey lanzó un último y desesperado intento con otro objetivo: alcanzar el castillo y sacarnos de allí. Quien llevó el peso del ataque fue Aurora. Ella, junto con sus hombres alcanzó la puerta del castillo, rapidamente bajamos a su encuentro y, peleando, volvimos con el Rey.
La batalla había terminado: mas de 200 nórdicos muertos y heridos nutrían las filas de nuestros enemigos, junto a ellos una veintena de swadianos tambien apoyaban al enemigo.
Se inició una desbandada general, que provocó mas bajas en nuestro bando. Mas de 300 hombres vinieron en nuestra ayuda, medio centenar quedan para luchar otro día.
Dos días mas tarde otra mala noticia llegó a nuestros oidos: el Mariscal Jarl Faarn, había muerto llevandose consigo 500 nórdicos que, en su mayoría, nutren al ejército enemigo. El ejército del norte había dejado de existir.
Capítulo 6 La Batalla de Chalbek.
Los poseidos abandonaron el castillo cuando vieron llegar al ejército del Rey. Solo unos pocos prefirieron quedarse en el patio de armas intentando penetrar hasta la almena.
El ejército del Rey formaba de la forma habitual: una primera linea de huscarles nórdicos, una segúnda de guerreros nórdicos y finalmente los arqueros en retaguardia. Los flancos estaban defendidos por caballeros y jinetes mercenarios. El Rey había venido con todo.
Por contra, los poseidos formaban una masa variopinta de hombres, mujeres, ancianos y niños determinados a destrozar todo lo que se les ponga por delante.El hombre de negro había desaparecido.
Desde mi punto privilegiado pude seguir los primeros momentos de la batalla:
Los huscarles nórdicos avanzaron cubiertos por unas andanadas de los arqueros, que hicieron que los primeros poseidos cayesen rodando la colina. Los huscarles chocaron contra la masa de poseidos, sus hachas y espadas cercenaban miembros a diestro y siniestro. Pero la masa era demasiada, una vez perdido el empuje inicial los huscarles fueron rodeados.
El rey mandó a sus guerreros nórdicos a rescatar a sus huscarles, los guerreros volvieron a hacer retroceder a los poseidos, a cambio de un gran número de bajas para ambos bandos.
La infanteria empezó a retroceder, atrayendo a unos furiosos poseidos a campo abierto, donde la caballería cargó y destrozó cuerpos y cabezas.
Gran parte de los poseidos había muerto en la batalla, pero entonces nuestros propios muertos empezaron a levantarse en contra de nosotros, nuestros heridos perdieron la capacidad de reconocernos y nos atacaron.
Atacados desde dentro y desde fuera por nuestros amigos y hermanos, nuestros soldados fueron masacrados al verse, la mayoría, incapaces de hacer daño a sus amigos de toda la vida. La batalla se había decantado del lado poseido.
El ejército del Rey lanzó un último y desesperado intento con otro objetivo: alcanzar el castillo y sacarnos de allí. Quien llevó el peso del ataque fue Aurora. Ella, junto con sus hombres alcanzó la puerta del castillo, rapidamente bajamos a su encuentro y, peleando, volvimos con el Rey.
La batalla había terminado: mas de 200 nórdicos muertos y heridos nutrían las filas de nuestros enemigos, junto a ellos una veintena de swadianos tambien apoyaban al enemigo.
Se inició una desbandada general, que provocó mas bajas en nuestro bando. Mas de 300 hombres vinieron en nuestra ayuda, medio centenar quedan para luchar otro día.
Dos días mas tarde otra mala noticia llegó a nuestros oidos: el Mariscal Jarl Faarn, había muerto llevandose consigo 500 nórdicos que, en su mayoría, nutren al ejército enemigo. El ejército del norte había dejado de existir.
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Invasión zombie, el Aar que estabas esperando:
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dermat- Sargento a pie
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Re: Invasion Zombi
Capítulo 7 El consejo de los 6
La noticia de la derrota del ejército del Norte se extendió rápido por toda Calradia. La preocupacion incial de los habitantes del Reino del Norte se transformó en pánico cuando se supo que Ragnar pretendía retirarse mas allá del rio Ismirala, poniendo su cuartel general en Wercheg. Grandes olas de refugiados se transladaron hacia la última zona protegida del Norte.
Los pocos hombres que quedaban del ejército del Norte, 100 soldados apenas, tomaron posiciones desde el mar hasta la frontera con Vaegir, siguiendo el curso del rio. Mientras los pocos Jarls supervivientes se refugiaban en Wercheg.
El Rey Ragnar me dió en privado varias cartas para cada uno de los Reyes. Al parecer mi enconada defensa de Chalbek y mi desempeño en la batalla de Kuom había hecho que me ganase su confianza.
Acompañado por Lady Aurora y sus hombres nos pusimos en camino hacia la capital Vaegir, hogar de su rey Yaglorek, nos recibió con todos los honores, deseoso de saber el estado de su tradicional enemigo. Su cara cambió cuando leyó la nota, solo dejó escapar una frase con un suspiro: "El consejo se reunira..."
Tras despedirnos, visitamos todos los Reinos: Khanato, Sultanato, Rodhook y, finalmente, la patria de Aurora, Swadia. En el tiempo que estuvimos viajando juntos, pude conocer mejor a esta famosa guerrera.
En Swadia, la hermana de Aurora prometió ponerse en camino al día siguiente. Con ella partimos hacia Wercheg. En el tercer día de camino, la Reina me preguntó:
-¿Sabes por que tú Rey quiere reunir al Gran Consejo?
-Mi señora, hasta hace unas semanas no sabía ni que existia ese Consejo del que tanto hablais. Pero supongo que es por los poseidos.
-Si Ragnar ha confiado en tí, supongo que no es del todo malo que te lo cuente. Cual es la razón de ser del Gran Consejo. El Consejo se creo hace 460 años, en tiempos del Imperio. Necros, se rebeló y, usando artes prohibidas levanto un ejército de cientos de hombres contra el Emperador. Ganamos la guerra, pero a un alto precio: El rey y sus herederos murieron en la última batalla. Cuando Necros huyó prometió vengarse y creo la Orden de Mancer, de seguidores fanáticos, el Imperio creo al Gran Consejo para perseguirle. Los poseidos, como vos les llamais son su arma, su conjuro, su hechizo con el que sus descendientes pretenden volver y dominar lo que Necros no pudo en su momento.
-Entonces, ¿El Consejo fue creado para prevenir esto?
La Reino soltó una carcajada.
-No, está hecho para siempre que la Orden de Mancer vuelva, haya estabilidad interna para poder luchar contra él. Si tu Rey lo ha convocado, significa que los Mancers han vuelto y habra una guerra total. Una guerra por la superviviencia.
La noticia de la derrota del ejército del Norte se extendió rápido por toda Calradia. La preocupacion incial de los habitantes del Reino del Norte se transformó en pánico cuando se supo que Ragnar pretendía retirarse mas allá del rio Ismirala, poniendo su cuartel general en Wercheg. Grandes olas de refugiados se transladaron hacia la última zona protegida del Norte.
Los pocos hombres que quedaban del ejército del Norte, 100 soldados apenas, tomaron posiciones desde el mar hasta la frontera con Vaegir, siguiendo el curso del rio. Mientras los pocos Jarls supervivientes se refugiaban en Wercheg.
El Rey Ragnar me dió en privado varias cartas para cada uno de los Reyes. Al parecer mi enconada defensa de Chalbek y mi desempeño en la batalla de Kuom había hecho que me ganase su confianza.
Acompañado por Lady Aurora y sus hombres nos pusimos en camino hacia la capital Vaegir, hogar de su rey Yaglorek, nos recibió con todos los honores, deseoso de saber el estado de su tradicional enemigo. Su cara cambió cuando leyó la nota, solo dejó escapar una frase con un suspiro: "El consejo se reunira..."
Tras despedirnos, visitamos todos los Reinos: Khanato, Sultanato, Rodhook y, finalmente, la patria de Aurora, Swadia. En el tiempo que estuvimos viajando juntos, pude conocer mejor a esta famosa guerrera.
En Swadia, la hermana de Aurora prometió ponerse en camino al día siguiente. Con ella partimos hacia Wercheg. En el tercer día de camino, la Reina me preguntó:
-¿Sabes por que tú Rey quiere reunir al Gran Consejo?
-Mi señora, hasta hace unas semanas no sabía ni que existia ese Consejo del que tanto hablais. Pero supongo que es por los poseidos.
-Si Ragnar ha confiado en tí, supongo que no es del todo malo que te lo cuente. Cual es la razón de ser del Gran Consejo. El Consejo se creo hace 460 años, en tiempos del Imperio. Necros, se rebeló y, usando artes prohibidas levanto un ejército de cientos de hombres contra el Emperador. Ganamos la guerra, pero a un alto precio: El rey y sus herederos murieron en la última batalla. Cuando Necros huyó prometió vengarse y creo la Orden de Mancer, de seguidores fanáticos, el Imperio creo al Gran Consejo para perseguirle. Los poseidos, como vos les llamais son su arma, su conjuro, su hechizo con el que sus descendientes pretenden volver y dominar lo que Necros no pudo en su momento.
-Entonces, ¿El Consejo fue creado para prevenir esto?
La Reino soltó una carcajada.
-No, está hecho para siempre que la Orden de Mancer vuelva, haya estabilidad interna para poder luchar contra él. Si tu Rey lo ha convocado, significa que los Mancers han vuelto y habra una guerra total. Una guerra por la superviviencia.
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- Mensaje n°29
Re: Invasion Zombi
Capítulo 8 Necromancers
Estabamos a un día de camino de Wercheg, la fatiga acumulado por los 5 días de marchas forzadas empezaba ha hacer mella en nosotros. Levantamos un campamento y nos fuimos a la cama rapidamente, un puñado de hombre se quedaba ha hacer guardia.
Por alguna razón me desperté en plena noche, no se que me llevo a levantarme, pero le debo la vida. Cuando salí de la tienda, lo primero que me llamó la atención fue el completo silencio que reinaba pues, aun en plena noche era normal escuchar el suave murmullo de los guardias que patrullaban pero, ni eso se escuchaba.
Debido al mal rollo que transmitía la situación volví a mi tienda y cogí mi espada. Me dirigí, en primer lugar a la tienda de la Reina y su hermana. Me acerqué a buen paso, estaba a unos 20 pasos de la tienda cuando ví el primer cadaver: un sargento swadiano muerto estaba tirado en el suelo, desenvainé y entré en la tienda.
Los hombres que había dentro me miraron sorprendidos, estaban vestidos con una gran capa negra, como el del Castillo de Chalbek, no habían atacado a la Reina ni a Aurora, estaban revisando con un espectacular sigilo la tienda real. En cuanto se recobraron de la sorpresa me atacaron, pero mi grito de ayuda fue más rápido:
-¡Guardia!¡Asesinos!
Levante la espada y bloqueé el primer ataque de mi enemigo, las dos chicas se despertaron y, al enteder la situación, cogieron rapidamente sus armas y atacaron tambien a los hombres de negro que cayeron ante nuestros espadazos. Los guardias entraron en ese momento en la tienda. Se llevaron a los muertos y se inició la busqueda de un posible tercer intruso que no se encontró.
La Reina, Aurora y yo fuimos a donde estaban los cadaveres de los hombres de negro. La Reina se arrodilló frente al cuerpo de uno y le qutó la capa y la camisa. Un simbolo negro adornaba el pecho del hombre de negro: un baculo cruzado por una espada situados sobre un libro. La Reina miro con rabia al hombre y ordenó la mutilación de su compañero, el cadaver de este aun nos sería util.
-Necromancers, ahora no hay duda. Los descendientes de Necros han vuelto.
-¿Necromancers? -pregunté- Pensaba que la Orden de Mancer solo usaba poseidos, aunque tambien vi a un hombre asi en Chalbek.
-¡¿Y no lo has dicho antes!? -Me gritó la Reina.
-Lo siento, no se porque lo olvidé.
-Bueno, un error lo tiene cualquiera -intercedió por mi Aurora. -Ahora, explicanos que difrencia a un Necromancer de un poseido.
-Un poseido es carnada, destinados a las grandes batallas. Un Necromancer es un fanático de Necros de alto rango, su cometido puede ir desde dirigir ejércitos como ha realizar trabajos de alta importancia, como han intentado esos cabrones. Me hubiese gustado pillar a uno vivo, si le hubiesemos torturado quizá hubiesemos sacado algo importante.
-Bueno, lo hecho, hecho está -comenté-Falta poco para que amanezca y el campamento esta patas arriba, recomiendo proseguir la marcha.
Al mediodia llegamos a Wercheg, al parecer el resto de reyes había llegado ya, incluso Graveth. Estaban todos reunidos y se necesitaba una autorización especial para entrar a la reunión, autorización que no había recibido ningún Jarl. Acompañé a la Reina y a Aurora a la Sala del Señor y, cuando me di la vuelta, uno de los soldados que montaba guardia me llamó:
-¿Es usted el comandante Dermat, señor?
-Asi es, soldado.
-Pase, se me ha ordenado dejarle pasar. Situese a la derecha del Rey.
-Entendido, gracias soldado.
Las chicas y yo entramos en el consejo. Los reyes saludaron a Prisma con respeto y esta, tras devolverles el saludo se sento en su pequeño trono, Aurora se situó a su derecha. Yo fui con Ragnar. Me fijé en los acompañantes de los otros reyes: ningún noble les acompañaban, ¿quienes eran los situados a sus derechas?
-¿Qué tal el viaje, Prisma? -Preguntó mi Rey
-Placido, Ragnar. Al menos hasta hace un día. Fuí atacada por dos Necromancers que buscaban algo en mi campamento, si no fuese por su representante, ahora mismo podría estar muerta.
"Representante" no sabía lo que era, pero debía ser importante. Un titulo relacionado con toda esta locura.
-Tonterias, la Orden de Mancer fue disuelta tras la última gran guerra -Protestó con vehemencia Sanjar -Nuestros ancestros estaban presentes en el ataque final contra su fortaleza Picos de Maldad. Muchos calradianos buenos y valientes murieron ese día. Todos los dirigentes de Mancer fueron pasados a cuchillo. No sobrevivió nadie.
-Entonces, mi querido Sanjar, ¿Cómo explicais esto? -Prisma miró a su hermana, Aurora que entendió la orden y salió de la sala, volvió acompañada por un soldado y tras depositar el bulto que llevaban saludó y se fue. Aurora destapó el bulto y una cara de horror e ira se dibujo en la cara de los reyes, de todos excepto de Ragnar y Prisma: el "bulto" era el cadaver del Necromancer, con el simbolo al descubierto. Yaglorek tomó la palabra:
-No hay duda señores, de que la Orden de Mancer está tras todo esto y, por tanto, estamos en una situación muy delicada. La derrota del ejército del Norte es, sin lugar a dudas, una muy mala noticia. Pero este Consejo fue creado para estas situaciones. Debemos crear una estrategia única ante el poderoso enemigo -Todos asintieron ante las palabras de Yaglorek.
El destino de toda Calradia estaba en manos de estos poderosos señores.
Estabamos a un día de camino de Wercheg, la fatiga acumulado por los 5 días de marchas forzadas empezaba ha hacer mella en nosotros. Levantamos un campamento y nos fuimos a la cama rapidamente, un puñado de hombre se quedaba ha hacer guardia.
Por alguna razón me desperté en plena noche, no se que me llevo a levantarme, pero le debo la vida. Cuando salí de la tienda, lo primero que me llamó la atención fue el completo silencio que reinaba pues, aun en plena noche era normal escuchar el suave murmullo de los guardias que patrullaban pero, ni eso se escuchaba.
Debido al mal rollo que transmitía la situación volví a mi tienda y cogí mi espada. Me dirigí, en primer lugar a la tienda de la Reina y su hermana. Me acerqué a buen paso, estaba a unos 20 pasos de la tienda cuando ví el primer cadaver: un sargento swadiano muerto estaba tirado en el suelo, desenvainé y entré en la tienda.
Los hombres que había dentro me miraron sorprendidos, estaban vestidos con una gran capa negra, como el del Castillo de Chalbek, no habían atacado a la Reina ni a Aurora, estaban revisando con un espectacular sigilo la tienda real. En cuanto se recobraron de la sorpresa me atacaron, pero mi grito de ayuda fue más rápido:
-¡Guardia!¡Asesinos!
Levante la espada y bloqueé el primer ataque de mi enemigo, las dos chicas se despertaron y, al enteder la situación, cogieron rapidamente sus armas y atacaron tambien a los hombres de negro que cayeron ante nuestros espadazos. Los guardias entraron en ese momento en la tienda. Se llevaron a los muertos y se inició la busqueda de un posible tercer intruso que no se encontró.
La Reina, Aurora y yo fuimos a donde estaban los cadaveres de los hombres de negro. La Reina se arrodilló frente al cuerpo de uno y le qutó la capa y la camisa. Un simbolo negro adornaba el pecho del hombre de negro: un baculo cruzado por una espada situados sobre un libro. La Reina miro con rabia al hombre y ordenó la mutilación de su compañero, el cadaver de este aun nos sería util.
-Necromancers, ahora no hay duda. Los descendientes de Necros han vuelto.
-¿Necromancers? -pregunté- Pensaba que la Orden de Mancer solo usaba poseidos, aunque tambien vi a un hombre asi en Chalbek.
-¡¿Y no lo has dicho antes!? -Me gritó la Reina.
-Lo siento, no se porque lo olvidé.
-Bueno, un error lo tiene cualquiera -intercedió por mi Aurora. -Ahora, explicanos que difrencia a un Necromancer de un poseido.
-Un poseido es carnada, destinados a las grandes batallas. Un Necromancer es un fanático de Necros de alto rango, su cometido puede ir desde dirigir ejércitos como ha realizar trabajos de alta importancia, como han intentado esos cabrones. Me hubiese gustado pillar a uno vivo, si le hubiesemos torturado quizá hubiesemos sacado algo importante.
-Bueno, lo hecho, hecho está -comenté-Falta poco para que amanezca y el campamento esta patas arriba, recomiendo proseguir la marcha.
Al mediodia llegamos a Wercheg, al parecer el resto de reyes había llegado ya, incluso Graveth. Estaban todos reunidos y se necesitaba una autorización especial para entrar a la reunión, autorización que no había recibido ningún Jarl. Acompañé a la Reina y a Aurora a la Sala del Señor y, cuando me di la vuelta, uno de los soldados que montaba guardia me llamó:
-¿Es usted el comandante Dermat, señor?
-Asi es, soldado.
-Pase, se me ha ordenado dejarle pasar. Situese a la derecha del Rey.
-Entendido, gracias soldado.
Las chicas y yo entramos en el consejo. Los reyes saludaron a Prisma con respeto y esta, tras devolverles el saludo se sento en su pequeño trono, Aurora se situó a su derecha. Yo fui con Ragnar. Me fijé en los acompañantes de los otros reyes: ningún noble les acompañaban, ¿quienes eran los situados a sus derechas?
-¿Qué tal el viaje, Prisma? -Preguntó mi Rey
-Placido, Ragnar. Al menos hasta hace un día. Fuí atacada por dos Necromancers que buscaban algo en mi campamento, si no fuese por su representante, ahora mismo podría estar muerta.
"Representante" no sabía lo que era, pero debía ser importante. Un titulo relacionado con toda esta locura.
-Tonterias, la Orden de Mancer fue disuelta tras la última gran guerra -Protestó con vehemencia Sanjar -Nuestros ancestros estaban presentes en el ataque final contra su fortaleza Picos de Maldad. Muchos calradianos buenos y valientes murieron ese día. Todos los dirigentes de Mancer fueron pasados a cuchillo. No sobrevivió nadie.
-Entonces, mi querido Sanjar, ¿Cómo explicais esto? -Prisma miró a su hermana, Aurora que entendió la orden y salió de la sala, volvió acompañada por un soldado y tras depositar el bulto que llevaban saludó y se fue. Aurora destapó el bulto y una cara de horror e ira se dibujo en la cara de los reyes, de todos excepto de Ragnar y Prisma: el "bulto" era el cadaver del Necromancer, con el simbolo al descubierto. Yaglorek tomó la palabra:
-No hay duda señores, de que la Orden de Mancer está tras todo esto y, por tanto, estamos en una situación muy delicada. La derrota del ejército del Norte es, sin lugar a dudas, una muy mala noticia. Pero este Consejo fue creado para estas situaciones. Debemos crear una estrategia única ante el poderoso enemigo -Todos asintieron ante las palabras de Yaglorek.
El destino de toda Calradia estaba en manos de estos poderosos señores.
krollling- Miliciano
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- Mensaje n°30
Re: Invasion Zombi
Dermat, gran historia, te felicito, y recuerda siempre el lema de la historia, ¡Wololo!
dermat- Sargento a pie
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- Mensaje n°31
Re: Invasion Zombi
Gracias por comentar Krolling, cualquier cosa que necesites avisame, joven aprendiz.
¡Wololo!
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Invasión zombie, el Aar que estabas esperando:
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garfielz77- Miliciano
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- Mensaje n°32
Re: Invasion Zombi
Han vuelto los zombies a Calradia y parece que llegan con fuerza, aniquilando el ejercito nordico a las primeras de cambio. Sigue asi Dermat.
dermat- Sargento a pie
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Facción : Reino de Swadia
- Mensaje n°33
Re: Invasion Zombi
Capítulo 9 Picos de Maldad.
El Consejo seguía reunido en Wercheg. Los Reyes y sus representantes discutían vivamente la estrategia a seguir:
-¡Debemos movilizarnos!¡No podemos permitir que nuestro enemigo siga expandiendose sin control! -Exigía Hakim.
-¡Debemos atacar de frente! Tenemos que aprovechar nuestra ventaja númerica antes de que sea demasiado tarde -Dijo Sanjar.
-¿Atacar de frente?¿Superioridad numerica? -se mofó Prisma-Es cierto que sobre el papel tenemos una superioridad aplastante. Pero el Ejército del Norte ha desaparecido como fuerza efectiva, el Ejército Vaegir y el mio son, por tanto, los únicos capaces de responder rapidamente ante esta invasión. Pero, mi ejército esta menguado por la guerra civil y el Vaegir desmovilizado por la prolongada etapa de paz. Vuestros ejércitos tardarían cerca de un mes en estar en la zona -dijo Prisma, señalando a Sanjar y Hakim -Adios a la superioridad y, si atacamos de frente, nuestros soldados muertos pasaran a su bando y por tanto, la ventaja cambiará de bando, sería una masacre.
-¿Y qué pretendes?¡¿Dejar que nuestro enemigo campe a sus anchas!? -Gritó Sanjar indignado.
-No, mi querido Sanjar. Propongo poner coto a las ansias expanionistas de nuestro rival, limitarle a su actual zona de influencia. Mi ejército, aun menguado, puede controlar los pasos de montaña que conectan el Norte con Swadia por el Sur. Si el Ejército Vaegir controla la frontera norte con ayuda de los pocos soldados que quedan del Norte, podríamos ganar tiempo mientras nos reunimos. ¿Cuanto tardarían tus hombres en vigilar activamente la frontera, Yaglorek?
-El ejército completo estaría movilizado en dos semanas mas o menos. Pero puedo enviar a los nobles de la frontera la orden de una movilización inmediata, por lo que podría vigilar las zonas importantes y, con caballería, establezer patrullas para cubrir el terreno restante hasta que llegue el resto del ejército -contestó Yaglorek.
-Entendido. Ragnar, ¿Cuantos hombres puedes movilizar para el combate? -Preguntó Prisma al Rey del Norte.
-En un mes, creo que podre reclutar unos doscientos entre nativos y mercenarios.
-Tendrá que ser suficiente. Mi ejército cuenta con 500 hombres. ¿Y los vuestros?
-800 -Contestó Sanjar.
-700 -Contesto Yaglorek.
-900 -Contestó Graveth
-800 -Contestó Hakim.
-Esos son 3900 hombres -dijo Prisma- Un ejército imponente. Pero, tenemos que encontrar el puesto de mando del enemigo. ¿Alguna idea?
-¿Picos de Maldad? -Dijo Ragnar- Fue el último puesto de mando de Mancer y se puede defender facilmente. ¿Ha sido remodelado Graveth?
-No. El conde de la zona me envía informes regulares sobre su estado. Hace un año fuí en persona, sigue totalmente derruido. Pero no perderíamos nada por echar un vistazo.
-¿Vamos en persona o nuestros representantes? -Preguntó Yaglorek.
-Los representantes mejor. Nosotros deberíamos encargarnos de los preparativos y las lineas defensivas -Dijo Prisma -¿Algun desacuerdo?
Ninguno dijo nada.
-Entonces los representantes partireis mañana a primera hora -Dijo Yaglorek -Dermat, se que eres nuevo que el resto te ponga al día.
Los Reyes dieron por termianda la reunión.
En algún lugar de Calradia.
Un hombre ataviado con ricas túnicas y la presencia de un Rey, recibía a uno de sus vasallos mas leales, el vasallo venía a entregar un mensaje. El aspecto totalmente negro que le daban sus ropajes le daba un aspecto tétrico pero no menos peligroso, todo acentuado por una sonrisa que sorprendia por su frialdad.
El hombre sentado en el trono hizo pasar al de negro. El de negro hizo una reverencia y se acerco a besar la mano de aquel al que consideraba su Rey.
-Mi señor Galahad, vengo a entregar el mensaje que me han recitado para vos.
-Pues recitalo, Drusser. No hagas esperar más a tú Rey.
-Lo que el espia me dijo fue lo siguiente: El consejo se ha reunido. Los usurpadores y sus representantes creen que la Orden de Mancer podría operar desde Picos de Maldad, enviaran a sus representantes.
Galahad sonrió.
-Todo va según lo previsto. Tendremos que prepararles un recibimiento a la altura de las circunstancias. Drusser, convoca a la Guardia Necrosiana. Será un recibimiento que nunca olvidaran.
El Consejo seguía reunido en Wercheg. Los Reyes y sus representantes discutían vivamente la estrategia a seguir:
-¡Debemos movilizarnos!¡No podemos permitir que nuestro enemigo siga expandiendose sin control! -Exigía Hakim.
-¡Debemos atacar de frente! Tenemos que aprovechar nuestra ventaja númerica antes de que sea demasiado tarde -Dijo Sanjar.
-¿Atacar de frente?¿Superioridad numerica? -se mofó Prisma-Es cierto que sobre el papel tenemos una superioridad aplastante. Pero el Ejército del Norte ha desaparecido como fuerza efectiva, el Ejército Vaegir y el mio son, por tanto, los únicos capaces de responder rapidamente ante esta invasión. Pero, mi ejército esta menguado por la guerra civil y el Vaegir desmovilizado por la prolongada etapa de paz. Vuestros ejércitos tardarían cerca de un mes en estar en la zona -dijo Prisma, señalando a Sanjar y Hakim -Adios a la superioridad y, si atacamos de frente, nuestros soldados muertos pasaran a su bando y por tanto, la ventaja cambiará de bando, sería una masacre.
-¿Y qué pretendes?¡¿Dejar que nuestro enemigo campe a sus anchas!? -Gritó Sanjar indignado.
-No, mi querido Sanjar. Propongo poner coto a las ansias expanionistas de nuestro rival, limitarle a su actual zona de influencia. Mi ejército, aun menguado, puede controlar los pasos de montaña que conectan el Norte con Swadia por el Sur. Si el Ejército Vaegir controla la frontera norte con ayuda de los pocos soldados que quedan del Norte, podríamos ganar tiempo mientras nos reunimos. ¿Cuanto tardarían tus hombres en vigilar activamente la frontera, Yaglorek?
-El ejército completo estaría movilizado en dos semanas mas o menos. Pero puedo enviar a los nobles de la frontera la orden de una movilización inmediata, por lo que podría vigilar las zonas importantes y, con caballería, establezer patrullas para cubrir el terreno restante hasta que llegue el resto del ejército -contestó Yaglorek.
-Entendido. Ragnar, ¿Cuantos hombres puedes movilizar para el combate? -Preguntó Prisma al Rey del Norte.
-En un mes, creo que podre reclutar unos doscientos entre nativos y mercenarios.
-Tendrá que ser suficiente. Mi ejército cuenta con 500 hombres. ¿Y los vuestros?
-800 -Contestó Sanjar.
-700 -Contesto Yaglorek.
-900 -Contestó Graveth
-800 -Contestó Hakim.
-Esos son 3900 hombres -dijo Prisma- Un ejército imponente. Pero, tenemos que encontrar el puesto de mando del enemigo. ¿Alguna idea?
-¿Picos de Maldad? -Dijo Ragnar- Fue el último puesto de mando de Mancer y se puede defender facilmente. ¿Ha sido remodelado Graveth?
-No. El conde de la zona me envía informes regulares sobre su estado. Hace un año fuí en persona, sigue totalmente derruido. Pero no perderíamos nada por echar un vistazo.
-¿Vamos en persona o nuestros representantes? -Preguntó Yaglorek.
-Los representantes mejor. Nosotros deberíamos encargarnos de los preparativos y las lineas defensivas -Dijo Prisma -¿Algun desacuerdo?
Ninguno dijo nada.
-Entonces los representantes partireis mañana a primera hora -Dijo Yaglorek -Dermat, se que eres nuevo que el resto te ponga al día.
Los Reyes dieron por termianda la reunión.
En algún lugar de Calradia.
Un hombre ataviado con ricas túnicas y la presencia de un Rey, recibía a uno de sus vasallos mas leales, el vasallo venía a entregar un mensaje. El aspecto totalmente negro que le daban sus ropajes le daba un aspecto tétrico pero no menos peligroso, todo acentuado por una sonrisa que sorprendia por su frialdad.
El hombre sentado en el trono hizo pasar al de negro. El de negro hizo una reverencia y se acerco a besar la mano de aquel al que consideraba su Rey.
-Mi señor Galahad, vengo a entregar el mensaje que me han recitado para vos.
-Pues recitalo, Drusser. No hagas esperar más a tú Rey.
-Lo que el espia me dijo fue lo siguiente: El consejo se ha reunido. Los usurpadores y sus representantes creen que la Orden de Mancer podría operar desde Picos de Maldad, enviaran a sus representantes.
Galahad sonrió.
-Todo va según lo previsto. Tendremos que prepararles un recibimiento a la altura de las circunstancias. Drusser, convoca a la Guardia Necrosiana. Será un recibimiento que nunca olvidaran.
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dermat- Sargento a pie
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Re: Invasion Zombi
Capítulo 10 La batalla de Picos de Maldad.
El grupo formado por los representantes de los Reinos llegó a las puertas de Picos de Maldad al noveno día de viaje. Este grupo lo formaban: Hemer (representante kherguita que, a pesar de su lealtad, usaba una imponente hacha de doble filo), Hazim (representante sarraní, armado con una maza y un escudo) Lacrin (representante vaegir, maestro arquero) Minarek (representante roodhokiense, armado con una singular espada con el mango en el medio), Aurora (la representante swadiana con sus dos espadas) y yo, con mi escudo y espada representando al reino nórdico.
La fortaleza se alzaba en la cumbre de la montaña mas alta, por un empinada rampa de acceso. Aun en ruinas se puede reconocer el esplendor que tuvo en otros tiempos: la muralla derruida en partes conserva gran parte de su altura, coronada por unas imponentes torres de hasta 10 metros de altura, pocas de ellas en pie. Finalmente, escavada en la roca se alza la propia fortaleza. Muchos años requirió el trabajo. Ahora yace maldita y abandonada esta antigua obra maestra.
Los representantes entramos en la fortificación, con las armas preparadas ante cualquier imprevisto se adentraron en esta inhospita tierra de nadie. Todos notaban el peligro que acechaba en las sombras, los nervios afloraban y la incertidumbre se apoderó de nosotros.
Lo primero que note fue una especie de silbido y el golpe seco en mi escudo: una flecha disparada desde las sombras había impactado en mi escudo. Una decena de hombres vestidos completamente de negro hicieron su aparición: desde el frente y a los flancos los hombres de negro salían blandiendo distintas armas y gritando: Por Necros el Grande.
La batalla fue corta, pero no por eso menos sangrienta. El primero al que me enfrenté me lanzó una estocada fuerte, pero mal colocada: impacto contra mi escudo, con una patada le obligué a retroceder y me concentré en el segundo que llegaba, tres golpes lancé y, el cuarto, demasiado rápido para mi enemigo atravesaba su pecho y le provocaba la muerte. Mi anterior enemigo, con un grito de furia se lanzó contra mí, su espada trazó un arco descendente y yo, en vez de pararlo con el escudo me hice a un lado. El golpe al aire provocó que mi rival perdiera el equilibrio, momento que aproveche para rajarle la garganta.
Miré a mi alrededor, la batalla había terminado. 12 hombres yacían muertos a nuestros pies, gracias a los Dioses no lamentabamos ninguna baja. No necesitabamos más pruebas, nos dispusimos a salir de aquella ratonera, pero ante nuestra sorpresa las puertas estaban bloqueadas: habían aprovechado la batalla para bloquearnos la ruta de escape.
En ese momento la puerta de la fortaleza se abrió y dos arqueros de negro aparecieron, lanzaron sus flechas y las esquivamos. Lacrin sacó su arco y disparó sendas flechas de una vez. Los atacantes cayeron muertos. No teníamos más remedio que avanzar por la puerta y a eso nos dispusimos.
El grupo formado por los representantes de los Reinos llegó a las puertas de Picos de Maldad al noveno día de viaje. Este grupo lo formaban: Hemer (representante kherguita que, a pesar de su lealtad, usaba una imponente hacha de doble filo), Hazim (representante sarraní, armado con una maza y un escudo) Lacrin (representante vaegir, maestro arquero) Minarek (representante roodhokiense, armado con una singular espada con el mango en el medio), Aurora (la representante swadiana con sus dos espadas) y yo, con mi escudo y espada representando al reino nórdico.
La fortaleza se alzaba en la cumbre de la montaña mas alta, por un empinada rampa de acceso. Aun en ruinas se puede reconocer el esplendor que tuvo en otros tiempos: la muralla derruida en partes conserva gran parte de su altura, coronada por unas imponentes torres de hasta 10 metros de altura, pocas de ellas en pie. Finalmente, escavada en la roca se alza la propia fortaleza. Muchos años requirió el trabajo. Ahora yace maldita y abandonada esta antigua obra maestra.
Los representantes entramos en la fortificación, con las armas preparadas ante cualquier imprevisto se adentraron en esta inhospita tierra de nadie. Todos notaban el peligro que acechaba en las sombras, los nervios afloraban y la incertidumbre se apoderó de nosotros.
Lo primero que note fue una especie de silbido y el golpe seco en mi escudo: una flecha disparada desde las sombras había impactado en mi escudo. Una decena de hombres vestidos completamente de negro hicieron su aparición: desde el frente y a los flancos los hombres de negro salían blandiendo distintas armas y gritando: Por Necros el Grande.
La batalla fue corta, pero no por eso menos sangrienta. El primero al que me enfrenté me lanzó una estocada fuerte, pero mal colocada: impacto contra mi escudo, con una patada le obligué a retroceder y me concentré en el segundo que llegaba, tres golpes lancé y, el cuarto, demasiado rápido para mi enemigo atravesaba su pecho y le provocaba la muerte. Mi anterior enemigo, con un grito de furia se lanzó contra mí, su espada trazó un arco descendente y yo, en vez de pararlo con el escudo me hice a un lado. El golpe al aire provocó que mi rival perdiera el equilibrio, momento que aproveche para rajarle la garganta.
Miré a mi alrededor, la batalla había terminado. 12 hombres yacían muertos a nuestros pies, gracias a los Dioses no lamentabamos ninguna baja. No necesitabamos más pruebas, nos dispusimos a salir de aquella ratonera, pero ante nuestra sorpresa las puertas estaban bloqueadas: habían aprovechado la batalla para bloquearnos la ruta de escape.
En ese momento la puerta de la fortaleza se abrió y dos arqueros de negro aparecieron, lanzaron sus flechas y las esquivamos. Lacrin sacó su arco y disparó sendas flechas de una vez. Los atacantes cayeron muertos. No teníamos más remedio que avanzar por la puerta y a eso nos dispusimos.
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Prodigy- Caballero de la Orden
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Re: Invasion Zombi
BoooM,dos Caps seguidos.
Seria muy bueno hacer este AAR en formato PDF.
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''Un hombre bueno puede ser idiota, pero un hombre malo tiene que ser inteligente''-Leonardo Davinci
-Eh? Aurora boreal? En esta época del año? A esta hora del día? En esta parte del mundo? Y ubicada específicamente en su cocina?
-Si
-Puedo verla?
-No
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Re: Invasion Zombi
Nah, 1 cap y 3 días más tarde otro, simplemente no había comentarios xD
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Re: Invasion Zombi
Capítulo 11 El Medallón
Durante un tiempo que se me antojaron horas nos fuimos adentrando en la fortaleza, matando a cuantos enemigos se pusieron por delante. Habíamos dejado un reguero de sangre y muerte a nuestro paso. Pero nuestros enemigos no se amilanaban y seguían llegando en pequeños grupos para morir ante nuestras espadas.
La batalla llegaba ya a su tercera hora, teníamos descansos de 5-10 minutos entre pelea y pelea, pero aun así estabamos agotados. Solo el profundo miedo a la muerte nos mantenía en guardia nerviosos y desesperados.
Tras matar a otros pocos guardias entramos en lo que antaño debía ser la sala del trono: un gran trono de oro macizo nos sorprende en el centro de la habitación, algunas columnas quedan en pie manteniendo el peso. Esqueletos con armaduras y armas nos dan la bienvenida: son los restos de la última gran batalla que presenció este apocaliptico lugar: esparcidos en torno al trono, son un mudo relato de la fiera batalla que estos hombres presentaron por su lider y su causa, aunque estuviese equivocada.
Nos esparcimos por el salón, buscando una salida pero no la encontramos. Me acerqué con cautela al impresionante trono que, increiblemente, se mantenía en buen estado. Un pequeño medallon yacía en uno de los reposabrazos, lo cogí para inspeccionarlo bien. La sorpresa que me llevé fué tan grande como espantosa: ese medallon pertenecía a mi difunto hermano. Este murió dos años atras, era mercenario al servicio de Swadia y en una campaña contra los rodhook fue abatido.
Me guardé el medallón rapidamente, pues no quería que lo viesen los representantes y mancharan la memoria de mi hermano. Aurora se me acercó por detras:
-¿Estas bien? Pareces haber visto un fantasma -comentó divertida por la cara que debía tener.
-No. Solamente es este lugar, me pone los pelos de punta.
Dio por buena la respuesta y se alejó. Seguí inspeccionando el antiguo lugar, pero nada de nada. Finalmente, como por arte de magía, tras un agudo "click" se abrió un hueco en la pared. Lo provocó Hazim que movio el palo de una antorcha hacia abajo. Entramos por el tunel que abría dicha puerta y durante unos minutos andamos a buen ritmo. Salimos a un almena del castillo. Lo que vimos nos sobrecogió: Cientos de hombres, bajo el estandarte de Necros formaban en la entrada del castillo. Su general, que tambien portaba el simbolo de una casa noble de Rodhook, pero no podía distinguir cual. Se acercó a las murallas:
-¡Salid del castillo! -Exigió-Os superamos ampliamente en número. Rendios y os perdonaremos la vida.
Nos miramos unos a otros. Todos teníamos el mismo brillo en nuestros ojos: el brillo de la determinación. Minarek gritó:
-¡Sois un traidor, Tarchias! El Rey se enterará de esto.
-¿Rey? -se mofó Tarchias-No es Rey de nada. Todos los nobles se han alzado en armas para apoyar a la Orden de Mancer. ¡El nuevo orden se acerca!
-Pagarás por esto, bastardo traidor. ¡Corred! -gritó Minarek
Seguimos al de Rodhok mientras un centenar de traidores entraban en la fortaleza: nos disparaban virotes y lanzaban piedras. Corríamos por nuestra vida. Finalmente, fuimos rodeados en la parte de atrás de la fortaleza. Al no haber más remedio nos lanzamos a las profundas aguas del rio que bordea el castillo.
Durante un tiempo que se me antojaron horas nos fuimos adentrando en la fortaleza, matando a cuantos enemigos se pusieron por delante. Habíamos dejado un reguero de sangre y muerte a nuestro paso. Pero nuestros enemigos no se amilanaban y seguían llegando en pequeños grupos para morir ante nuestras espadas.
La batalla llegaba ya a su tercera hora, teníamos descansos de 5-10 minutos entre pelea y pelea, pero aun así estabamos agotados. Solo el profundo miedo a la muerte nos mantenía en guardia nerviosos y desesperados.
Tras matar a otros pocos guardias entramos en lo que antaño debía ser la sala del trono: un gran trono de oro macizo nos sorprende en el centro de la habitación, algunas columnas quedan en pie manteniendo el peso. Esqueletos con armaduras y armas nos dan la bienvenida: son los restos de la última gran batalla que presenció este apocaliptico lugar: esparcidos en torno al trono, son un mudo relato de la fiera batalla que estos hombres presentaron por su lider y su causa, aunque estuviese equivocada.
Nos esparcimos por el salón, buscando una salida pero no la encontramos. Me acerqué con cautela al impresionante trono que, increiblemente, se mantenía en buen estado. Un pequeño medallon yacía en uno de los reposabrazos, lo cogí para inspeccionarlo bien. La sorpresa que me llevé fué tan grande como espantosa: ese medallon pertenecía a mi difunto hermano. Este murió dos años atras, era mercenario al servicio de Swadia y en una campaña contra los rodhook fue abatido.
Me guardé el medallón rapidamente, pues no quería que lo viesen los representantes y mancharan la memoria de mi hermano. Aurora se me acercó por detras:
-¿Estas bien? Pareces haber visto un fantasma -comentó divertida por la cara que debía tener.
-No. Solamente es este lugar, me pone los pelos de punta.
Dio por buena la respuesta y se alejó. Seguí inspeccionando el antiguo lugar, pero nada de nada. Finalmente, como por arte de magía, tras un agudo "click" se abrió un hueco en la pared. Lo provocó Hazim que movio el palo de una antorcha hacia abajo. Entramos por el tunel que abría dicha puerta y durante unos minutos andamos a buen ritmo. Salimos a un almena del castillo. Lo que vimos nos sobrecogió: Cientos de hombres, bajo el estandarte de Necros formaban en la entrada del castillo. Su general, que tambien portaba el simbolo de una casa noble de Rodhook, pero no podía distinguir cual. Se acercó a las murallas:
-¡Salid del castillo! -Exigió-Os superamos ampliamente en número. Rendios y os perdonaremos la vida.
Nos miramos unos a otros. Todos teníamos el mismo brillo en nuestros ojos: el brillo de la determinación. Minarek gritó:
-¡Sois un traidor, Tarchias! El Rey se enterará de esto.
-¿Rey? -se mofó Tarchias-No es Rey de nada. Todos los nobles se han alzado en armas para apoyar a la Orden de Mancer. ¡El nuevo orden se acerca!
-Pagarás por esto, bastardo traidor. ¡Corred! -gritó Minarek
Seguimos al de Rodhok mientras un centenar de traidores entraban en la fortaleza: nos disparaban virotes y lanzaban piedras. Corríamos por nuestra vida. Finalmente, fuimos rodeados en la parte de atrás de la fortaleza. Al no haber más remedio nos lanzamos a las profundas aguas del rio que bordea el castillo.
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haziel12- Sargento a pie
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Re: Invasion Zombi
Genial,buenísimo y perturbador como siempre!
Espero con ansias la proxima parte
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dermat- Sargento a pie
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Re: Invasion Zombi
Capítulo 12 Las últimas batallas del Norte.
El curso del rio nos llevó bastante lejos del castillo. El grupo estaba magullado y cansado, pero seguíamos vivos. La sombra de la traición de los Rodhook pesaba sobre nostoros con mas fuerza de la que podíamos soportar. Avanzamos lentamente hacia nuestro destino. Hasta que no separamos cada uno en dirección a su reino.
Tardé 12 días en llegar hasta Wercheg. Rodeé todo el camino, pasé por el Reino Vaegir donde me enteré de que Yaglorek había empezado a movilizar a su ejército y, que en breve, se disponía a partir a la frontera con el Reino del Norte, que seguía aguantando los embites del enemigo.
Cuando llegué a Wercheg la ciudad era un caos: los refugiados más retrasados se disponían a huir de la ciudad. Parece ser que por la noche la linea de defensa nórdica fue superada y el enemigo se dirige, imparable, a la ciudad. Todos los civiles huían mientras los pocos soldados se afanaban en fortificar la enorme ciudad.
El Rey me llamó a sus aponsentos, donde le puse al día de los acontecimientos, sin contarle nada del Medallon ni de mi hermano. Ragnar, normalmente llenó de energia y vitalidad, parecía 10 años más viejo, al igual que los pocos Jarls dispuestos a cumplir su juramento de proteger a su Rey hasta el final.
La ciudad, ya vacia y solo llena de militares, se reforzó increiblemente: en las almenas había dos cestas de 100 flechas cada una para los arqueros. En las murallas, se colocaron baldes preparados para contener aceite hirviendo. En las calles se formaron barricadas y puntos de contención. El cuartel se preparó como una fortaleza a parte.
El Bastión principal era el castillo, el Rey no lo rendiría mientras estuviese vivo y nosotros estabamos dispuestos a seguir su ejemplo hasta el final.
Al segundo día llegaron los primeros infectados y los hombres corrieron a sus puestos. La Gran Batalla había comenzado.
El curso del rio nos llevó bastante lejos del castillo. El grupo estaba magullado y cansado, pero seguíamos vivos. La sombra de la traición de los Rodhook pesaba sobre nostoros con mas fuerza de la que podíamos soportar. Avanzamos lentamente hacia nuestro destino. Hasta que no separamos cada uno en dirección a su reino.
Tardé 12 días en llegar hasta Wercheg. Rodeé todo el camino, pasé por el Reino Vaegir donde me enteré de que Yaglorek había empezado a movilizar a su ejército y, que en breve, se disponía a partir a la frontera con el Reino del Norte, que seguía aguantando los embites del enemigo.
Cuando llegué a Wercheg la ciudad era un caos: los refugiados más retrasados se disponían a huir de la ciudad. Parece ser que por la noche la linea de defensa nórdica fue superada y el enemigo se dirige, imparable, a la ciudad. Todos los civiles huían mientras los pocos soldados se afanaban en fortificar la enorme ciudad.
El Rey me llamó a sus aponsentos, donde le puse al día de los acontecimientos, sin contarle nada del Medallon ni de mi hermano. Ragnar, normalmente llenó de energia y vitalidad, parecía 10 años más viejo, al igual que los pocos Jarls dispuestos a cumplir su juramento de proteger a su Rey hasta el final.
La ciudad, ya vacia y solo llena de militares, se reforzó increiblemente: en las almenas había dos cestas de 100 flechas cada una para los arqueros. En las murallas, se colocaron baldes preparados para contener aceite hirviendo. En las calles se formaron barricadas y puntos de contención. El cuartel se preparó como una fortaleza a parte.
El Bastión principal era el castillo, el Rey no lo rendiría mientras estuviese vivo y nosotros estabamos dispuestos a seguir su ejemplo hasta el final.
Al segundo día llegaron los primeros infectados y los hombres corrieron a sus puestos. La Gran Batalla había comenzado.
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Re: Invasion Zombi
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Re: Invasion Zombi
Habia una historia sobre zombies en calradia en el antiguo foro, me acuerdo que el escritor habia preguntado quien queria que su nombre apareciera en la historia y yo pedi, justo cuando entraba con una carga de caballeria el foro cayo jaja
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- Mensaje n°42
Re: Invasion Zombi
Lo sé Kharfax, lo sé. La historia era mía y si, tambien tenía pensado volver ha hacer lo de los nombres. Pero lo dejo para cuando llegue a las 1000 visitas, como recompensa para los lectores xD
Gracias a Dios aun tengo los esquemas de la primera historia y con ella como base me guié para hacer este "Final de la humanidad 2.0" xD
Gracias a Dios aun tengo los esquemas de la primera historia y con ella como base me guié para hacer este "Final de la humanidad 2.0" xD
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- Mensaje n°43
Re: Invasion Zombi
Capítulo 13 Caen las murallas.
Los primeros infectados habían salido de sus agujeros para destrozar nuestra ciudad. Pasaban las horas y con ellas el primer día. Varios centenares de infectados se habían congregado en las afueras de la muralla. El puerto había sido cerrado y una veintena de hombres lo vigilaban día y noche.
Al tercer día cerca de 1000 infectados aguardaban en la ciudad, ahora completamente rodeada. Los últimos refuerzos y suministros entraron en la ciudad hace 12 horas, cuando el cerco aun no estaba cerrado: 30 hombres y 2 carros de suministros. Teníamos suministros para aguantar casi dos meses de asedio, pero algo me dice que no necesitaremos tanta comida.
La guarnición ascendía a poco mas de 200 hombres, de los cuales poco más de 100 eran profesionales, el resto voluntarios que junto a su Rey decidieron luchar hasta el final. Junto al Rey 4 Jarls se mantuvieron firmes a su juramento. Pero no eran los Jarls de siempre, pues estos habían muerto ante los infectados hace ya tiempo, eran todos nuevos. Jarls que antes eran nobles de segunda o tercera categoría, sus nombres son: Fern (que se encarga de defender el puerto), Killer (encargado de la parte oeste de la muralla), Pikto (que dirige a los hombres de la parte este de la muralla) y Leazgan (encargado de la Guardia Real que defiende el castillo) yo, con algo más de 40 hombres a mis órdenes defiendo el centro de la muralla.
Dos días más tardaron los infectados en lanzar su ataque, un ataque simultaneo en todos los puntos: la muralla al completo fue asaltada al mismo tiempo que casi un centenar de infectados atacaban a los defensores del puerto
.
Escaleras infectadas realizadas clavando cuerpos infectados unos a otros se alzaban hasta las murallas. Las manos de los infectados se aferraban con rabia a la fría piedra y los infectados ascendían sobre sus compañeros clavados.
Mis hombres sabían lo que tenían que hacer: nuestro objetivo no era defender la ciduad, pues era imposible, sino mantener a tantos infectados como sea posible fijados en nuestra ciudad, alejándolos de otros frentes y destrozándolos.
Alcé mi espada sobre mi cabeza y la bajé con furía para destrozar el craneo del primer infectado que cayó sobre sus rodillas ahora muerto. Impulsé su cuerpo de una patada para liberar mi espada. Giré sobre mí mismo y mi espada rajó el cuerpo de otro infectado. La batalla siguió impasible durante una hora más, nuestros hombres resistían en todos los puntos, pero estabamos a punto de ser sobrepasados.
El primer punto en colapsar fue el puerto, los infectados tras una dura y sangrienta lucha obligaron a los defensores a retroceder hacía el castillo. Los infectados ascendieron desde el puerto a la muralla. Los hombres se enfrentaron con valentía ante tal amenaza, pero luchando desde el frente y desde el flanco fueron sobre pasados. El oeste había caido.
Ordené la retirada de mis hombres y envié a uno de ellos al Jarl del este, Pikto, para contarle la situación. Él ordenó tambien una retirada a las calles. Levantamos barricadas en las tres calles de la ciudad. Las casas se convirtieron en mini fortalezas defendidas hasta la muerte. Los infectados reducían el cerco sobre nuestros hombres y no teníamos manera de impedirlo. La batalla no pasaría de esta noche.
Los primeros infectados habían salido de sus agujeros para destrozar nuestra ciudad. Pasaban las horas y con ellas el primer día. Varios centenares de infectados se habían congregado en las afueras de la muralla. El puerto había sido cerrado y una veintena de hombres lo vigilaban día y noche.
Al tercer día cerca de 1000 infectados aguardaban en la ciudad, ahora completamente rodeada. Los últimos refuerzos y suministros entraron en la ciudad hace 12 horas, cuando el cerco aun no estaba cerrado: 30 hombres y 2 carros de suministros. Teníamos suministros para aguantar casi dos meses de asedio, pero algo me dice que no necesitaremos tanta comida.
La guarnición ascendía a poco mas de 200 hombres, de los cuales poco más de 100 eran profesionales, el resto voluntarios que junto a su Rey decidieron luchar hasta el final. Junto al Rey 4 Jarls se mantuvieron firmes a su juramento. Pero no eran los Jarls de siempre, pues estos habían muerto ante los infectados hace ya tiempo, eran todos nuevos. Jarls que antes eran nobles de segunda o tercera categoría, sus nombres son: Fern (que se encarga de defender el puerto), Killer (encargado de la parte oeste de la muralla), Pikto (que dirige a los hombres de la parte este de la muralla) y Leazgan (encargado de la Guardia Real que defiende el castillo) yo, con algo más de 40 hombres a mis órdenes defiendo el centro de la muralla.
Dos días más tardaron los infectados en lanzar su ataque, un ataque simultaneo en todos los puntos: la muralla al completo fue asaltada al mismo tiempo que casi un centenar de infectados atacaban a los defensores del puerto
.
Escaleras infectadas realizadas clavando cuerpos infectados unos a otros se alzaban hasta las murallas. Las manos de los infectados se aferraban con rabia a la fría piedra y los infectados ascendían sobre sus compañeros clavados.
Mis hombres sabían lo que tenían que hacer: nuestro objetivo no era defender la ciduad, pues era imposible, sino mantener a tantos infectados como sea posible fijados en nuestra ciudad, alejándolos de otros frentes y destrozándolos.
Alcé mi espada sobre mi cabeza y la bajé con furía para destrozar el craneo del primer infectado que cayó sobre sus rodillas ahora muerto. Impulsé su cuerpo de una patada para liberar mi espada. Giré sobre mí mismo y mi espada rajó el cuerpo de otro infectado. La batalla siguió impasible durante una hora más, nuestros hombres resistían en todos los puntos, pero estabamos a punto de ser sobrepasados.
El primer punto en colapsar fue el puerto, los infectados tras una dura y sangrienta lucha obligaron a los defensores a retroceder hacía el castillo. Los infectados ascendieron desde el puerto a la muralla. Los hombres se enfrentaron con valentía ante tal amenaza, pero luchando desde el frente y desde el flanco fueron sobre pasados. El oeste había caido.
Ordené la retirada de mis hombres y envié a uno de ellos al Jarl del este, Pikto, para contarle la situación. Él ordenó tambien una retirada a las calles. Levantamos barricadas en las tres calles de la ciudad. Las casas se convirtieron en mini fortalezas defendidas hasta la muerte. Los infectados reducían el cerco sobre nuestros hombres y no teníamos manera de impedirlo. La batalla no pasaría de esta noche.
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Re: Invasion Zombi
Capítulo 14 Wercheg en llamas.
Estoy a salvo, humillado y vigilado cual animal salvaje, pero vivo. Vivo y en busca de respuestas. Todo empezó con el repliegue tras las murallas.
Las barricadas aguantaban el embite de la marea infectada. Pero el desánimo empezaba a cundir entre los valientes soldados. Estas valientes personas, hombres y mujeres por igual, se enfrentaban a un enemigo mortal y sin miedo. Sabiendo que la muerte les puede llegar en cualquier momento y que ninguno pasará de esta noche luchaban como el mismo demonio.
Los infectados no se cansaban de estrellarse contra la muralla de madera coronada de lanzas y estacas. A decenas caían pero cientos ocupaban su lugar. La perdición llegó de la primera acción inteligente de los infectados.
Era noche cerrada y las antorchas apenas iluminaban unos metros al frente. La zona llevaba media hora tranquila, como la calma que antecede a la tempestad. Lo primero que oímos fué un gruñido gutural. Despues, antes de darnos cuenta de lo que pasaba los infectados habían atravesado las barricadas: saltaban desde los tejados adyacentes, cayendo como una lluvia sobre nosotros.
La batalla duro a penas unos minutos, no me dió tiempo ni a coger mi espada: los pocos soldados preparados para luchar fueron rapidamente desbordados y el resto inició una alocada carrera al castillo.
Hacinados tras las poderosas murallas y la gruesa puerta de acero del castillo. Unos quince hombres, Pikto, Leazgan y el Rey defendiamos un castillo que antaño albergaba a un centenar de hombres. Las puertas aguantaban los golpes de las manos desnudas de los infectados. Los nervios estaban a flor de piel y la desesperanza se abatió sobre nosotros sin piedad. Estaba aceptando mi destino y mi próxima muerte cuando un hombre se me acercó. Era joven y tenía unos ojos marrones que dejaban ver una gran inteligencia y determinación.
Abrió la mano y un medallón con el mismo símbolo que el de mi hermano descansaba sobre su palma. Abrí mucho los ojos y le miré a la cara que mostraba una disimulada sonrisa.
-Ven -ordenó mas que pidió. Las preguntas se me amontonaban y, dispuesto a encontrar respuestas, le seguí. Andamos durante 5 minutos hasta entrar a una pequeña sala lateral.
Me miró y, tras sopesar sus próximas palabras, dijo:
-Tu hermano esta vivo.
Mi corazón dejó de latir. Le miré con odio.
-Panther esta muerto, murió en batalla, como un valiente.
El hombre volvió a sonreir.
-Eso es lo que todos creen. Panther esta muy vivo, Dermis.
La sorpresa me invadió. Solo una persona me llamaba así, Panther. Si él sabía ese apodo era porque Panther se lo había dicho y, por tanto, confiaba en él bastante.
-Parece que me crees ahora -siguió el desconocido-Supongo que querrás verle.
Asentí.
-Eso es imposible. A menos que hagas lo que yo te diga.
-¿Qué tengo que hacer? -Me daba todo igual. Mi hermano es lo primero.
-Abrir la puerta principal. Si no lo haces no verás a tu hermano nunca más.
-¿¡Qué!? ¡Morirán todos! -Protesté incrédulo.
-Tu hermano o ellos. Es tu elección.
Miré al techo y suspiré, me pasé la mano por el pelo mientras sopesaba las opciones: ¿Es cierto lo que dice?¿Vale mi hermano las vidas de 18 hombres?¿De verdad mi hermano trabaja para la Orden de Mancer? Sea como sea, ese hombre conocía a mi hermano, eso valía por ahora.
-Esta bien -Él sonrió y me tendió la mano, que apreté sin vacilar.
-Pues manos a la obra.
La puerta del castillo había sido derribada al inicio del asedio, en su lugar los huecos la verja de metal que caía y cubría la puerta fueron rellenados. Proporciando una barrera infranqueable desde fuera. Un mecanismo permitía abrir la puerta en pocos minutos
.
Me acerqué primero a la cocina y cogí dos cuencos de comida. Mi nuevo aliado me seguía como un perrito faldero, comparación que me hizo sonreir como un idiota durante todo el camino hasta la sala del mecanismo. Este estaba defendido por dos soldados. Me saludaron con un movimiento de cabeza.
-Vengo a traeros algo de caldo, chicos. Hace frío y hay que mantener el cuerpo caliente.
Era uno de los hombres de confianza del Rey y los soldados en ningún momento desconfiaron de mí. Deslizé la daga a mi mano y, antes de que el primero pudiese reaccinar mi daga descansaba en su cuello. El segundo fue a desenvainar su espada pero mi compañero lanzo dos cuchillos a su pecho. Mi aliado se acercó al moribundo soldado y le cortó el cuello.
-Venga -exigió-Cuando abrás la puerta no te alejes de mí ni un milimetro o serás parte de su cena.
Asentí y tire de la rueda. Unos segundos despues se oyeron los primeros gritos de alarma, seguidos de los característicos ruidos del combate. Durante unos minutos los gritos y el familiar sonido del metal cortando carne dominaron el ambiente hasta que de pronto se apagó
-En marcha -ordenó mi compañero.
Siguiendo sus instrucciones no me despegué de él. La marea de infectados parecieron no darse cuenta de mi existencia.
A las afueras de la ciudad los ví: 7 hombres vestidos totalmente de negro, la elite de Mancer. Uno de ellos le lanzó una capa totalmente negra a mi compañero. Me ordenaron subir a un caballo que ellos guiaron durante varios días.
Al séptimo vi una casa a lo lejos...
Estoy a salvo, humillado y vigilado cual animal salvaje, pero vivo. Vivo y en busca de respuestas. Todo empezó con el repliegue tras las murallas.
Las barricadas aguantaban el embite de la marea infectada. Pero el desánimo empezaba a cundir entre los valientes soldados. Estas valientes personas, hombres y mujeres por igual, se enfrentaban a un enemigo mortal y sin miedo. Sabiendo que la muerte les puede llegar en cualquier momento y que ninguno pasará de esta noche luchaban como el mismo demonio.
Los infectados no se cansaban de estrellarse contra la muralla de madera coronada de lanzas y estacas. A decenas caían pero cientos ocupaban su lugar. La perdición llegó de la primera acción inteligente de los infectados.
Era noche cerrada y las antorchas apenas iluminaban unos metros al frente. La zona llevaba media hora tranquila, como la calma que antecede a la tempestad. Lo primero que oímos fué un gruñido gutural. Despues, antes de darnos cuenta de lo que pasaba los infectados habían atravesado las barricadas: saltaban desde los tejados adyacentes, cayendo como una lluvia sobre nosotros.
La batalla duro a penas unos minutos, no me dió tiempo ni a coger mi espada: los pocos soldados preparados para luchar fueron rapidamente desbordados y el resto inició una alocada carrera al castillo.
Hacinados tras las poderosas murallas y la gruesa puerta de acero del castillo. Unos quince hombres, Pikto, Leazgan y el Rey defendiamos un castillo que antaño albergaba a un centenar de hombres. Las puertas aguantaban los golpes de las manos desnudas de los infectados. Los nervios estaban a flor de piel y la desesperanza se abatió sobre nosotros sin piedad. Estaba aceptando mi destino y mi próxima muerte cuando un hombre se me acercó. Era joven y tenía unos ojos marrones que dejaban ver una gran inteligencia y determinación.
Abrió la mano y un medallón con el mismo símbolo que el de mi hermano descansaba sobre su palma. Abrí mucho los ojos y le miré a la cara que mostraba una disimulada sonrisa.
-Ven -ordenó mas que pidió. Las preguntas se me amontonaban y, dispuesto a encontrar respuestas, le seguí. Andamos durante 5 minutos hasta entrar a una pequeña sala lateral.
Me miró y, tras sopesar sus próximas palabras, dijo:
-Tu hermano esta vivo.
Mi corazón dejó de latir. Le miré con odio.
-Panther esta muerto, murió en batalla, como un valiente.
El hombre volvió a sonreir.
-Eso es lo que todos creen. Panther esta muy vivo, Dermis.
La sorpresa me invadió. Solo una persona me llamaba así, Panther. Si él sabía ese apodo era porque Panther se lo había dicho y, por tanto, confiaba en él bastante.
-Parece que me crees ahora -siguió el desconocido-Supongo que querrás verle.
Asentí.
-Eso es imposible. A menos que hagas lo que yo te diga.
-¿Qué tengo que hacer? -Me daba todo igual. Mi hermano es lo primero.
-Abrir la puerta principal. Si no lo haces no verás a tu hermano nunca más.
-¿¡Qué!? ¡Morirán todos! -Protesté incrédulo.
-Tu hermano o ellos. Es tu elección.
Miré al techo y suspiré, me pasé la mano por el pelo mientras sopesaba las opciones: ¿Es cierto lo que dice?¿Vale mi hermano las vidas de 18 hombres?¿De verdad mi hermano trabaja para la Orden de Mancer? Sea como sea, ese hombre conocía a mi hermano, eso valía por ahora.
-Esta bien -Él sonrió y me tendió la mano, que apreté sin vacilar.
-Pues manos a la obra.
La puerta del castillo había sido derribada al inicio del asedio, en su lugar los huecos la verja de metal que caía y cubría la puerta fueron rellenados. Proporciando una barrera infranqueable desde fuera. Un mecanismo permitía abrir la puerta en pocos minutos
.
Me acerqué primero a la cocina y cogí dos cuencos de comida. Mi nuevo aliado me seguía como un perrito faldero, comparación que me hizo sonreir como un idiota durante todo el camino hasta la sala del mecanismo. Este estaba defendido por dos soldados. Me saludaron con un movimiento de cabeza.
-Vengo a traeros algo de caldo, chicos. Hace frío y hay que mantener el cuerpo caliente.
Era uno de los hombres de confianza del Rey y los soldados en ningún momento desconfiaron de mí. Deslizé la daga a mi mano y, antes de que el primero pudiese reaccinar mi daga descansaba en su cuello. El segundo fue a desenvainar su espada pero mi compañero lanzo dos cuchillos a su pecho. Mi aliado se acercó al moribundo soldado y le cortó el cuello.
-Venga -exigió-Cuando abrás la puerta no te alejes de mí ni un milimetro o serás parte de su cena.
Asentí y tire de la rueda. Unos segundos despues se oyeron los primeros gritos de alarma, seguidos de los característicos ruidos del combate. Durante unos minutos los gritos y el familiar sonido del metal cortando carne dominaron el ambiente hasta que de pronto se apagó
-En marcha -ordenó mi compañero.
Siguiendo sus instrucciones no me despegué de él. La marea de infectados parecieron no darse cuenta de mi existencia.
A las afueras de la ciudad los ví: 7 hombres vestidos totalmente de negro, la elite de Mancer. Uno de ellos le lanzó una capa totalmente negra a mi compañero. Me ordenaron subir a un caballo que ellos guiaron durante varios días.
Al séptimo vi una casa a lo lejos...
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haziel12- Sargento a pie
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Re: Invasion Zombi
Que misterio.
Es perturbador.
Es perturbador.
AdrosRC- Espadachín
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Re: Invasion Zombi
impresionante!! no esperaba que termine asi este capitulo fue mucha sorpresa xD
dermat- Sargento a pie
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Re: Invasion Zombi
Vivo por y para la sorpresa y el misterio.
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Re: Invasion Zombi
Capítulo 15 La Montaña Verde.
Durante la semana que pase con estos siervos de Mancer no conseguí averiguar nada ni de mi hermano ni de Mancer. El camino terminaba en la entrada de la casa, al pie de una montaña. Nuestro guía y jefe del grupo se bajó del caballo y aporreó la puerta. Unos quejidos le respondieron:
-¡Ya va! Joder, ni descansar puede uno... -Al ver la cara del guía se puso pálido -¡Señor! No le esperabamos.
-Ha habido un cambio de planes. Dejanos pasar, rápido.
El guarda se hizo a un lado y, tras dejar los caballos en el pasto, entramos en la casa. La casa distaba mucho de ser habitable, era un único habitáculo. Nuestro guía empujo un trozo de la pared y, ante mi sorpresa, la pared se movió dejando una pequeña abertura por la que nos deslizamos. El pasillo se hundía en las profundidades de la montaña, estaba iluminado por unas antorchas. Tardamos 20 minutos en llegar al otro lado.
Dos guardias montaban guardia al final del pasillo. Al vernos llegar se pusieron firmes y uno de ellos, tras el saludo militar apropiado abrió la puerta y entró, nosotros le seguimos. Entramos en un segundo pasillo, en su final nacían 3 pasillos más. Esto era un laberinto.
-Por aquí -dijo el jefe de la expedición. Señalando al pasillo de la izquierda, que subía en dirección al cielo y era bastante empinado.
Seguimos al de Mancer durante un buen rato. Lo que ví al salir del pasillo me dejó asombrado: el pasillo terminaba en un frondoso prado, en el centro del mismo se levantaba un enorme castillo.
-Es la Montaña Verde -Comentó uno de los de Mancer- En tiempos del Imperio esta montaña era muy famosa en el mundo entero. En el centro de la misma, guardada por los picos de la montaña un prado, un bosque y un lago descansaban. Es obra de los mismos dioses. Tras la Guerra destruímos todos los escritos de este lugar y propagamos rumores sobre maldiciones. Nadie se acerca aquí desde hace siglos.
Era un Cuartel General increible, había que admitirlo. La belleza del lugar era totalmente exquisita y el castillo que se alzaba en el centro, se fundía con el paisaje. Una comitiva salió del castillo para recibirnos. Mi sorpresa fue mayor que nunca al reconocer al lider de la comitiva: Panther, mi hermano.
Durante la semana que pase con estos siervos de Mancer no conseguí averiguar nada ni de mi hermano ni de Mancer. El camino terminaba en la entrada de la casa, al pie de una montaña. Nuestro guía y jefe del grupo se bajó del caballo y aporreó la puerta. Unos quejidos le respondieron:
-¡Ya va! Joder, ni descansar puede uno... -Al ver la cara del guía se puso pálido -¡Señor! No le esperabamos.
-Ha habido un cambio de planes. Dejanos pasar, rápido.
El guarda se hizo a un lado y, tras dejar los caballos en el pasto, entramos en la casa. La casa distaba mucho de ser habitable, era un único habitáculo. Nuestro guía empujo un trozo de la pared y, ante mi sorpresa, la pared se movió dejando una pequeña abertura por la que nos deslizamos. El pasillo se hundía en las profundidades de la montaña, estaba iluminado por unas antorchas. Tardamos 20 minutos en llegar al otro lado.
Dos guardias montaban guardia al final del pasillo. Al vernos llegar se pusieron firmes y uno de ellos, tras el saludo militar apropiado abrió la puerta y entró, nosotros le seguimos. Entramos en un segundo pasillo, en su final nacían 3 pasillos más. Esto era un laberinto.
-Por aquí -dijo el jefe de la expedición. Señalando al pasillo de la izquierda, que subía en dirección al cielo y era bastante empinado.
Seguimos al de Mancer durante un buen rato. Lo que ví al salir del pasillo me dejó asombrado: el pasillo terminaba en un frondoso prado, en el centro del mismo se levantaba un enorme castillo.
-Es la Montaña Verde -Comentó uno de los de Mancer- En tiempos del Imperio esta montaña era muy famosa en el mundo entero. En el centro de la misma, guardada por los picos de la montaña un prado, un bosque y un lago descansaban. Es obra de los mismos dioses. Tras la Guerra destruímos todos los escritos de este lugar y propagamos rumores sobre maldiciones. Nadie se acerca aquí desde hace siglos.
Era un Cuartel General increible, había que admitirlo. La belleza del lugar era totalmente exquisita y el castillo que se alzaba en el centro, se fundía con el paisaje. Una comitiva salió del castillo para recibirnos. Mi sorpresa fue mayor que nunca al reconocer al lider de la comitiva: Panther, mi hermano.
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Kharfax- Espadachín
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Re: Invasion Zombi
Dermat!! mantenelo como la historia anterior, la original, "no sabemos que pasa, sólo sabemos que nos quieren comer" es como la diferencia de la guerra de los mundos entre la original y nueva, en la original se mostraba a los generales y al presidente sabiendo todo, en la nueva sólo importaba sobrevivir! muy buena, te felicito! y haceme participar como la vez anterior XD
dermat- Sargento a pie
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Re: Invasion Zombi
Bueno, la historia original era una historia de pura supervivencia y cambios para adaptarse a lo nuevo, a la nueva amenaza. En esta tengo pensado algunos cambios que relatare en el spoiler (LEED BAJO VUESTRA PROPIA RESPONSABILIDAD XD)
Dicho esto, he de decir que hasta este momento era como la primera parte, para presentar a todos los personajes. Estoy trabajando en la segunda parte que subiré en unos días.
- Argumento:
- En esta, al contrario que lo anterior, solo hay un personaje principal y varios secundarios, con más o menos importancia. Si recordaís, en la anterior el personaje variaba según quien tuviese el diario. Tambien, aquí el personaje estará del "otro lado". Como una especie de agente doble. Con grandes ambiciones y un futuro algo turbio.
Dicho esto, he de decir que hasta este momento era como la primera parte, para presentar a todos los personajes. Estoy trabajando en la segunda parte que subiré en unos días.
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