Los democratas burgueses y los fascistas siempre han tratado de manipular la historia para desacreditar a los verdaderos comunistas revolucionarios.
Con este escrito se pretende desmentir la propaganda burguesa plasmada en la pelicula "Katyn" que trata sobre la masacre supuestamente llevada a cabo por Stalin en Polonia.
Al terminar la Primera Guerra Mundial, la frontera entre Rusia y Polonia se estableció a lo largo de una línea que se conoció como la línea Curzon. Se llamó así en honor a Lord Curzon, estadista británico, que fue quien había propuesto esta frontera.
Esta línea de demarcación no era del agrado de los polacos, que pronto declararon la guerra contra la Unión Soviética, con el fin de impulsar aún más sus fronteras hacia el este de la línea. El bloque de la Unión Soviética contraatacó no sólo para defenderse, sino que pretendían liberar a la totalidad de Polonia, esto lo hicieron en contra del consejo de Stalin.
Stalin consideraba este intento de liberar Polonia, como un objetivo condenado al fracaso porque, según dijo, “El nacionalismo polaco todavía no había seguido su curso”. Los polacos estaban decididos a no ser liberados de modo que no tenía sentido el intentarlo. Por lo tanto, los polacos opusieron una feroz resistencia a los avances soviéticos. En definitiva, la Unión Soviética se vio obligada a retirarse e incluso ceder a Polonia parte de su territorio al este de la línea Curzon. Las áreas en cuestión eran Bielorrusia occidental y Ucrania occidental, zonas pobladas mayoritariamente por bielorrusos y ucranianos, respectivamente, en lugar de por polacos. El incidente no podía sino exacerbar la antipatía mutua entre polacos y rusos.
El 1 de septiembre de 1939, los nazis alemanes invadieron Polonia, y el 17 de septiembre, la Unión Soviética se trasladó al este de la línea Curzon, para volver a ocupar las partes que al terminar la guerra le había arrebatado Polonia. Una vez tomadas esas zonas, la Unión Soviética se dedicó a distribuir tierras a los campesinos y establecer el tipo de reformas democráticas, tan populares entre la gente y tan impopulares entre los explotadores. Durante la batalla para recuperar las zonas al este de la línea Curzon, la Unión Soviética capturó a unos 10.000 oficiales polacos, que se convirtieron en prisioneros de guerra. Estos prisioneros fueron detenidos en campamentos en la zona en disputa y puestos a trabajar en la construcción de carreteras, etc.
Dos años más tarde, el 22 de junio de 1941, la Alemania nazi atacó a la Unión Soviética por sorpresa. El Ejército Rojo se vio obligado a retirarse a toda prisa y Ucrania fue tomada por los alemanes. Durante este retiro apresurado, no era posible evacuar a los prisioneros de guerra polacos hacia el interior de Rusia. El jefe del campamento no. 1, el mayor Vetoshnikov, dio pruebas de que había solicitado al jefe del tráfico de la sección de Smolensk del Ferrocarril Oeste, el poder contar con coches de ferrocarril para la evacuación de estos prisioneros polacos. Pero era poco probable que fuese posible. El ingeniero Ivanov, que había sido el Jefe de Tráfico de la región en ese momento, dijo que por supuesto podría haber habido vagones de ferrocarril de sobra para trasladar a los prisioneros, pero no pudo ser así. Además, confirmó el motivo: "No hemos podido enviar coches a la línea de Gussino, donde se encontraban la mayoría de los prisioneros polacos, por que la zona ya estaba en plena línea de fuego". El resultado fue que, tras la retirada soviética de esta área, los prisioneros polacos se convirtieron en prisioneros de los nazis alemanes.
En abril de 1943, los hitlerianos anunciaron que los alemanes habían encontrado varias fosas comunes en el bosque de Katyn, cerca de Smolensk, que contenían los cuerpos de miles de oficiales polacos, supuestamente asesinados por los rusos.
Este anuncio fue diseñado por los nazis con el fin deteriorar aún más si cabe, los esfuerzos de cooperación entre polacos y soviéticos para conseguir derrotar a los alemanes. La alianza ruso-polaca fue siempre difícil, una de las causas era que el gobierno polaco se encontraba en el exilio, y su sede en Londres, obviamente era un gobierno de clases explotadoras.
Había que oponerse de pleno a los alemanes, sobre todo a raíz de la última adquisición de este espacio vital de su país. La posición que adoptó la Unión Soviética fue que, mientras se les permitiese retener la tierra al este de la línea Curzon, no pondrían ningún problema al restablecimiento de un gobierno burgués en Polonia. Pero la alianza ya estaba en dificultades debido a que el gobierno polaco exiliado en Londres y encabezado por el General Sikorski, no estaba de acuerdo con la cesión de esa tierra.
Y todo esto, a pesar de que en 1941, después de que Hitler invadiera Polonia, la Unión Soviética y el gobierno polaco en el exilio no solo habían establecido relaciones diplomáticas, sino que también acordaron que la Unión Sovietica financiaría la formación de un ejército polaco. Según lo dispuesto, este ejercito se formaría "A las órdenes de un jefe nombrado por el Gobierno polaco en el exilio, pero que debía ser aprobado por el gobierno soviético". En este caso, el jefe designado fue el profundamente anti-soviético, General Anders (que había sido prisionero de los Rusos desde 1939).
Para el 25 de octubre 1941 este Ejército contaba con 41.000 hombres, entre ellos 2.630 oficiales. Sin embargo, el General Anders finalmente se negó a combatir en el frente soviético-alemán debido a la disputa fronteriza entre la Unión Soviética y Polonia, y el ejército polaco tuvo que ser enviado a otra parte para la lucha, ese lugar fue Irán.
Aun así, a pesar de la hostilidad del gobierno polaco en el exilio, había una parte importante de los polacos residentes en la Unión Soviética que no era anti-soviética y apoyaban la demanda soviética de los territorios al este de la línea Curzon. Muchos de ellos eran judíos. Estas personas formaron la Unión de Patriotas de Polonia, que formarían la columna vertebral de una alternativa al gobierno polaco en el exilio.
La propaganda nazi en relación con las matanzas de Katyn fue diseñada para hacer imposibles las relaciones entre soviéticos y polacos, con el fin de que no volviesen a tener tratos en absoluto. General Polaco Sikorski, tomó la propaganda nazi con ánimo de venganza, haciendo saber a Churchill, que tenía una "gran cantidad de pruebas". No está claro el cómo había obtenido estas "pruebas", simultáneamente con el anuncio Alemán de esta supuesta atrocidad Soviética, pero deja evidente la colaboración secreta entre Sikorski y los nazis. Los alemanes habían hecho públicas sus alegaciones contra los rusos el 13 de abril. El 16 de abril, el gobierno soviético emitió un comunicado oficial negando "las mentiras calumniosas sobre los alegados fusilamientos masivos realizados por los órganos soviéticos en la zona de Smolensk, en la primavera de 1940".
Añadió:
"El comunicado alemán no deja dudas sobre la trágica suerte de los ex prisioneros de guerra polacos, que en 1941 se dedicaban a sus puestos de trabajo en áreas al oeste de Smolensk y que, junto con muchos soviéticos, cayeron en manos de los verdugos alemanes después de la retirada de las tropas soviéticas".
Los alemanes, habían decidido embellecer su historia inventando un giro anti-semita, incluso afirmando ser capaces de nombrar a los funcionarios soviéticos responsables de la masacre, todos ellos con nombres judíos. El 19 de abril Pravda respondió:
"Sintiendo la indignación de toda la humanidad progresista sobre la masacre de ciudadanos pacíficos y en particular de los Judíos, los alemanes están ahora tratando de despertar la ira de la gente inocente contra los Judíos. Por esta razón se han inventado toda una colección de “comisarios judíos”, que según dicen, tomaron parte en el asesinato de 10.000 oficiales polacos. Para estos experimentados farsantes no ha sido difícil inventar algunos nombres de personas que jamás han existido - Lev Rybak, Avraam Brodninsky, Jaim Fineberg. Tales personas no han existido nunca, ni en la sección de Smolensk de la OGPU ni en cualquier otro departamento de la NLVD..."
La insistencia de Sikorski en difundir la propaganda alemana, llevó a la ruptura total de las relaciones entre el gobierno polaco en el exilio en Londres y el gobierno soviético, sobre lo que Goebbels escribió en su diario:
"Esta ruptura representa un cien por ciento la victoria para la propaganda alemana y en especial para mí personalmente... hemos sido capaces de convertir el incidente de Katyn en una cuestión altamente política”.
En ese mismo momento la prensa británica estaba condenando a Sikorski por su intransigencia:
The Times escribió el 28 de abril 1943: "Sorpresa igual que arrepentimiento sentirán aquellos que han encontrado motivos para comprender la perfidia y el ingenio de la maquinada propaganda de Goebbels, ellos mismos deben de haber caído en la trampa tendida por la misma. Los Polacos hubieran difícilmente olvidado un episodio ampliamente difundido en el primer invierno de la guerra, que describía con todo detalle y pruebas, incluidas las fotografías, de las supuestas atrocidades polacas contra los pacíficos alemanes habitantes en Polonia. "
Lo que está en la base de la insistencia de Sikorski de que la matanza había sido llevada a cabo por los soviéticos en vez de por los alemanes, era la disputa por el territorio al este de la línea Curzon. Sikorski estaba tratando de utilizar la propaganda alemana para movilizar el imperialismo occidental, por detrás de la reclamación de Polonia sobre ese territorio, para tratar de forzarlos a salir de la posición, como él pensó, tomando parte del lado de la Unión Soviética en esta cuestión de controversia fronteriza.
Si uno lee hoy fuentes burguesas, todas afirman que la Unión Soviética fue responsable de la matanza de Katyn, y lo hacen con tanta seguridad y coherencia que al tratar de argumentarlo, el contrario se siente como un revisionista nazi, tratando de negar la masacre de Judios que hizo Hitler.
Después del colapso de la Unión Soviética, incluso Gorbachov estaba enrolado en esta campaña de desinformación y facilitó material, supuestamente procedente de los archivos soviéticos que "probaba" que los soviéticos fueron quienes habían cometido esa atrocidad y, por supuesto, que lo hicieron por orden de Stalin.
Bueno, de sobra conocemos el interés que tienen los “Gorbachovs” de este mundo en la demonización de Stalin. Su objetivo no es tanto Stalin como el socialismo. Su propósito denigrando el socialismo es restaurar el capitalismo y llevar sus vidas y las de los suyos a un parasitismo de lujo y a costa del sufrimiento de masas en los pueblos soviéticos. Su cinismo coincide con el de los nazis alemanes y no resulta sorprendente encontrarles cantando juntos un mismo himno.
Fuentes burguesas alegremente afirman que las pruebas Soviéticas que culpan a los alemanes de la atrocidad, o bien no existieron en absoluto, o bien estaban basadas exclusivamente en testimonios de oídas de los habitantes aterrorizados de la región. Ellos no mencionan una sola prueba evidente, incluso Goebbels tuvo que admitir que, desde su punto de vista era un engorro. Él escribió en su diario el 8 de mayo de 1943, "Por desgracia, municiones alemánas han sido halladas en las fosas de Katyn... Es fundamental que este incidente se mantenga en total secreto. Si tuviera que llegar al conocimiento del enemigo, todo el asunto de Katyn caería. "
En 1971 fue enviada a The Times una carta que sugería que la masacre de Katyn no se podría haber hecho por los alemanes, ya que los alemanes utilizaban métodos de asesinato, como las cámaras de gas, que eran muy diferentes a la forma en que las víctimas de Katyn fueron asesinadas, es decir, por un disparo en la parte posterior de la cabeza. Un ex soldado alemán que vivía entonces en Godalming, Surrey, contestó a esta carta:
"Como soldado alemán, en ese momento convencido de la justicia de nuestra causa, he participado en muchas batallas y acciones durante la campaña de Rusia. Yo no he estado en Katyn, ni en ningún bosque cercano. Pero recuerdo muy bien el escándalo, cuando salió a la luz en 1943, la noticia sobre el descubrimiento de la horrible fosa cerca de Katyn, esa área estaba manejada entonces por el Ejército Rojo. "
Josef Goebbels, como los registros históricos demuestran, ha engañado a mucha gente. Después de todo, ése era su trabajo y pocos ponían en duda su absoluto dominio en ese campo. Lo que es realmente sorprendente y extraño, sin embargo, es que ya en las páginas de Los años treinta hay pruebas de ello. Escribiendo desde mi experiencia, no creo que en ese momento a finales de la guerra, Goebbels lograra engañar a muchos soldados alemanes en Rusia sobre la cuestión de Katyn ... los soldados alemanes sabían bien de los disparos en la parte posterior de la cabeza ... los soldados alemanes sabían que los oficiales polacos fueron asesinados por nada menos que por su causa".
Por otra parte, muy numerosos testigos se presentaron para dar fe de la presencia de prisioneros polacos en la región después de que los alemanes se hubieron marchado.
María Alexandrovna Sashneva, una maestra de escuela primaria, dio pruebas de una comisión especial establecida por la Unión Soviética en septiembre de 1943, inmediatamente después de que la zona fuera liberada de los alemanes. En agosto de 1941, dos meses después de la retirada soviética, ella había escondido un prisionero de guerra polaco en su casa. Su nombre era Juzeph Lock, y él le había hablado de los malos tratos sufridos por los prisioneros polacos, recibidos por parte los alemanes:
"Cuando llegaron los alemanes tomaron el campo de Polonia y establecieron un régimen estricto en el mismo. Los alemanes no consideraban a los polacos como seres humanos. Oprimieron y ultrajaron a los polacos por todos los medios. En algunas ocasiones, los polacos fueron asesinados sin ninguna razón en absoluto. Él decidió escapar... "
Numerosos testigos dieron pruebas de que habían visto a los polacos trabajando en las carreteras durante agosto y septiembre 1941. Por otra parte, muchos otros testigos, respondieron a las redadas de los alemanes y declararon que varios prisioneros polacos escaparon en el otoño de 1941. Danilenko, un campesino de la zona, fue uno de los testigos que declararon esto:
"En nuestra zona se organizaron redadas especiales para atrapar a los prisioneros de guerra polacos que habían escapado. Incluso mi casa fue registrada 2 o 3 veces. Después de uno de estos registros, le pregunté al jefe que a quién estaban buscando en nuestro pueblo. Él, me contestó que la orden se había recibido de la Comandancia de Alemania según la cual las búsquedas debían realizarse en todas las casas sin excepción, ya que según los indicios, los prisioneros de guerra polacos que habían escapado del campamento, estaban escondidos en nuestro pueblo."
Obviamente, los alemanes no dispararon a los polacos a la vista de testigos locales, pero la población local tenía pruebas de lo que estaba sucediendo. Una testigo fue Alexeyeva, una muchacha que el jefe de su aldea dispuso como sirvienta para el personal alemán, en una casa de campo en la sección del bosque de Katyn conocido como Kozy Gory. Esta casa había sido la casa de reposo del Comisariado Popular de Asuntos Internos de la administración de Smolensk y estaba situada a unos 700 metros de donde se encontraron las fosas comunes. Alexeyeva explicaba:
"Al final de agosto y durante la mayor parte de septiembre de 1941, varios camiones solían venir casi cada día a la casa de campo de Gory Kozy. Al principio no presté atención a eso, pero más tarde me di cuenta de que cada vez que estos camiones llegaban a la base de la casa de campo, se solían detener en algún lugar del camino rural que conectaba la casa con la carretera, durante media hora, incluso a veces durante más de una hora. Llegué a esta conclusión porque poco después de escuchar que estos camiones llegaban a los terrenos de la casa de campo, su ruido paraba.”
"Cuando el ruido de los camiones se detenía, se oían disparos aislados. Los disparos se sucedían en intervalos cortos aproximadamente iguales y durante poco tiempo. Luego del tiroteo cesaba y los camiones arrancaban dirigiéndose hacia la casa de campo. Suboficiales y soldados alemanes salían entonces de los camiones hablando a voces, se dirigían al baño para lavarse y después se reunían para emborracharse.”
"A veces esos días que venían camiones, llegaban en ellos más soldados de algunas unidades militares alemanas, que los utilizaban para visitar la casa de campo. Incluso se les preparaban camas especiales para ellos. Poco antes de que los camiones llegaran a la casa de campo, los soldados armados se dirigían ya hacia el bosque, evidentemente, al lugar donde los camiones se detenían. A la media hora, volvían en estos camiones junto con los otros soldados que vivían permanentemente en la casa de campo.”
"... En varias ocasiones me fijé en manchas de sangre fresca que llevaban en las ropas los dos cabos Lance. Por todo esto, he deducido que los camiones alemanes traían a la casa de campo gente para ser asesinada."
Alexeyeva también descubrió que las personas asesinadas eran prisioneros polacos.
"Una vez me quedé en la casa de campo hasta un poco más tarde que de costumbre... Antes de terminar el trabajo que me obligó a permanecer más tiempo allí, de repente un soldado entró y me dijo que me podía marchar... Él me acompañó a la carretera.
En la carretera, a unos 150 o 200 metros del lugar de desvío hacia la casa de campo, vi a un grupo de alrededor de 30 prisioneros de guerra polacos que marchan por la carretera bajo una pesada escolta alemana... Me detuve cerca de la carretera para ver dónde se los llevaban, y vi que se volvían hacia nuestra casa de campo en Kozy Gory.
"Ya en ese momento, hacía tiempo que había comenzado a vigilar de cerca todo lo que pasaba en la casa de campo, y empecé a interesarme realmente. Me dí la vuelta, me escondí en unos arbustos cerca de la carretera, y esperé. A los 20 o 30 minutos oí de nuevo aquellos disparos aislados que ya me eran familiares. "
Las otras dos criadas requisadas para la casa de campo, Mikhailova y Konakhovskaya, apoyaron y dieron pruebas de la veracidad de la versión de Alexeyeva. Otros residentes de la zona también dieron pruebas similares.
Basilevsky, director del Observatorio de Smolensk, fue nombrado adjunto al burgomaestre Menshagin, un colaborador de los nazis. Basilevsky estaba tratando de obtener la liberación de Zhiglinsky, un profesor alemán que estaba secuestrado. Para ello convenció a Menshagin de que hablara con el comandante alemán de la región, Von Schwetz, sobre este asunto. Menshagin lo hizo, pero informó de que era imposible, porque "había recibido instrucciones de Berlín para prescribir el régimen más estricto que debía se mantenido".
Basilevsky contó después su conversación con Menshagin:
"Yo involuntariamente repliqué "¿Puede algo ser más estricto que el régimen existente en el campamento?" Menshagin me miró de una manera extraña y acercándose a mi oído, contestó en voz baja: ¡Claro que puede ser! A los rusos, al menos, podemos dejarlos morir, pero en cuanto a los prisioneros de guerra polacos, los autos dicen que están para ser simplemente exterminados".
Después de la liberación, el cuaderno de notas de Menshagin fue hallado escrito de su puño y letra, según lo confirmado por expertos grafólogos. En la página 10, con fecha 15 de agosto de 1941, señala:
"Todos los prisioneros de guerra fugitivos serán detenidos y entregados a la oficina del comandante."
Esta es la prueba de que los prisioneros polacos todavía estaban vivos en ese momento. En la página 15, que no tiene fecha, aparece la entrada: "Hay rumores entre la población sobre el fusilamiento de los prisioneros de guerra polacos en Kozy Gory (por Umnov)" (Umnov era el jefe de la policía rusa).
Una serie de testigos dieron pruebas de que habían sido presionados en 1942-43 por los alemanes, para dar falso testimonio en cuanto al fusilamiento de polacos a manos de los rusos.
Parfem Gavrilovich Kisselev, un residente de la aldea más cercana a Kozy Gory, declaró que había sido citado en el otoño de 1942 por la Gestapo, y que fue entrevistado por un oficial alemán:
"El oficial señaló que, de acuerdo a la información a disposición de la Gestapo, en 1940, en el área de Kozy Gory, en el bosque de Katyn, los miembros del personal del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos fusilaron a oficiales polacos. Él me preguntó sobre el testimonio que yo podría dar en este sentido. Yo le respondí que nunca había oído hablar de que el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, hubiera disparando a gente en Kozy Gory, y que de todos modos era imposible, le expliqué al funcionario, ya que Kozy Gory es un lugar absolutamente abierto y muy frecuentado, y si los tiroteos hubieran tenido lugar allí, toda la población de los pueblos vecinos se habría percatado...
"... El intérprete, al parecer, no me escuchaba, y sin embargo se llevó un documento manuscrito de la mesa y me lo leyó. Decía que yo, Kisselev, residente de una aldea en la zona de Gory Kozy, presencié el asesinato de oficiales polacos a manos de los miembros del personal del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, en 1940.
"Después de haber leído el documento, el intérprete me ordenó que me lo firmara. Yo me negué a hacerlo... Pero él gritó: “O lo firmas o te destruimos. Haz tu elección."
"Asustado por estas amenazas, firmé el documento y pensando que sería el final de la cuestión."
Pero no fue el final de este tema, porque los alemanes esperaban que Kisselev diera prueba oral de lo que supuestamente había "presenciado" ante los grupos de delegados invitados por los alemanes a visitarla zona para evidenciar las pruebas de las atrocidades supuestamente Soviéticas. Poco después, en abril de 1943, las autoridades alemanas habían anunciado al mundo la existencia de las fosas comunes.
"El intérprete de la Gestapo vino a mi casa y me llevaron al bosque en el área de Gory Kozy.
Cuando habíamos salido de la casa y estábamos solos, el intérprete me advirtió que debía decirle a la gente presente en el bosque, todo exactamente como yo lo había escrito en el documento que había firmado para la Gestapo”.
"Cuando llegué al bosque, vi las fosas abiertas y un grupo de desconocidos. El intérprete me dijo que se trataba de delegados polacos que habían llegado a inspeccionar las fosas. Cuando nos acercamos a las tumbas, los delegados empezaron a hacerme varias preguntas en ruso en relación a los fusilamientos de los polacos, pero como había pasado más de un mes desde que había sido llamado a la Gestapo, se me olvidó todo lo que estaba en el documento que había firmado, me sentí confuso, y finalmente dije que no sabía nada del fusilamiento de oficiales polacos.”
"El oficial alemán se enojó mucho. El intérprete me arrastró apartado de los miembros de la delegación y me golpeó. A la mañana siguiente un coche con un oficial de la Gestapo me llevó hasta mi casa. Me tiraron al suelo, me dijeron que estaba bajo arresto, me pusieron en el coche y me llevaron a la prisión de Smolensk ...”
"Después de mi detención fui interrogado varias veces, pero fui más veces golpeado que interrogado. La primera vez que fui llamado, me golpearon fuertemente y abusaron de mí, reprochándome que yo los hubiera decepcionado, y luego me enviaron de vuelta a la celular. Durante el interrogatorio siguiente me dijeron que debía decir públicamente que había presenciado el asesinato de oficiales polacos por los bolcheviques, y que hasta que la Gestapo no estuviese convencida de que estaba dispuesto a hacer esto de buena fe, yo no sería liberado de la cárcel. Yo le dije al oficial que prefería quedarme en la cárcel antes que mentir a la gente en sus caras. Después de eso fui fuertemente golpeado.
"Hubo muchos de esos interrogatorios acompañados de palizas, y como resultado perdí toda mi fuerza, mi vista se hizo pobre y no podía mover mi brazo derecho. Aproximadamente un mes después de mi detención, un oficial alemán me llamó y dijo:" ¿Ves las consecuencias de tu obstinación, Kisselev. Hemos decidido ejecutarte. Por la mañana te llevaremos al bosque de Katyn y te colgaremos. Le pedí al oficial que no lo hiciera, y comencé a suplicarles explicando que quizás yo no era apto para el papel de 'testigo' de los disparos, ya que no sabía cómo mentir y por eso mezclaría todo y me confundiría de nuevo.
"El oficial siguió insistiendo. Algunos minutos más tarde los soldados entraron en la habitación y empezaron a golpearme con porras de goma. Fui incapaz de soportar los golpes y la tortura, y accedí a aparecer en público contando una historia falaz sobre los fusilamientos de polacos a manos de los bolcheviques. Después de eso fui liberado de la cárcel, con la condición de que cada vez que me lo pidieran los alemanes, debería hablar ante las "delegaciones" en el bosque de Katyn ...
"En cada ocasión que tuve que declarar, antes de llegar a las tumbas en el bosque, el intérprete solía venir a mi casa, me sacaba al patio, llevándome a un lado para asegurarse de que nadie le oyera, y durante media hora me hacía memorizar todo lo que tendría que decir sobre el presunto tiroteo de oficiales polacos por el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, en 1940.”
"Recuerdo que el intérprete me dijo algo como esto:" Yo vivo en una casa de campo en el área Kozy Gory , no lejos de la casa de campo del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos. En la primavera de 1940, varias noches vi a polacos conducidos al bosque y disparados allí”. Pero era imperativo que dijera literalmente que "este hecho fue obra del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos. Después de haber memorizado lo que el intérprete me decía, me llevarían a las fosas abiertas en el bosque y me obligarían a repetir todo esto en presencia de los "delegados" que llegaban allí.
"Mis declaraciones fueron estrictamente supervisadas y dirigidas por el intérprete de la Gestapo. Una vez, cuando hablaba ante algunos « delegados », se me hizo la pregunta: "¿Viste a estos polacos personalmente antes de ser fusilados por los bolcheviques?” Yo no estaba preparado para tal pregunta y respondí tal como fue el hecho, es decir, que vi a los prisioneros de guerra polacos antes de la guerra, cuando trabajaban en las carreteras. Entonces, el intérprete me arrastró a un lado y me llevó a casa.
"Por favor, créanme cuando digo que todo el tiempo sentía remordimientos de conciencia, ya que sabía que en realidad los oficiales polacos habían sido fusilados por los alemanes en 1941. Pero no me quedaba otra opción, ya que estaba constantemente amenazado con volver a ser detenido, torturado y ejecutado".
Numerosas personas corroboraron el testimonio Kisselev, y un examen médico probó su que verdaderamente había sido brutalmente torturado por los alemanes.
Otra persona presionada para dar testimonio falso fue Ivanov, un empleado de la estación de tren local (Gnezdovo):
"El oficial me preguntó que qué sabía sobre los grandes grupos de oficiales polacos capturados que habían llegado en varios trenes a la estación de Gnezdovo durante la primavera de 1940. Le dije que algo sí sabía sobre esto. Entonces el oficial me preguntó si yo sabía que en la misma primavera de 1940, poco después de la llegada de los oficiales polacos, los bolcheviques les habían matado a todos en el bosque de Katyn. Le contesté que no sabía nada de eso, y que podría no ser así, ya que la ocupación de Smolensk por los alemanes transcurrió durante 1940-41. Yo había conocido a oficiales polacos que fueron capturados, que habían llegado en la primavera de 1940 a la estación de Gnezdovo, y que fueron contratados en la obra de construcción de carreteras.
"El oficial me dijo que si un funcionario alemán decía que los polacos habían sido fusilados por los bolcheviques, esto significaba que era un hecho real. “Por lo tanto, -continuó el funcionario-, no tiene que temer nada, y usted puede firmar con la conciencia tranquila un protocolo para decir que los oficiales polacos prisioneros fueron fusilados por los bolcheviques y que fue testigo de ello”.
"Le respondí que yo ya era un anciano de 61 años, y no quería mentir y cometer un pecado así en mi vejez. Sólo podía dar testimonio de que los polacos capturados realmente llegaron a la estación Gnezdovo en la primavera de 1940. El alemán oficial comenzó a intentar convencerme para dar el testimonio requerido, haciéndome la promesa de que si accedía al acuerdo me iba a promover, desde mi posición de vigilante de cruce ferroviario a la de jefe de la estación de Gnezdovo, y también que a partir de ese momento iba a proveer todas mis necesidades materiales.
"El intérprete puso de relieve que el testimonio de un funcionario del ferrocarril, en la estación de Gnezdovo, la estación más cercana al bosque de Katyn, era muy importante para el mando alemán, y que no me arrepentiría si le proporcionaba esa declaración. Comprendí que me veía envuelto en una situación extremadamente difícil, y que un triste destino me esperaba. Sin embargo, me negué nuevamente a dar falso testimonio para el oficial alemán. Este empezó a gritarme, me amenazó con una paliza y con fusilarme, y me dijo que no entendía que me negase a hacer algo que era bueno para mí. Sin embargo, me mantuve firme. El intérprete escribió en una página, una pequeña declaración en alemán, y me dio una traducción libre de su contenido. Esta declaración registraba, según el intérprete me dijo, sólo el hecho de la llegada de los prisioneros de guerra polacos a la estación de Gnezdovo. Cuando le pedí que mi testimonio fuese escrito no sólo en Alemán sino también en Ruso, el oficial se puso fuera de sí de rabia, me golpeó con una porra de goma y me llevó fuera del local...".
Savvateyev fue otra persona presionada por los alemanes para dar falso testimonio. Según le dijo a la Comisión Soviética de Investigación:
"Testifiqué en la Gestapo en la primavera de 1940, que los prisioneros de guerra polacos habían llegado a la estación de Gnezdovo en varios trenes y conducidos luego en camiones, pero yo no sabía a dónde iban. También agregué que, en varias ocasiones, encontré a polacos en autopista de Moscú -Minsk, donde en grupos pequeños, estaban trabajando en las reparaciones. El oficial me dijo que estaba mezclando las cosas, que yo no podría haber encontrado a los polacos en la carretera, ya que habían sido fusilados por los bolcheviques, y exigió que testificara esto”.
"Me negué. Tras tratar de amenazarme y engatusarme durante mucho tiempo, el funcionario consultó con el intérprete algo en alemán, y luego el intérprete escribió una pequeña declaración y me lo dio a firmar. Explicó que se trataba de un registro de mi testimonio. Pedí al intérprete que me dejara leer mi declaración, pero él me interrumpió por la fuerza, me ordenaba firmar de inmediato y salir. Dudé un momento. El intérprete tomó un lazo de goma que colgaba en la pared y me golpeó con él. Después de aquello me empujaron para que firmara de inmediato. El intérprete me dijo que me fuera y regresara a casa, y que no hablara con nadie de lo sucedido si no quería ser fusilado... “Otros dieron un testimonio similar.
También existen evidencias de cómo los alemanes manipularon las tumbas de las víctimas para tratar de eliminar las pruebas que demostraban que la masacre no tuvo lugar en el otoño de 1941, sino en la primavera de 1940 poco después de que los polacos llegaran por primera vez a la zona.
Alexandra Mikhailovna, la mujer que había trabajado durante la ocupación alemana en la cocina de una unidad militar alemana, se encontró en marzo de 1943, con un prisionero de guerra ruso escondido en su cobertizo:
"Conversando con él me enteré de que su nombre era Yegorov Nikolai, nacido en Leningrado. Desde finales de 1941 había sido prisionero en el campo alemán N º 126 en la ciudad de Smolensk. A principios de marzo de 1943, fue enviado con una columna de varios centenares de prisioneros de guerra desde el campo a los bosques de Katyn. Allí los prisioneros, incluido Yegorov, fueron obligados a cavar las tumbas que contenían los cuerpos de los oficiales polacos y sus uniformes, arrastrar los cadáveres de las fosas y sacar de los bolsillos de los documentos, cartas, fotografías y todos los demás artículos.
"Los alemanes dieron la más estricta orden de que nada quedara en los bolsillos de los cadáveres. Dos prisioneros de guerra fueron asesinados porque, después de haber revisado algunos de los cuerpos, un oficial alemán descubrió unos documentos en estos. Después, numerosos artículos, documentos y cartas extraídos de la ropa en los cuerpos fueron examinados por los oficiales alemanes. Luego obligaron a los presos a volver a poner parte de los papeles en los bolsillos de los cadáveres, mientras que el resto fue quemado.
"Además de esto, los alemanes ordenaron a los prisioneros poner en los bolsillos de los cadáveres de los oficiales polacos, unos papeles que tomaron de algunas cajas o maletas (no recuerdo exactamente) que habían traído. Los prisioneros de guerra hicieron este trabajo en los bosques de Katyn en terribles condiciones bajo el cielo abierto, y durante esos días fueron fuertemente custodiados por los alemanes... A principios de abril de 1943, todo el trabajo previsto por los alemanes estaba aparentemente terminado, luego determinaron que por tres días, ninguno de los prisioneros de guerra debía realizar ningún trabajo...
"Un día, de repente por la noche, todos ellos sin excepción, fueron despertados y llevados a alguna parte. Yegorov sentía que algo iba mal y comenzó a vigilar muy de cerca todo lo que estaba sucediendo. Marcharon durante tres o cuatro horas en dirección desconocida. Se detuvieron en el bosque, junto a un pozo en un claro. Vio cómo un grupo de prisioneros de guerra fue separado del resto y empujado hacia la fosa y luego fueron disparados. Los demás prisioneros de guerra se agitaron, inquietos y bulliciosos. No muy lejos de Yegorov, algunos de los prisioneros de guerra atacaron a varios de los guardias. Otros guardias vinieron corriendo hacia el lugar”. Yegorov aprovechó la confusión al oír los gritos y disparos, y escapó hacia el oscuro bosque, luego se refugió en el cobertizo de Alexandra Mikhailovna, que explica:
"Después de escuchar esta terrible historia, se quedó grabada en mi memoria para el resto de mi vida, quise hacer algo por Yegorov, y le dije que viniera a mi casa para entrar en calor y que se escondiera allí hasta que recuperara fuerzas. Pero Yegorov se negó... Dijo que se iba ese mismo día, que no importaba lo que había pasado y que se iría enseguida para tratar de atravesar la línea del frente y llegar hasta el Ejército Rojo. Por la mañana, cuando fui a asegurarme de si Yegorov se había ido, lo encontré todavía en el cobertizo. Al parecer, durante la noche había tratado de levantarse y partir, pero sólo había dado unos 50 pasos cuando se sintió tan débil que se vio obligado a regresar. Este agotamiento fue causado por el largo encarcelamiento en el campamento y el hambre de los últimos días. Decidimos que debía permanecer en mi casa durante varios días más para recuperar su fuerza. Después de darle algo de comer, me fui a trabajar. Cuando regresé a casa por la noche, mis vecinos Branova, Mariya Ivanovna, Kabanovskaya, Yekaterina Viktorovna me dijeron que en la tarde, durante una redada de la policía alemana, el prisionero de guerra del Ejército Rojo Yegorov, había sido encontrado, y detenido."
La corroboración adicional fue dada por un ingeniero mecánico llamado Sukhachev que había trabajado con los alemanes como mecánico en la fábrica de la ciudad de Smolensk:
"Yo estuve trabajando en el molino durante la segunda quincena de marzo de 1943. Un día me acerqué a un chofer alemán que hablaba un poco de ruso, y dado que llevaba la harina a la aldea de Savenki para las tropas, y volvía al día siguiente a Smolensk, le pedí que me llevara para que pudiera hacer algunas compras en la aldea. Mi idea era hacer el viaje en un camión alemán para no correr el riesgo de ser retenido en los puestos de control. El alemán acordó llevarme pagándole a cambio.
"El mismo día, a las 10 de la noche nos dirigimos a la carretera de Somolensk Vitebsk, en el automóvil íbamos sólo yo y el chofer alemán. La noche era clara, pero había una niebla baja en la carretera que reducía la visibilidad. Aproximadamente a 22 o 23 kilómetros de Smolensk, en un puente destruido en la carretera, hay una bajada bastante pronunciada. Empezamos a descender, cuando de repente un camión que venía hacia nosotros apareció entre la niebla. Ya fuese porque nuestros frenos estaban fuera de orden, o porque el conductor no tenía experiencia, no pudimos detener nuestro camión. Y dado que el paso era muy estrecho, chocamos de frente con el camión que venía hacia nosotros. El impacto no fue muy violento, ya que el conductor del otro camión se desvió hacia un lado y el resultado fue que los camiones se deslizaron uno junto al otro.
"La rueda derecha del otro camión, sin embargo, cayó en la cuneta, y el camión cayó sobre la ladera. Nuestro camión se mantuvo en pie. El conductor de inmediato saltó de la cabina y corrió hasta el camión que había caído. De repente un fuerte olor a carne putrefacta nos sobrevino, evidentemente, provenía de la camioneta.
"Al llegar más cerca, vi que el camión llevaba la carga cubierta con una lona y atada con cuerdas. Las cuerdas se habían roto con el impacto, y parte de la carga había caído en la pendiente. Esta fue una visión horrible, cuerpos humanos vestidos con uniformes militares. Al otro lado, por lo que yo recuerdo, había unos seis o siete hombres cerca de la camioneta: un piloto alemán, dos alemanes armados con ametralladoras y el resto eran prisioneros de guerra rusos, ya que hablaban ruso y estaban vestidos en consecuencia.
"Los alemanes empezaron increpar a mi chofer y luego hicieron algunos intentos de levantar la camioneta. Al cabo de dos minutos, dos camiones llegaron hasta el lugar del accidente y se detuvieron. Un grupo de alemanes y prisioneros de guerra rusos, salieron de estos camiones, unos diez hombres en total, se acercaron a nosotros... con la fuerza de todos juntos comenzaron a levantar el camión. Aprovechando un momento oportuno le pregunté a uno de los prisioneros de guerra rusos en voz baja: "¿Qué es esto? Él contestó en voz muy baja: " Ya llevamos muchas noches trayendo cadáveres a los bosques de Katyn”.
"Antes de que el camión fuese levantado, un suboficial alemán se acercó a mí y a mi chofer y nos ordenó continuar nuestra marcha de inmediato. Como el camión no tenía ningún daño serio, el conductor lo redirigió a la carretera, y seguimos adelante. Cuando estábamos pasando al lado de los dos camiones cubiertos que habían llegado más tarde, volví a percibir el olor horrible de los cadáveres putrefactos".
Varias otras personas también dieron testimonio de haber visto los camiones cargados de cadáveres. Uno de ellos fue Zhukhov, un patólogo que de hecho visitó las tumbas en abril de 1943, por invitación de los alemanes, también dio pruebas:
"La ropa de los cuerpos, en particular los abrigos, las botas y cinturones, estaban en buen estado de conservación. Las partes metálicas de la ropa - hebillas de cinturón, botón de ganchos y picos en las suelas de zapatos, etc - no estaban muy oxidadas, y en algunos casos el metal conservaba su brillo. Secciones de la piel de los cuerpos podían distinguirse todavía, cara, el cuello, los brazos, eran principalmente de un color verde sucio, y en algunos casos marrón sucio, pero no había desintegración completa de los tejidos, no había putrefacción. En algunos casos se podían ver tendones de color blanquecino y partes de músculos.
"Mientras estuve en las excavaciones, había mucha gente trabajando en el fondo de un gran hoyo, en la clasificación y extracción de cuerpos. Para ello, utilizan palas y otras herramientas. Sacaban los cuerpos con las manos y los arrastraron desde un lugar a otro agarrándolos de los brazos, las piernas o la ropa. No vi un solo caso de desintegración de los cuerpos, de separación de las partes del cuerpo por la desintegración de la carne, ni ningún miembro que se hubiera arrancado.
"Teniendo en cuenta todo lo anterior, llegué a la conclusión de que los cuerpos no podían llevar 3 años bajo la tierra, como afirmaban los alemanes, sino mucho menos. Sabiendo que en las fosas comunes, y sobre todo en los enterramientos sin ataúdes, la putrefacción de los cuerpos avanza más rápidamente que en tumbas individuales, llegué a la conclusión de que el fusilamiento en masa de los polacos había tenido lugar alrededor de un año y medio atrás, y probablemente hubiera ocurrido en el otoño de 1941 o en la primavera de 1942. Como resultado de mi visita a las excavaciones caí en la firme convicción, de que este monstruoso crimen había sido cometido por los alemanes. ". Varias otras personas que visitaron las tumbas en el momento dieron este mismo testimonio.
Por otra parte, los patólogos que examinaron los cuerpos en 1943, llegaron a la conclusión de que no podían haber muerto más de dos años antes. Además, fueron encontrados documentos en algunos de los cuerpos, que obviamente, habían sido olvidados por los alemanes cuando se alteraron las pruebas en los cadáveres. Estas incluyen una carta de fecha septiembre de 1940, una tarjeta postal de fecha 12 de noviembre de 1940, un boleto de empeño pagado el 14 de marzo 1941 y otro pagado el 25 de marzo 1941. Recibos de fecha 6 de abril de 1941, 5 de mayo 1941, 15 de mayo de 1941 y una tarjeta postal en polaco con fecha 20 de junio de 1941. Aunque todas estas fechas son anteriores a la retirada soviética, todas ellas posponen y hacen inverosímil la fecha del asesinato que aquellos intimidados por los alemanes habían aportado en falsos testimonios. Si estos documentos fuesen falsificaciones, tal y como denuncia la propaganda burguesa, ¿No hubiera sido más fácil haber falsificado documentos que fueran posteriores a la salida Soviética?, pero esto no fue hecho, y si no se hizo fue porque los documentos encontrados eran, sin ninguna duda, totalmente originales y verdaderos.