Para mi señor Eleazar todo era esperanzas y futuras alegrías. Él no era plenamente consciente de lo extraño que era que un lord de apenas 19 años hubiera alcanzado el nivel para poder ser nombrado Mariscal, Condestable o Alferez de un Reino soberano. Sí, podía quejarse de que su castillo de Dillac fuera sustituído por la empobrecida aldea de Libesdorf, alejada de su otra única aldea de Unterhaid por casi dos días a vuelo de cuervo, pero pronto entendería que haber dirigido las tomas de los castillos de Dillac, Steinturm, Hafen y Cournin junto a sus posibles nuevos "familiares", los "Hendriks", le ponía en buena posición para recibir en breve un castillo. ¿Cuál de ellos, cuántos de los cuatro? ¿Acaso importa? Durante el tiempo que durase la tregua podría aprender a gestionar un castillo, reforzarlo y prosperar. Los reinos vecinos estaban enfrascados en guerras y no estarían interesados en atacar al Reich durante una temporada: Elintor exterminaba salvajes Aurolos; Maccavia exterminaba salvajes Valahires; los gigantes Sut exterminaban jinetes Kuu-Lan, sí, también salvajes. Eleazar ordenó a sus lugartenientes elfas acudir a Elintor para recuperar las bajas de sus arqueros a caballo elfos y él mismo reclutó y entrenó junto al resto de tenientes nuevos caballeros de la órden del dragón drachen. Dietrich, hombre experimentado, le recomendó ir aumentando el tamaño de la hueste, del anterior máximo de 50 hombres a un nuevo máximo de 100, a pesar de estar en paz, las rentas de dos aldeas y los pocos negocios que poseían les permitían mantener 50 jinetes elfos y drachen y otros 50 soldados que podrían ser el núcleo de una guarnición en un posible castillo. ¿Y cómo entrenar a esas tropas y mantener alta su moral? Dado que un lord con una hueste sin castillo debe permanecer siempre en movimiento, los bandidos, rebeldes, desertores y asaltantes de toda la tierra Drachen aprendieron a temer el nombre de Eleazar. Muchos hijos de bandidos se iban a la cama con sus madres diciendo: "si no te acuestas vendrá Eleazar y te asesinará como hizo con tu padre y tus tíos"... Sin embargo una amenaza terrible rondaba Perisno. Una amenaza contra la que ningún reino podría resistir... Si no se unían.
Danshaku, debo insistir en que no os descuidéis y empecéis a prepararos, vos, vuestros hombres y reino, para la inminente invasión del enemigo de mi pueblo y el vuestro. Zann vendrá, y nada puede oponérsele hoy en Perisno con sus reinos desunidos y sus guerras mezquinas.
¿Sanshaku?
Danshaku. Es el título nobiliario que vos tendríais en mis tierras, señor, barón, dueño de dos pequeñso feudos sin vasallos con tierras propias, según nuestro código formal de nobleza, el "Kazoku". Recordad vuestra promesa, Eleazar.
Por supuesto, mi señor Eleazar no tenía manera de saber que mientras él se preparaba para futuras guerras, su "posible" hermano llegaba a la isla de Hyrl para informarse sobre los orígenes de Eleazar... Algo que volvería a cambiar su vida, quizá para bien, quizá para mal.
¡Sucios campesinos de esta isla de mierda, escuchadme! Tengo esta saca de oro para el que me pueda decir algo sobre un tipo que salió de esta isla hace poco tiempo, un año o así, un tal Eleazar. ¿Quién le conoce, quién fue su padre, qué sangre posée? ¡Oro por información, sucios lugareños, o si no espadas para Hyrl!
¡Cuán lejos estáis de casa, dragón, y qué poco prudente sois! Veinte arcos os apuntan al cuello, cincuenta hachas de Hyrl caerán sobre vuestra pequeña escolta si dáis un paso en falso. Veré tu oro... Sí. Es buen oro y combra buena información. Eleazar es el hermano de leche de mi hijo Hyk Dolohan y le quiero y le he tratado siempre como si fuera hijo mio desde que su padre se fue. ¿Qué quieres saber del pobre muchacho?
Eh... Yo... ¿Quién era su madre, su padre, por qué se fue de la isla?
Hm... No tenéis suficiente oro para pagar ciertas respuestas pero vuestro largo viaje merece algo a cambio... Eleazar y mi hijo abandonaron Hyrl para vengar el asesinato de su jefe de Drakkar, Torsson. Era un gran capitán y el jefe de guerra de esta isla, un buen muchacho al que Eleazar quería como un padre. Al que hubiera deseado como padre pero no. Su padre fue otro. Svafar del Clan Valahir mató a Torsson a traición y mis chicos no volverán sin su cabeza... Ya tardan más de lo que pensaba. Esperaba que encontrasen una tripulación, botaran un drakkar propio y hundieran a Svafar y a los suyos en el mar de los hielos. ¿Qué ha estado haciendo todo este tiempo, está bien mi hijo Hyk?
Hyk es el hombre de escudo de Eleazar y juntos han conseguido dos feudos en posesión en el Reich des Drachen. Allí son honrados y apreciados. ¿Viven los padres de Eleazar, es cierto que ya no le queda nadie?
Hm... De su padre nada sabréis por mi ni por los míos, dragón. Baste decir que procede de no muy lejos de vuestras tierras y que allí fue conocido y apreciado. De sangre noble fue. Y poderoso brazo, en cuanto a su madre... Temo decir más de la cuenta. Pero ya ha pasado tiempo suficiente, quizá, quizá sea el momento de hablar, si sois hombre discreto que no lleve al pobre Eleazar nuevas desdichas. ¿Juráis proteger los secretos de Eleazar y obrar en pro de su justicia o usaréis lo que diga para su mal?
¡Intento convencer a mi padre para que le adopte como hijo en nuestro clan, señor! Sólo quiero el bien de Eleazar al que considero como un hermano.
Quiero creeros... Está bien. Sabed aún así que si traicionáis a Eleazar la ira de Hyrl caerá sobre vos, él cree que está exiliado pero aquí sabemos que cumplirá su venganza y volverá como el hijo de Hyrl que es... Su madre se llamó Ágatha, del Clan de los elfos Redwood, señores de Elintor. Segunda hija del último Rey Elfo de esa casa cuyos hermanos fueron muertos en la rebelión del Clan Greenwood que ahora reina y gobierna. El hijo del hermano pequeño de Ágatha es el principal opositor y candidato al trono de los elfos en el exilio. Por eso los padres de Eleazar se refugiaron en nuestra isla en lo peor de la guerra civil... Para poder dar a luz al chico con seguridad... Ella se quedó, pero en menos de un año se reunió con sus antepasados regios y... Su padre tuvo que volver a la guerra, nunca volvió. Eran tiempos duros, muchos murieron.
Pero... Pero Eleazar no es un elfo, no puede ser de sangre real, me estáis metiendo una bola como una casa.
¡Por quién me tomáis! Yo soy Talmann, jefe de Hyrl y antes de eso fui el General Talmann Brazodeoro y mis ejércitos lucharon contra las invasiones Drachen y los elfos Greenwood al lado de nuestros aliados los Redwoods. Mi sangre es más noble, mi clan más antiguo que toda la nobleza drachen, lo que yo he perdido es más de lo que vos podéis ni soñar con tener... Pero todo eso se ha ido ahogado en sangre, recuerdos y desgracias... Tengo documentos que lo prueban que podéis ver pero no tocar pues soy custodio del pasado de mi desaparecido reino, dragón, enemigo e hijo de enemigo. Eleazar es hijo de una semielfa, hija de un rey elfo y su segunda esposa humana, una lady Illicana a la que mi propio padre sirvió. Su sangre impura la alejó de la sucesión, estrictamente masculina según las leyes elfas. De ahí que los Greenwood tuvieran que acceder al trono con sangre y fuego. De ahí que Eleazar parezca totalmente humano, de padre y abuelo humanos. Pero la sangre más noble de Elintor corre por sus venas... Y por parte de padre también posée rancio abolengo... ¿Os convence eso para que Eleazar sirva con honor en un simple Clan guerrero drachen? Sí... Veo en vuestros ojos que sí. ¡Mantendréis el secreto de lo que os he contado por el bien de Eleazar! Recordad que ahora compartís conmigo un peligroso secreto. Eleazar es, de morir Arwen y su hija y el pretendiente Lord Aethlindil, el cuarto en la línea de sucesión al trono de Elintor. ¿Sorprendido, eh? No sabéis ni la mitad. Pero iros ya. Mi paciencia y mi hospitalidad han terminado. Partid como amigo de la isla de Hyrl y de Eleazar. Pero dejad vuestro oro. Saben los Dioses que lo necesitamos. Adios.
Ajeno a todo esto, Eleazar se esforzaba en convertir Unterhaid y Liebesdorf en aldeas felices y prósperas, levantando defensas y escuelas, renovando sus campos y rebaños, entrenando a sus siervos para defender sus tierras, ganándose su aprecio y su cariño. Se le daba bien, hombre de carisma, el mismo amor que obtuvo en Unterhaid empezaba a lucir en Liebesdorf y sus gentes clamaban por seguirle en la paz y en la guerra. Eleazar era feliz, cazaba, comerciaba, entrenaba, ahorraba, limpiaba de bandidos sus tierras, hacía misiones para sus lores amigos, recuperó su hueste y siguió aprendiendo de Gereon como ser un buen mariscal. La tregua se acercaba a su final, debía estar preparado. Y entonces llegó la hora que tanto había yo ansiado.
¿Qué diablos queréis, joven? Hoy no estoy contando vuestras intimidades a nadie. Me tomo una copa en esta taberna.
¿Pero cómo tenéis tanta caradura, acabo de oíros decir "Eleazar era feliz, cazaba, comerciaba..." ¿Me vais a dejar en paz de una vez o qué?
¿Tienes ya las 100.000 monedas que os exigí como regalo para ofreceros mis servicios?
¡Ese dinero es para adquirir negocios productivos y mejorar mis feudos!
Eleazar... Muchacho... Yo valgo mucho, mucho más que diez herrerías y cien murallas nuevas. Aceptadme en vuestra hueste y jamás os arrepentiréis. Puedo verlo claramente.
¿Es que sois mago, un adivino?
¡Mago, adivino, consejero, sabio, hechicero, genio, todo eso y mucho más y sólo por 100.000 cochinas monedas de oro de nada! ¡Dadme ya el dinero, pardiez, sé perfectamente que aún tenéis otras 56.430 monedas que invertir en feudos y negocios!
Eh... Oh... Pero...
¡Fazl, estúpido remueve monedas, dame ese título de cambio que llevas escondido en el calzón ahora mismo. Sí... Cien mil dulces monedas de oro para mi, no valgo ni una perra menos.
¿Conocéis, señor, el valor de las letras de cambio y los pagarés?
¡Yo fui el primero en introducirlos en Perisno, idiota! Y el concepto de "seguro" en largas travesías comerciales y la idea de "pensión de viudedad" para los fallecidos en una hueste. Gracias, milord Eleazar. Soy vuestro juramentado vasallo, pero mirad, ya que estamos, y como primer consejo gratuíto, ya que estáis aumentando vuestro plantel de tenientes os quiero presentar a dos amigos. Seguidme.
¡HOLA! ¡YO VOLHEER! ¡YO NOBLE!
No le hagáis caso, milord, Uldin es un buen muchacho, duro, bruto y salvaje, pero buen muchacho. Yo soy Antíope la amazona, ambos buscamos señor a que servir, uno con buena soldada y que no nos lleve a la prisión y la ruina. ¿Éste es el tipo que vendría a contratarnos, Aracanus, viejo chocho? No parece gran cosa.
Mira bien en sus ojos, querida Antíope, mira la curva de su poderosa mandíbula llena de resolución y buena sangre. Eleazar será el mejor señor que tendréis jamás, y el último.
¿Me vaticinas una pronta muerte a su servicio, carcamal demente, quieres que te raje?
Dulce amor, te vaticino que vivirás una larga y próspera vida y morirás rodeada de nietecitas asesinas en tu propio feudo al servicio de este futuro Rey. ¿Te he mentido nunca?
Me dijiste que aguantabas tres seguidos, vejestorio, pero los dos que me diste no estuvieron mal. Está bien. Le serviré por un buen precio. Yo quiero 3000, Uldin no menos de 2.500. Tómalo o déjalo.
Es un dineral, ya tengo suficientes lugartenientes, no me queda dinero y...
Es igual. Yo les pagaré cuando cambie este documento en la banca de Schmalhalden, pues hacia allí nos dirigiremos. Después de todo el pagaré son 110.000 monedas, lo justo para pagar las contrataciones y el nuevo caballo que allí compraréis.
¡Yo no voy a Schmalhalden sino a Unterhaid!
Pues ahora sí. Convocarán una fiesta dentro de unas horas. El Kaiser ya te espera para darte una sorpresita. Con él estará tu futuro padre putativo con otra sorpresita más.
Pero entonces ves el futuro.
Nadie puede ver el futuro, pues fluctúa y muta, sin embargo el mundo es una rueda y todo ya ha pasado incontables veces de maneras sutilmente diferentes, siempre dejando espacio a la sorpresa, el milagro y el desastre. Yo he vivido innumerables vidas en este y otros mundos. Puedo vaticinar futuros posibles que son lógicos y coherentes, puedo predecir resultados basándome en mi experiencia, muchas veces os he seguido, Eleazar, joven muchacho, con otros nombres y otros aspectos en tierras de Calradia, Britania, Bizancio, Hispania, Roma, y sé como puede girar de nuevo la rueda. Así que soy un "adivino" pero no un amo del destino. Lo que elimina, amigo mío, la estúpida posibilidad de que confíes ciegamente en mis vaticinios y te lances a la muerte y al ridículo. ¿Comprendes bien esto que digo?
Que me puedes decir qué es lo más posible que pase si todo va según lo planeado.
¡Y mucho más! Pero por ahora confía siempre en tu instinto, tu honor y en tu sentido común y no te dejes llevar por cantos de sirena. Ea. ¡A la capital! Ardo en deseos de cambiar este pagaré e invitaros a todos a hidromiel en una tabernucha que conozco. Tendremos mucho que celebrar. ¡Y prueba mi espada por el camino!
¿Qué te ha parecido mi espada flamígera? Bien vale 100.000 monedas la posibilidad de tener una espada flamígera en tu hueste. Ahora devuélvemela. Vamos. Sé que no te gustará dado que es un arma a dos manos que no puede ser usada a caballo. molesta en la noche quitando tu visión nocturna y encontrarás otras mucho mejores. Venga. Siempre podrás acudir en mitad de cualquier combate nocturno a la luz de mis llamas sabiendo que ahí hay aliados. ¿Te ha gustado, eh? ¡Pues es mía, ea!
¡Nobles del Reich! Os he convocado aquí para festejar, ¡al fin! que empezamos a recuperar el terreno perdido. Usaremos esta tregua para prepararnos para recuperar el resto. ¡Saludad a Eleazar, el esposo de mi hija, que con los Barones Hendrik hizo esto posible! Bien, vale de ovaciones. Por sus méritos los tres merecen honores y tierras. Ya he concedido a Eleazar la aldea de Liebesdorf por conseguir liberarme de las garras de la Reina Trisna, pero ahora debéis saber que le hago entrega de dos de las magníficas fortalezas que han conquistado: Steinturm y Hafen!
¡Mis señores! Siento interrumpir este momento de alegría y ovaciones pero traigo las más terribles noticias. ¡Geldar ha sido exterminado y borrado de la faz de Perisno por las legiones de la Reina Arwen de los elfos! ¡Debéis ayudarme a recuperar mi reino o al menos vengarlo, si lo hacéis os serviré de buen grado!
Tú eres Oroe, hijo del Rey Gelvarin. ¿Qué ha sido de tu padre?
¡Su cabeza adorna las almenas de la capital elfa de Formiron junto a la de docenas de nuestros comandantes! ¡Nos aliamos con los Aurolo contra Arwen y a ellos les ha ignorado totalmente! ¡Venganza, drachen, acabemos juntos con Elintor!
Déjame adivinar... ¿No somos el primer reino al que acudes?
En honor a la verdad he solicitado ayuda a los Falcon, los Hakkon, a Maccavia y hasta a Drahara, vengo a ofrecerme aquí y si no me queréis serviré a los valahires, enanos o gigantes. Esa es la verdad.
Pues ya puedes continuar tu gira en busca de un nuevo Rey, muchacho. El Reich no se enfrentará, sin motivo, al poderoso reino de los elfos de Elintor. Partid sin más demora.
¡No olvidaré esto, Kaiser Otto! No sois un rey que vengue las injusticias y la memoria de los injustamente asesinados.
¡Por supuesto que no! Yo soy un Kaiser que no permite que sucedan las injusticias EN sus dominios y que lucha para que mis gentes no SEAN injustamente asesinadas. Partid ahora mismo de mis salas. Bien, como iba diciendo, concedo no uno sino dos castillos a mi buen yerno. ¡No quepa duda que no es nepotismo! Eleazar conquistó otras dos fortalezas, que le serán entregadas, a su debido tiempo, a los barones Hanns y su padre Hendrik por sus buenos servicios. ¡Héroes del Reich! ¡El Reich os saluda! Pronto volveremos a luchar en los campos contra Maccavia y repartiremos sus feudos entre el resto de vosotros, mis fieles y leales lores del Reich des Drachen. ¡Y ahora a festejar, por Eleazar!
¡POR ELEAZAR! (¿Has visto, Eli querido, cuán habil es mi padre? Te entrega dos castillos para que aunque pierdas uno sigas teniendo una sede donde almacenar ejércitos que te sirvan en tu mariscalía. Además demora la entrega de feudos a Hanns y Hendrik para mantener su lealtad mediante promesas y nada más. Aprende la lección, cariño. Si dudas de la lealtad de un lord, no le entregues feudos amurallados que puedan llevarse consigo a otros reinos).
(Dulce esposa... Hendrik y Hanns son honorables y leales, y quizás dentro de poco forme parte de su Clan)
(Lealísimos, cariño, todo lo leal que se puede ser sin tener feudos en propiedad, pues perdieron los suyos en la caída de Dasselocht. ¿Lo habías olvidado, amor? No. Mi padre otorgará castillos a sus lores más fieles y aldeas a los que arrojen sombras sobre su lealtad. Tus nuevos "familiares" tendrán que esperar cuatro elecciones antes de recibir su primer feudo, espero que se lo hagas entender con diplopacia...)
¿Significa eso que se reafirman nuestros nombramientos como responsables castellanos, milord Eleazar?
Je... Por supuesto que sí, dulce Zaira, ama de llaves de Steinturm, despensera de Hafen.
¡Entonces no olvidéis pagarnos DOS sueldos, mi Señor! ¡JA!
Y así, en la paz, todo el mundo bebe. Todo el mundo come. Todos son felices en la alegría de obtener no una sino dos casas fuertemente amuralladas. ¿Acaso no fueron antes tomadas por el enemigo y luego por alguien como nosotros al retomarlas? Si la hueste de Eleazar las tomó cualquiera puede hacerlo. ¿Y a quién le va a tocar reforzar y elevar sus muros de sol a sol, bajo la nieve y la lluvia, cortando piedras y afilando vigas? A mi. Al enano. Al "arquitecto del castillo", al "herrero del Barón". ¿Y por qué sueldo? ¿Y durante cuánto tiempo? ¿Y si luego vienen más castillos y ciudades y feudos, quién tendrá que levantar sus murallas, prisiones, herrerías, universidades y Gremios comerciales? ¡Yo, el pobrecito enano! ¡Ayyyyyyyyyyy por qué no me quedé en mis oscuros túneles kaikoth, feliz y contento!...
Y ahora, mi señor y Barón. Continuaré haciéndome ganar mi contratación de 100.000 monedas con sabios consejos sorprendentes... ¿Habéis notado la dificultad logística de la posición de vuestros feudos, verdad?
Sabed pues que tiene buen arreglo bajo la ley feudal milenaria de Perisno... Hablad con el buen Graf Ralf, el hijo del Herzog Oskar y ofrecedle intercambiar vuestra aldea de Liebesdorf a cambio de su aldea de Rossenberg, vecina de vuestra otra aldea. Ya veréis como no se negará. Aprovechad que en esta fiesta está todo el mundo.
¡Por supuesto que sí, de mil amores! Después de todo Liebesdorf está más cerca de las tierras de mi padre. Aunque... Rossenberg es más rica que Liebesdorf y deberíais... Pagarme un dinero simbólico para compensar todo lo que he invertido en mi viejo feudo y poder así igualar la inversión en el nuevo. ¿Aceptáis? ¿Sí? ¡Cuánto me alegro! ¡Brindemos, brindemos pues!
"Recuperar lo invertido en mi aldea más rica"... Qué cínico. Un soborno como otro cualquiera. En fin. Ahora mirad vuestros castillos, milord Eleazar... Steinturm no está mal, y Hafen está entre Steinturm y vuestras aldeas. ¿Pero qué pasa con Aolas? ¿Qué pasa con el lejano feudo único de vuestra señora esposa? Para eso deberéis seguir los siguientes pasos, prestad atención...:
¿Que si acepto intercambiar mi castillo Aolas por tu nuevo castillo de Hafen? Claro que sí, cariño, si lo crees necesario lo haré de mil amores, aunque tendremos que pagar el reasentamiento de las dos guarniciones, unos 2500 nos costará. ¿Pero por qué? ¿Que te siga? De acuerdo...
¿Queréis intercambiar el Castel Aolas por mi castillo de Norberg? ¿Pero no era Aolas vuestro, Princesa? ¡Oh! Queréis que sea parte de una carambola de intercambios de castillos... Bueno. Norberg ha sido siempre la sede de mi Clan desde que llegó a Perisno... Sus heladas paredes, sus congelados pasillos... ¿De verdad lo queréis intercambiar por Aolas, un castillo nuevo, lejos de las tierras siempre heladas, con hermosos canales, río y puerto, de buenos campos de cultivo a las puertas de las estepas? ¿Sí? Bien, pues si el Kaiser no tienen ninguna objección aceptaré intercambiar nuestros castillos... Aunque espero que comprendáis que dado que Norberg posée una renta superior al menos me compenséis económicamente para poder permitirme el traslado de mi guarnición a Aolas. 1568 monedas de oro.
Barón Fridl... Nosotros también tendremos que pagar el traslado de nuestra guarnición a Norberg... En fin. Aquí tenéis lo acordado. ¡Disfrutad de vuestra nueva posesión! Allí Eleazar y yo hemos sido muy felices, sedlo vos también con vuestra familia.
¿Habéis visto, Barón Eleazar, qué bien salen las cosas engrasando con unos pocos de miles de monedas de oro? AHORA ya tenéis un pequeño principado dentro del Reich. Un Lander, como os gusta llamarlos a vuestras gentes, pequeño pero unido. Y ahora, mi princesa, mi príncipe consorte, disculpadme, he conocido a una camarera hermosa que aceptaría aprender un poco de... Magia... De nada por todo, jóvenes, ¡hasta luego!
Impresionante... Verdaderamente impresionante. ¿Y cuánto dices que te ha pedido por sus servicios? ¿Cien mil monedas? Tómalas. Aquí las tienes de mis propios ahorros. Ese hombre bien vale un millón, cariño mio...
¡Eleazar, Eleazar, mira quién está aquí, el hijo pródigo ha vuelto!
¡Mi señor Eleazar, joder, a mis brazos, soy yo, Slyter el Murciélago! ¿No me reconocéis en mis atuendos Aurolo, verdad? ¡JAJAJA! Ay... Pues sabed que os he traído otro exáctamente igual para vos, de recuerdo, hecho por las esposas de vuestros amigos de la isla esmeralda, tomad, amigo mio.
¡Estáis impresionante! Tal parecéis un cacique Aurolo... Ellos... No están pasando por su mejor momento. A duras penas consiguieron arrancar una tregua de la Reina Arwen. Me figuro que para que ella tenga tiempo suficiente para celebrar el exterminio y desaparición de los elfos Geldarín, los amigos de los aurolo. ¡Ah, Eleazar, qué matanzas, qué batallas, miles de flechas en llamas contra cientos de esferas de humo envenenado! Combates en los pantanos, en las plataformas de las copas de los árboles, emboscadas de tropas bajo el fango pantanoso, carreras en la oscuridad de la selva profunda... El horror verde. La selva se ha llenado de nuevo abono de los caídos... Y de los muertos, pues no todo el abono fue asesinado, pero en fin... ¡Ahora estáis hecho todo un lord! Os dejé como un Graf y os encuentro como un Mariscal, con castillos y todo. Veo que Birgit os ha convertido en un auténtico drachen, ¿eh? Qué lástima.
¡Pero bueno, qué te has creído, salvaje vestido de jardín! Y como esperes poder sentarte con esa armadura viva en mis cojines vas listo. ¿Qué te crées, que no sé que suele echar raíces por ahí hasta que le crece la corteza petrificada? ¡Saca eso ahora mismo al patio hasta que le podamos preparar un jardincito resguardado del frío en algún invernadero, idiota... Y bienvenido, dame un abrazo. ¿Te quedarás?
Sí, mi dama, si vuestro esposo me acepta, he aprendido y mejorado mucho, como espía, explorador, saqueador y forrajeador. Soy un Aurolo, uno de sus "Ratu", o caciques. Pero con el permiso del Aroulo Pomaahkaa, el cual me pide que os recuerde que sois también un Aurolo adoptivo, comandaré una unidad de bosquimanos aurolo al servicio de Eleazar. Seremos sus saqueadores, sus forrajeadores, sus exploradores invisibles en las selvas y los bosques aunque... Aquí en este infierno blanco y helado nuestras habilidades no sirven para nada. Tiene gracia, ¿eh?
¿Por qué has vuelto ahora, Slyter?
Mis maestros ya no tienen nada que enseñarme de la selva y el pantano. Y veían en mi la inquietud por volver a vuestro lado. Me invitaron a marchar ahora que la tregua les permite lamerse las heridas. Orgullosos de que ni todo el poder de Elintor, incluso con sus conquistas tolranas, pudieran arrebatarles la única ciudad que tienen... Joder, si ni siquiera la encontraron en el centro de la selva y los pantanos. Lucharon como héroes, como elementales de selva y barro, amigos. Estoy muy orgulloso de haberles ayudado, ahora quiero ayudaros a vosotros... Y traeros una advertencia: La invasión de la que tanto habla Shi Jin es cierta. Exploradores Aurolo han vuelto del noreste de su isla con informes sobre inmensas huestes de jinetes de largos arcos. Al parecer no es mas que la cabeza de puente de la invasión, una mera vanguardia reducida, y aún así son casi 2000 guerreros divididos en pequeñas huestes de exploradores, saqueadores y guardianes de su zona de desembarco futura, donde han levantado un pequeño fuerte y reúnen a sus exploradores. Dos señores tienen, Yachaamozi y Onishi.
Sí, hakushaku Eleazar. Conozco esos nombres. Son poderosos Señores de la Guerra allá en Jin. Si Zann los ha enviado a Perisno es que la invasión es inminente. Apenas tenemos uno o dos meses para prepararnos. Allí Yachaamozi y Onishi gobernaban provincias enteras tan grandes como Perisno. Aquí no son mas que jefes de la vanguardia de sus exploradores. Imaginad pues los miles de invasores que traerá Zann, el malvado. ¡La hora se aproxima, mi hakushaku! Debemos prepararnos para las batallas por venir. ¡JAY!
Te he echado de menos, oriental... Sigues tan raro como siempre. Pues bien, Eli, los aurolos dicen que los exploradores de esos dos tipos son imparables, veloces, sedientos de sangre y no dejan prisioneros. ¡Debemos avisar al kaiser!
Otto IV está más que informado. No. No podemos enfrentarnos con el poder del Reich a una amenaza de invasión tan brutal. Debemos... Debemos... ¡Convocar a todos los reyes de Perisno a La Gran Alianza!
Última edición por Lord_Eleazar el Miér Nov 06, 2019 4:41 pm, editado 1 vez