Llegan más problema
Tras derrotar al ejército de Napoléon y sus aliados italianos, el conjunto prusiano-austríaco se avalanzó sobre Italia como un obeso al MacDonals. De alguna manera, la conspiradora Francia consiguió convencer a España para que rompiera todos los tratados con Prusia y le declarara la guerra. Asímismo, mientras el grueso de los ejércitos prusianos se encontraba en Italia, Napoleón y sus aliados neerlandeses empezaron a aproximarse a la frontera germana.
Esto empezaba a ponerse feo.
Mientras Prusia asediaba la ciudad de Milán, Metrac y sus ejércitos austríacos se habían quedado atrás, cubriendo la retirada en un puente cercano, pero lo suficientemente lejos como para NO aportar refuerzos a Prusia en caso de combate. Entonces ocurrió.
Suiza, aliada de Francia y enemiga de Austria pero no de Prusia, avanzó con un colosal ejército de infantería de línea para atacar el ejército principal de Austria.
Austria trató de retirarse en dos ocasiones, pero el enemigo se movía más velozmente al no contar con ningún cañón, y acabó dando caza a Metrac, que se encontraba sólo ante el enemigo.
Suiza, manejada por mí, no tuvo ninguna piedad con el ejército germano. Sus inmensas filas de infantería avanzaron seguras ante un enemigo que, pensaron, no daría mucha batalla. Se equivocaron.
Austria, que contaba con varios cañones bien posicionados, hizo bastante daño a los suizos, que consiguieron más tarde neutralizar la artillería con sucesivas oleadas de caballería.
Finalmente, y tras largos períodos de disparos cara a cara, frente por frente de la infantería, la enorme superioridad numérica de Suiza le aportó la victoria. Pero la sufrieron.
Tras derrotar al ejército de Napoléon y sus aliados italianos, el conjunto prusiano-austríaco se avalanzó sobre Italia como un obeso al MacDonals. De alguna manera, la conspiradora Francia consiguió convencer a España para que rompiera todos los tratados con Prusia y le declarara la guerra. Asímismo, mientras el grueso de los ejércitos prusianos se encontraba en Italia, Napoleón y sus aliados neerlandeses empezaron a aproximarse a la frontera germana.
Esto empezaba a ponerse feo.
Mientras Prusia asediaba la ciudad de Milán, Metrac y sus ejércitos austríacos se habían quedado atrás, cubriendo la retirada en un puente cercano, pero lo suficientemente lejos como para NO aportar refuerzos a Prusia en caso de combate. Entonces ocurrió.
Suiza, aliada de Francia y enemiga de Austria pero no de Prusia, avanzó con un colosal ejército de infantería de línea para atacar el ejército principal de Austria.
Austria trató de retirarse en dos ocasiones, pero el enemigo se movía más velozmente al no contar con ningún cañón, y acabó dando caza a Metrac, que se encontraba sólo ante el enemigo.
Suiza, manejada por mí, no tuvo ninguna piedad con el ejército germano. Sus inmensas filas de infantería avanzaron seguras ante un enemigo que, pensaron, no daría mucha batalla. Se equivocaron.
Austria, que contaba con varios cañones bien posicionados, hizo bastante daño a los suizos, que consiguieron más tarde neutralizar la artillería con sucesivas oleadas de caballería.
Finalmente, y tras largos períodos de disparos cara a cara, frente por frente de la infantería, la enorme superioridad numérica de Suiza le aportó la victoria. Pero la sufrieron.