- Spoiler:
- Esta história está basada en un juego del mod Brytenwalda, con la dificultad al máximo (excepto en lo de parar golpes automáticamente, nunca me salió bien pararlos con el mouse), por lo que esperen cosas malas y quizás capitulos enteros detenidos en ciertos lugares, espero que les guste, saludos!
PD: Si, me acabo de dar cuenta que lo puse en cualquier lado u.u
CRONICA DE LA MUERTE DE LOS BRYTENWALDA
Levanté mi mano ensangrentada tratando de detener otro golpe, la sangre tenía un brillo hermoso bajo la luz de la luna, pero la vara cayo sobre mi pecho y un sonoro ¡Crack!, se escuchó.
- Rápido – dijo una voz nerviosa – Fíjate si lleva algo de valor.
Sentí como me registraban, buscando en mis bolsillos, sacandome la bolsa de monedas que tenía., dándome vuelta y revisando todo. Sentía un pinchazo en mi pecho cada vez que respiraba profundamente y tenía la cabeza embotada por los golpes.
- Sácale las botas, el protector, la capucha también – decía la voz mientras sentía como poco a poco me iban desnudando. – Las armas también, esa lanza vendrá bien, no le dejes nada.
El frío suelo tocó mi espalda, junto a una sensación pegajosa: un gran charco de mi sangre se había formado alrededor mio. Me toqué la cabeza, sangre salía de mi cabeza, allí donde el bandido había golpeado con el palo.
- Ya está, no tiene nada más – murmuró una voz diferente. – Lo… ¿Lo matamos? – dijo nervioso.
- Si, podría reconocernos después – dijo otra voz.
A través de los ojos entrecerrados pudo ver como una sombra se alzaba, con la luna detrás y bajaba con rápidez.
- ¡¿Quién esta ahí?! – una voz lejana gritó, como si estuviera detrás de neblina.
- Demonios, ¡Vámonos! – dijo y unos pasos presurosos se escucharon alejandose.
Se escucharon otros pasos presurosos, pero esta vez acercándose y la luz y el calor de una antorcha se hicieron presentes.
- Maldición – murmuró una nueva voz – Pobre diablo, veremos si el señor se apiada de ti. – dijo mientras miraba al hombre casi muerto tirado en el suelo.
Mientras sentía que me levantaban, y mi cuerpo dolorido se quejaba, dejé escapar un gruñido, traté de mirar al hombre que me llevaba a rastras, pero mi mirada se desenfocaba, antes de perder el conocimiento pense que sería gracioso que esos ladrones se hubieran huído para dejarme en manos de otro ladrón, dado que un recién llegado a las islas era una presa fácil para cualquier ladrón, una neblina cayó sobre mis ojos y no recuerdo nada más.