Me pone contento que la historia les haya gustado. Recién es la primera vez que escribo la historia, tendría que leer algunos libros para tener un habla mas fluido, con mas palabras. Se darán cuenta que en las historias, repito mucho las palabras... Con el tiempo se ira mejorando. La practica hace al Maestro
Este capitulo es muy corto, lo que pasa que no se me ocurre nada mas ...
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En este capítulo, ustedes decidirán sobre el destino de nuestro personaje.
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Capítulo 4
Por primera vez, me aíslo de todo, voy a cabalgar un rato. Necesito pensar sobre lo que acepte. ¿Como fui tan idiota de decir que si a tan alta responsabilidad?. Cada vez que pienso en Swadia, me agarran dolores de estomago, de cabeza y chuchos de frio. Se que si voy a la batalla, me haran el proximo Wallace, Que fue humillado, decapitado y ... Por el amor de Odin, tengo que dejar de pensar en eso.
Tambien se que si declino a mi mariscado, mi familia será perseguida y encarcelada. O en el peor de los casos, seria asesinada. Ademas de yo ser buscado en toda Calradia.
En nuestro reino, un trato es un trato. Si no se cumple, la mayoria de las veces se paga con la vida. Pero como entrenar a un ejercito para entablar batalla con el reino mas poderoso de toda Calradia, en que lío me he metido.
Cabalgando ya a la tarde, me encuentro con un grupo de mercenarios.
-Que tal caballeros, yo soy el Jarl Orcajo. ¿Con quien tengo el gusto?- me presenté.
-Jarl Orcajo eh- dijo con un tono sospechoso. -Oí hablar de ti en las últimas horas. Dicen que has limpiado estas rutas de los bandidos. Te damos las gracias, nunca se sabe cuando nos cruzaremos con alguno de esos grupos.- El rumor habia corrido muy rapido. En ese momento me acordé, ¡Había dejado a los prisioneros escondidos! y jamás me los lleve de vuelta a Sargoth. Dios mío que nadie se entere de esto en el reino.
-¿Y de donde vienen?- les pregunté. Quizá podía quitarles algo de información.
-Acabamos de cumplir nuestro contrato con el Conde Despin del Reino de Swadia-. Sabia que era el actual Mariscal. -Y estamos en busca de algún señor por el que luchar, siempre y cuando nos pague algunos denares por adelantado, por supuesto.- Era el momento de comenzar a formar una armada, y tenia que ser de las mejores. Si queria enfrentar a Swadia no lo podria hacer con un grupo de Granjeros y ya.
-Que casualidad, yo estoy buscando mercenarios. Si me acompañan hacia Sargoth, podré pagarles lo que pidan.- Sabía que no tenia mucho dinero, ni siquiera me alcanzaba para darles una seña.
Al llegar a Sargoth, me dirigí hacia el Banco del Norte, para pedir un prestamo.
-Esperen aqui, en seguida regreso.- Al entrar al banco, como era de esperar, no había mucho movimiento. -Que tal señor, buenas...- -Usted debe ser el Jarl Orcajo ¿cierto?- me interrumpió.
- Si señor, asi es. Venía aquí a pedir un prestamo de unos, mmm... creo que con 2000 denares bastaría.- le dije
-Mire, mi señor, en este momento no nos podemos permitir dar prestamos... pero, bueno, siendo usted, y por lo que ha echo, se lo daremos.- Había pensado que no me lo darian. Los muchachos seguro me matarían. No seria el primero ni el ultimo que han matado.
-Tan solo llene este formulario.- Luego de llenar el formulario, espere algunos minutos, y luego me entregaron el dinero. -Señor, le recuerdo que no debe atrasarse con la paga.- dijo.
-No por supuesto, se los daré a tiempo con los intereses.-
-Muy bien señores, aquí esta su paga.- Les dije luego de salir del banco. -¿Que les parece si vamos a tomar algo?.- Propuse.
En la taberna, como todas las noches, estaba llena de borrachos. Al entrar, uno de estos se me acerca y dice.
-Que miras, ¿acaso quieres pelear?.- me dijo con un tono muy desafiante.
-¿Tienes alguna idea de quien soy yo?- le digo.
-Si mi señor, discúlpeme, he tomado algo de mas...-
-Sabes, no soporto a la gente como tú.- Y antes de que pueda reaccionar, desenvaino mi espada Nórdica, y se la atravieso por el cuello, como todo un Samurai. Luego se me acerca el tabernero
-Ese bastardo no era mas que un ladrón y un violador. ¿Acaso eres profesional haciendo esto?. Me dijo, acompañado de una risa.
-Si, creo que tendria que empezar a cobrar por hacer esto.- respondo.
Nos sentamos en la mesa con mis compañeros, con la esperanza de que sepan algo.
-Y bien, iré al grano, ¿Saben algo de los movimientos Swadianos?.- pregunté.
-Sí- respondió uno. -Hace 5 dias lo escuche al Conde Despin hablando sobre eso con el Rey Harlaus.- Era justo lo que queria...
-Lo que contare es confidencial.- Ya no aguantaba mas de la ansiedad.
-Ay no estoy seguro.- -Habla ya maldito hijo...- me exalté. -Disculpame es que estoy bajo presion, y no hay tiempo que perder.-
De alguna manera me quise disculpar.
-Esta bien. Escuche algo de 2 posibilidades. La 1 era es atacar atravezando las montañas, cerca de Odasan. Y la 2 da es un ataque maritimo desembarcando en Thir.
Dentro de todo valió la pena endeudarse...
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Ahora deciden ustedes.
A) Asumo el mariscado del reino, siguiendo lo que escucharon los mercenarios.
B) Me convierto en un fugitivo buscado intensamente por el Reino del Norte.
Este capitulo es muy corto, lo que pasa que no se me ocurre nada mas ...
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En este capítulo, ustedes decidirán sobre el destino de nuestro personaje.
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Capítulo 4
Por primera vez, me aíslo de todo, voy a cabalgar un rato. Necesito pensar sobre lo que acepte. ¿Como fui tan idiota de decir que si a tan alta responsabilidad?. Cada vez que pienso en Swadia, me agarran dolores de estomago, de cabeza y chuchos de frio. Se que si voy a la batalla, me haran el proximo Wallace, Que fue humillado, decapitado y ... Por el amor de Odin, tengo que dejar de pensar en eso.
Tambien se que si declino a mi mariscado, mi familia será perseguida y encarcelada. O en el peor de los casos, seria asesinada. Ademas de yo ser buscado en toda Calradia.
En nuestro reino, un trato es un trato. Si no se cumple, la mayoria de las veces se paga con la vida. Pero como entrenar a un ejercito para entablar batalla con el reino mas poderoso de toda Calradia, en que lío me he metido.
Cabalgando ya a la tarde, me encuentro con un grupo de mercenarios.
-Que tal caballeros, yo soy el Jarl Orcajo. ¿Con quien tengo el gusto?- me presenté.
-Jarl Orcajo eh- dijo con un tono sospechoso. -Oí hablar de ti en las últimas horas. Dicen que has limpiado estas rutas de los bandidos. Te damos las gracias, nunca se sabe cuando nos cruzaremos con alguno de esos grupos.- El rumor habia corrido muy rapido. En ese momento me acordé, ¡Había dejado a los prisioneros escondidos! y jamás me los lleve de vuelta a Sargoth. Dios mío que nadie se entere de esto en el reino.
-¿Y de donde vienen?- les pregunté. Quizá podía quitarles algo de información.
-Acabamos de cumplir nuestro contrato con el Conde Despin del Reino de Swadia-. Sabia que era el actual Mariscal. -Y estamos en busca de algún señor por el que luchar, siempre y cuando nos pague algunos denares por adelantado, por supuesto.- Era el momento de comenzar a formar una armada, y tenia que ser de las mejores. Si queria enfrentar a Swadia no lo podria hacer con un grupo de Granjeros y ya.
-Que casualidad, yo estoy buscando mercenarios. Si me acompañan hacia Sargoth, podré pagarles lo que pidan.- Sabía que no tenia mucho dinero, ni siquiera me alcanzaba para darles una seña.
Al llegar a Sargoth, me dirigí hacia el Banco del Norte, para pedir un prestamo.
-Esperen aqui, en seguida regreso.- Al entrar al banco, como era de esperar, no había mucho movimiento. -Que tal señor, buenas...- -Usted debe ser el Jarl Orcajo ¿cierto?- me interrumpió.
- Si señor, asi es. Venía aquí a pedir un prestamo de unos, mmm... creo que con 2000 denares bastaría.- le dije
-Mire, mi señor, en este momento no nos podemos permitir dar prestamos... pero, bueno, siendo usted, y por lo que ha echo, se lo daremos.- Había pensado que no me lo darian. Los muchachos seguro me matarían. No seria el primero ni el ultimo que han matado.
-Tan solo llene este formulario.- Luego de llenar el formulario, espere algunos minutos, y luego me entregaron el dinero. -Señor, le recuerdo que no debe atrasarse con la paga.- dijo.
-No por supuesto, se los daré a tiempo con los intereses.-
-Muy bien señores, aquí esta su paga.- Les dije luego de salir del banco. -¿Que les parece si vamos a tomar algo?.- Propuse.
En la taberna, como todas las noches, estaba llena de borrachos. Al entrar, uno de estos se me acerca y dice.
-Que miras, ¿acaso quieres pelear?.- me dijo con un tono muy desafiante.
-¿Tienes alguna idea de quien soy yo?- le digo.
-Si mi señor, discúlpeme, he tomado algo de mas...-
-Sabes, no soporto a la gente como tú.- Y antes de que pueda reaccionar, desenvaino mi espada Nórdica, y se la atravieso por el cuello, como todo un Samurai. Luego se me acerca el tabernero
-Ese bastardo no era mas que un ladrón y un violador. ¿Acaso eres profesional haciendo esto?. Me dijo, acompañado de una risa.
-Si, creo que tendria que empezar a cobrar por hacer esto.- respondo.
Nos sentamos en la mesa con mis compañeros, con la esperanza de que sepan algo.
-Y bien, iré al grano, ¿Saben algo de los movimientos Swadianos?.- pregunté.
-Sí- respondió uno. -Hace 5 dias lo escuche al Conde Despin hablando sobre eso con el Rey Harlaus.- Era justo lo que queria...
-Lo que contare es confidencial.- Ya no aguantaba mas de la ansiedad.
-Ay no estoy seguro.- -Habla ya maldito hijo...- me exalté. -Disculpame es que estoy bajo presion, y no hay tiempo que perder.-
De alguna manera me quise disculpar.
-Esta bien. Escuche algo de 2 posibilidades. La 1 era es atacar atravezando las montañas, cerca de Odasan. Y la 2 da es un ataque maritimo desembarcando en Thir.
Dentro de todo valió la pena endeudarse...
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Ahora deciden ustedes.
A) Asumo el mariscado del reino, siguiendo lo que escucharon los mercenarios.
B) Me convierto en un fugitivo buscado intensamente por el Reino del Norte.