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Las aventuras de James Karlsson
Mikeboix- Emperador
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- Mensaje n°26
Re: Las aventuras de James Karlsson
Que nadie le haga caso, él no conoce la verdadera historia de Nizar!!
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Bargol- Espadachín
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- Mensaje n°27
Re: Las aventuras de James Karlsson
jajajajajaja. Haber, lo primero, voto por la opción a), puesto que b) y c) no son coherentes. El relato me ha gustado pero lo mejor sin duda es la concentración de personalidades por aqui con advertencias jajaja
Mikeboix- Emperador
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- Mensaje n°28
Re: Las aventuras de James Karlsson
Muy bien. El relato nº 3, que muy probablemente suba mañana junto al cuatro, seguirá la opción a.
Abriré un nuevo tema para cada 2 capítulos.
Abriré un nuevo tema para cada 2 capítulos.
Mikeboix- Emperador
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- Mensaje n°29
Las aventuras de James Karlsson (cap 3 y 4)
CAPÍTULO 3: EN BUSCA DE SU SALVADOR
Aquella era una mañana muy fresca. Había llovido durante toda la noche con una fuerza tempestuosa, haciendo crujir las finas paredes de madera del barracón de soldados. A la luz del alba todo lo malo había parecido esfumarse, y la únicas marcas restantes del diluvio eran los grandes charcos del suelo y las mayores aún ojeras de James Karlsson (apenas durmió esa noche).
Su despertar no fue tan tranquilo como el de la mañana anterior, cuando los rayos del mediodía le hicieron levantarse para descubrir que se encontraba en el amigable castillo de Jelbegi. Pues no, aquella mañana fue tratado como un soldado más de esos muchos que debían levantarse al alba para montar guardia en las empalizadas de la fortaleza. Y es que estaban realizando todos los preparativos para el viaje qe les llevaría a la capital, Sargoth.
Uno de los regimientos del castillo se estaba preparando para relevar las fuerzas de Sargoth, que habían marchado en su gran mayoría a la guerra. Y James Karlsson iba a viajar con este regimiento a la capital con el objetivo de encontrarse con el hombre que salvó su vida, el señor del castillo, Jarl Logarson.
Antes de que acabara de amanecer ya se habían congregado las tropas en la plaza del castillo. James pudo calcular que habían unos 100 hombres preparados para la marcha, 100 hombres que no parecían en absoluto soldados. Eran las milicias, reclutas del ejército enlistados muchas veces a la fuerza que, hasta hace unos meses, no eran más que campesinos. James tuvo la ocasión de conversar con uno de esos reclutas durante el viaje, un hombre de edad bastante avanzada que se hacía llamar Jercov. Le explicó que él era natural de Vayejeg, aldea antaño perteneciente al reino Vaegir. Recientemente había sido tomada por el reino del Norte y él fue obligado a alistarse en el ejército de los enemigos de su tierra, el ejército que había quemado sus campos, saqueado sus ciudades y asesinado a sus hijos.
A James le extrañó enormemente que aquel tal Jercov estuviera compartiendo con él sus más profundas confidencias, pero eso le hizo crear lazos con él rápidamente. También James compartió con su compañero algunos detalles de su pasado que jamás habían salido más allá de sus recuerdos.
Fueron tres largos días viajando a pie, durmiendo a la interperie, atravesando enormes valles y rodeando altas montañas. Por suerte el tiempo parecía complacerles, y la lluvia no hizo aparición para entorpecer la marcha de los soldados. Finalmente, al tercer día de marcha por la mañana, pudieron divisar las murallas de Sargoth en la distancia. Alrededor de la ciudad parecía haberse instalado un enorme campamento, que sin duda era marca de que los ejércitos del rey aún no habían abandonado la ciudad.
Los soldados de los ejércitos aún dormían a esas horas en las tiendas de campaña que se encontraban diseminadas en los alrededores de la ciudad. Sólo algunos vigías y guardianes se encontraban despiertos para anunciar a sus superiores que habían llegado los relevos del castillo de Jelbegi. James Karlsson, contando con un permiso especial, pudo separarse del grupo que ahora iba a formar guardia en la ciudad, por lo que se despidió de su buen amigo Jercov, con la esperanza de que volverían a encontrase muy pronto.
James se adentró por las solitarias calles de la ciudad, con el objetivo de buscar el lugar dónde se alojara su salvador, el Jarl Logarson, junto a los otros señores de guerra del Norte. Poco podía esperar James que saldría perdiendo con este encuentro...
Aquella era una mañana muy fresca. Había llovido durante toda la noche con una fuerza tempestuosa, haciendo crujir las finas paredes de madera del barracón de soldados. A la luz del alba todo lo malo había parecido esfumarse, y la únicas marcas restantes del diluvio eran los grandes charcos del suelo y las mayores aún ojeras de James Karlsson (apenas durmió esa noche).
Su despertar no fue tan tranquilo como el de la mañana anterior, cuando los rayos del mediodía le hicieron levantarse para descubrir que se encontraba en el amigable castillo de Jelbegi. Pues no, aquella mañana fue tratado como un soldado más de esos muchos que debían levantarse al alba para montar guardia en las empalizadas de la fortaleza. Y es que estaban realizando todos los preparativos para el viaje qe les llevaría a la capital, Sargoth.
Uno de los regimientos del castillo se estaba preparando para relevar las fuerzas de Sargoth, que habían marchado en su gran mayoría a la guerra. Y James Karlsson iba a viajar con este regimiento a la capital con el objetivo de encontrarse con el hombre que salvó su vida, el señor del castillo, Jarl Logarson.
Antes de que acabara de amanecer ya se habían congregado las tropas en la plaza del castillo. James pudo calcular que habían unos 100 hombres preparados para la marcha, 100 hombres que no parecían en absoluto soldados. Eran las milicias, reclutas del ejército enlistados muchas veces a la fuerza que, hasta hace unos meses, no eran más que campesinos. James tuvo la ocasión de conversar con uno de esos reclutas durante el viaje, un hombre de edad bastante avanzada que se hacía llamar Jercov. Le explicó que él era natural de Vayejeg, aldea antaño perteneciente al reino Vaegir. Recientemente había sido tomada por el reino del Norte y él fue obligado a alistarse en el ejército de los enemigos de su tierra, el ejército que había quemado sus campos, saqueado sus ciudades y asesinado a sus hijos.
A James le extrañó enormemente que aquel tal Jercov estuviera compartiendo con él sus más profundas confidencias, pero eso le hizo crear lazos con él rápidamente. También James compartió con su compañero algunos detalles de su pasado que jamás habían salido más allá de sus recuerdos.
Fueron tres largos días viajando a pie, durmiendo a la interperie, atravesando enormes valles y rodeando altas montañas. Por suerte el tiempo parecía complacerles, y la lluvia no hizo aparición para entorpecer la marcha de los soldados. Finalmente, al tercer día de marcha por la mañana, pudieron divisar las murallas de Sargoth en la distancia. Alrededor de la ciudad parecía haberse instalado un enorme campamento, que sin duda era marca de que los ejércitos del rey aún no habían abandonado la ciudad.
Los soldados de los ejércitos aún dormían a esas horas en las tiendas de campaña que se encontraban diseminadas en los alrededores de la ciudad. Sólo algunos vigías y guardianes se encontraban despiertos para anunciar a sus superiores que habían llegado los relevos del castillo de Jelbegi. James Karlsson, contando con un permiso especial, pudo separarse del grupo que ahora iba a formar guardia en la ciudad, por lo que se despidió de su buen amigo Jercov, con la esperanza de que volverían a encontrase muy pronto.
James se adentró por las solitarias calles de la ciudad, con el objetivo de buscar el lugar dónde se alojara su salvador, el Jarl Logarson, junto a los otros señores de guerra del Norte. Poco podía esperar James que saldría perdiendo con este encuentro...
Última edición por Mikeboix el Lun Nov 12, 2012 7:30 pm, editado 2 veces
Mikeboix- Emperador
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- Mensaje n°30
Re: Las aventuras de James Karlsson
CAPÍTULO 4: EL HÉROE DE RODILLAS
James Karlsson tuvo que dar muchas vueltas por las sinuosas callejuelas de Sargoth antes de encontrar la entrada a la ciudadela. No obstante era aún temprano cuando se encontró ante las enormes puertas que guardaban el castillo del Rey, unos portones de madera que parecían medir más de 25 pies de alto, rodeados de una fuerte empalizada de madera de roble. Por encima de estas defensas se podían vislumbrar las imponentes torres de madera del castillo, grande y coronado por un tejado decorado con temibles gárgolas de dragones de la mitología nórdica.
Las puertas las guardaban cuatro fornidos soldados de la guardia del rey, ataviados con túnicas de pieles negras y pesados cascos de los que colgaban mallas de metal para cubrir el rostro. James mostró su permiso a uno de los guardias, pero inmediatamente obligó al muchacho a que se fuera y no volviera hasta que el sol estuviera mucho más alto. Lógicamente, los señores de guerra del Norte no querrían ser molestados a tan temprana hora de la mañana. A James no le corría prisa, así que se alejó tranquilamente de la ciudadela para volver a sumirse en el mar de calles de la ciudad.
Así pasaron varias horas, investigando y paseando por los distintos recovecos de Sargoth. Visitó la arena, que también se hallaba cerrada; visitó la plaza central, donde ya algunos madrugadores mercaderes empezaban a abrir sus negocios (ningún producto parecía estar al alcance del bolsillo de James); y finalmente pasó la mayor parte del tiempo en una taberna de la plaza que tenía aspecto de ser antiquísima.
La planta baja parecía estar destinada al almacén, así que subió los viejos escalones de madera, que crujían como un montón de hojas secas bajo los pies, y tomó un par de cervezas negras en la primera planta, junto a la compañía de varios soldados que se encontraban también de permiso.
Entabló especial conversación con un joven llamado Brynjolf, un soldado de la guardia personal del Jarl Aeric. Él y el resto de la hueste de Aeric habían llegado hacía dos días a Sargoth, uno de los primeros ejércitos en acudir a la llamada del rey.
Gracias a Jurgen pudo James saber que aún no habían acudido todos los señores de guerra del norte a la llamada del rey Ragnar: Aeric se había presentado con una hueste de 200 hombres, Faarn, Gearth y Reamald habían traído casi 300 hombres cada uno, y también habían llegado Olaf, Marrayirr y Logarsson, sumando entre los tres más de 500 soldados.
Todos se hospedaban en los salones del rey, y estaban discutiendo los planes de guerra mientras esperaban la llegada de los otros señores.
Ya con el estómago y la curiosidad saciadas, James se despidió de sus compañeros y se encaminó de nuevo hacia el castillo. Habían pasado tres horas, y si los nobles del Norte seguían durmiendo dejaría sus agradecimientos para otra ocasión.
Cruzando ya las puertas de la ciudadela pudo ver James a dos hombres ricamente vestidos que caminaban por el patio seguidos de varios guardias. Hablaban animados de temas que debían ser muy divertidos, porque los dos señores reían ruidosamente y con voces graves. No quiso James interrumpir su diversión, por lo que pasó junto a ellos sin molestar y se acercó al guardia de la puerta del castillo para pedir la entrada.
Allí le confiscaron la espada, asegurándole que se la devolverían a la salida.
Era una herencia de su padre, y aunque ya empezaba a hacerse visible que necesitaba un nuevo afilado, la espada era de muy buen temple y acero noble. Al parecer el guardia lo constató y se aseguró personalmente de que la espada estuviera a buen recaudo. Tras esto entró en el castillo, siempre bajo la atenta vigilancia del mismo guardia, que le seguía y le conducía allí donde había solicitado James: el lugar donde se encontrara el Jarl Logarsson.
El castillo del rey Ragnar era una gran fortaleza de madera y piedra, con amplios salones débilmente alumbrados por la luz de las antorchas, conectados por una serie de pasillos atestados de fornidos guardias, que portaban las distintas heráldicas de los vasallos del Norte y se encargaban de guardar las habitaciones de sus señores.
Al fin llegaron a los aposentos del Jarl Logarsson, que se encontraba en su sala, discutiendo temas de guerra junto al Jarl Aeric y el Jarl Gearth.
Lógicamente, James no fue capaz de distinguir en un primer momento al Jarl Logarsson, único motivo de su visita, entre los otros hombres que se hallaban en la sala. Por suerte, poco después de cruzar el umbral de la puerta, el guardia que seguía a James lo anunció de esta manera:
-Disculpen la interrupción, mis señores, pero este hombre trae una nota y la intención de hablar con el Jarl Logarsson.
Al oír esto, el hombre que se hallaba sentado en el centro de la mesa se levantó lentamente. Era el Jarl Logarsson un hombre de no más de 40 años, de barba corta y muy negra, porte fuerte y grande, como la mayoría de los nórdicos. Tenía ese porte, sin embargo, algo de arrogancia que James, por su asombro y agradecimiento, no fue capaz de ver.
-Bueno, joven. ¿Quién eres y cuál es el mensaje que traes contigo? Procura no hacernos perder demasiado el tiempo, porque cuando los señores de guerra del Norte están imaginando las guerras que van a librar, es de estúpidos interrumpirlos.
-Mi señor Jarl, mi nombre es James, hijo de Joric Karlsson. He viajado largos días para mostraros mis más sinceros agradecimientos por lo que hicisteis vos y vuestros hombres en el bosque cerca de Jelbegi. Salvasteis mi vida al rescatarme de los bandidos, y me disteis todas las comodidades y cuidados para que sanara en vuestro castillo. Mi señor, yo vengo de las lejanas tierras de Swadia y allí, cuando un señor hace tanto bien y tales favores por un súbdito, el súbdito busca toda manera posible de devolverle el favor al señor. Así que, mi señor Jarl Logarsson: ofrezco mi espada en vasallaje a vos y vuestra casa, prometiendo mis servicios, compañía y protección hasta el fin de mis días.
Y, mi señor, tened por seguro que no encontraréis sirviente tan agradecido, sirviente tan dispuesto a dar la vida por vos como lo haré yo, ni nadie que honre tanto vuestro nombre como lo haré yo. Podréis rechazar mi oferta, pero en cualquier caso buscaré la forma de saldar mis deudas con vos de un modo u otro, y es muy posible que llegara a pareceros pesado por esta otra vía.
Acto seguido se arrodilló, fijando la vista al suelo en acto de sumisión, temiendo que estas torpes y atrevidas palabras condujeran al predecible resultado: el Jarl ordenara su inmediata expulsión de la sala y un par de azotes por el atrevimiento.
Pero el Jarl rió. Rió ruidosamente, una risa que contagió rápidamente a sus compañeros de armas. Pasó un minuto entero antes de que se levantara, aún divertido y dijera:
-¿Así que James Karlsson, hijo de Joric Karlsson quiere servirme? Desde luego que me servirás. Me servirás en la primera línea de mi infantería cuando la semana que viene libremos batalla contra nuestros enemigos.
James Karlsson tuvo que dar muchas vueltas por las sinuosas callejuelas de Sargoth antes de encontrar la entrada a la ciudadela. No obstante era aún temprano cuando se encontró ante las enormes puertas que guardaban el castillo del Rey, unos portones de madera que parecían medir más de 25 pies de alto, rodeados de una fuerte empalizada de madera de roble. Por encima de estas defensas se podían vislumbrar las imponentes torres de madera del castillo, grande y coronado por un tejado decorado con temibles gárgolas de dragones de la mitología nórdica.
Las puertas las guardaban cuatro fornidos soldados de la guardia del rey, ataviados con túnicas de pieles negras y pesados cascos de los que colgaban mallas de metal para cubrir el rostro. James mostró su permiso a uno de los guardias, pero inmediatamente obligó al muchacho a que se fuera y no volviera hasta que el sol estuviera mucho más alto. Lógicamente, los señores de guerra del Norte no querrían ser molestados a tan temprana hora de la mañana. A James no le corría prisa, así que se alejó tranquilamente de la ciudadela para volver a sumirse en el mar de calles de la ciudad.
Así pasaron varias horas, investigando y paseando por los distintos recovecos de Sargoth. Visitó la arena, que también se hallaba cerrada; visitó la plaza central, donde ya algunos madrugadores mercaderes empezaban a abrir sus negocios (ningún producto parecía estar al alcance del bolsillo de James); y finalmente pasó la mayor parte del tiempo en una taberna de la plaza que tenía aspecto de ser antiquísima.
La planta baja parecía estar destinada al almacén, así que subió los viejos escalones de madera, que crujían como un montón de hojas secas bajo los pies, y tomó un par de cervezas negras en la primera planta, junto a la compañía de varios soldados que se encontraban también de permiso.
Entabló especial conversación con un joven llamado Brynjolf, un soldado de la guardia personal del Jarl Aeric. Él y el resto de la hueste de Aeric habían llegado hacía dos días a Sargoth, uno de los primeros ejércitos en acudir a la llamada del rey.
Gracias a Jurgen pudo James saber que aún no habían acudido todos los señores de guerra del norte a la llamada del rey Ragnar: Aeric se había presentado con una hueste de 200 hombres, Faarn, Gearth y Reamald habían traído casi 300 hombres cada uno, y también habían llegado Olaf, Marrayirr y Logarsson, sumando entre los tres más de 500 soldados.
Todos se hospedaban en los salones del rey, y estaban discutiendo los planes de guerra mientras esperaban la llegada de los otros señores.
Ya con el estómago y la curiosidad saciadas, James se despidió de sus compañeros y se encaminó de nuevo hacia el castillo. Habían pasado tres horas, y si los nobles del Norte seguían durmiendo dejaría sus agradecimientos para otra ocasión.
Cruzando ya las puertas de la ciudadela pudo ver James a dos hombres ricamente vestidos que caminaban por el patio seguidos de varios guardias. Hablaban animados de temas que debían ser muy divertidos, porque los dos señores reían ruidosamente y con voces graves. No quiso James interrumpir su diversión, por lo que pasó junto a ellos sin molestar y se acercó al guardia de la puerta del castillo para pedir la entrada.
Allí le confiscaron la espada, asegurándole que se la devolverían a la salida.
Era una herencia de su padre, y aunque ya empezaba a hacerse visible que necesitaba un nuevo afilado, la espada era de muy buen temple y acero noble. Al parecer el guardia lo constató y se aseguró personalmente de que la espada estuviera a buen recaudo. Tras esto entró en el castillo, siempre bajo la atenta vigilancia del mismo guardia, que le seguía y le conducía allí donde había solicitado James: el lugar donde se encontrara el Jarl Logarsson.
El castillo del rey Ragnar era una gran fortaleza de madera y piedra, con amplios salones débilmente alumbrados por la luz de las antorchas, conectados por una serie de pasillos atestados de fornidos guardias, que portaban las distintas heráldicas de los vasallos del Norte y se encargaban de guardar las habitaciones de sus señores.
Al fin llegaron a los aposentos del Jarl Logarsson, que se encontraba en su sala, discutiendo temas de guerra junto al Jarl Aeric y el Jarl Gearth.
Lógicamente, James no fue capaz de distinguir en un primer momento al Jarl Logarsson, único motivo de su visita, entre los otros hombres que se hallaban en la sala. Por suerte, poco después de cruzar el umbral de la puerta, el guardia que seguía a James lo anunció de esta manera:
-Disculpen la interrupción, mis señores, pero este hombre trae una nota y la intención de hablar con el Jarl Logarsson.
Al oír esto, el hombre que se hallaba sentado en el centro de la mesa se levantó lentamente. Era el Jarl Logarsson un hombre de no más de 40 años, de barba corta y muy negra, porte fuerte y grande, como la mayoría de los nórdicos. Tenía ese porte, sin embargo, algo de arrogancia que James, por su asombro y agradecimiento, no fue capaz de ver.
-Bueno, joven. ¿Quién eres y cuál es el mensaje que traes contigo? Procura no hacernos perder demasiado el tiempo, porque cuando los señores de guerra del Norte están imaginando las guerras que van a librar, es de estúpidos interrumpirlos.
-Mi señor Jarl, mi nombre es James, hijo de Joric Karlsson. He viajado largos días para mostraros mis más sinceros agradecimientos por lo que hicisteis vos y vuestros hombres en el bosque cerca de Jelbegi. Salvasteis mi vida al rescatarme de los bandidos, y me disteis todas las comodidades y cuidados para que sanara en vuestro castillo. Mi señor, yo vengo de las lejanas tierras de Swadia y allí, cuando un señor hace tanto bien y tales favores por un súbdito, el súbdito busca toda manera posible de devolverle el favor al señor. Así que, mi señor Jarl Logarsson: ofrezco mi espada en vasallaje a vos y vuestra casa, prometiendo mis servicios, compañía y protección hasta el fin de mis días.
Y, mi señor, tened por seguro que no encontraréis sirviente tan agradecido, sirviente tan dispuesto a dar la vida por vos como lo haré yo, ni nadie que honre tanto vuestro nombre como lo haré yo. Podréis rechazar mi oferta, pero en cualquier caso buscaré la forma de saldar mis deudas con vos de un modo u otro, y es muy posible que llegara a pareceros pesado por esta otra vía.
Acto seguido se arrodilló, fijando la vista al suelo en acto de sumisión, temiendo que estas torpes y atrevidas palabras condujeran al predecible resultado: el Jarl ordenara su inmediata expulsión de la sala y un par de azotes por el atrevimiento.
Pero el Jarl rió. Rió ruidosamente, una risa que contagió rápidamente a sus compañeros de armas. Pasó un minuto entero antes de que se levantara, aún divertido y dijera:
-¿Así que James Karlsson, hijo de Joric Karlsson quiere servirme? Desde luego que me servirás. Me servirás en la primera línea de mi infantería cuando la semana que viene libremos batalla contra nuestros enemigos.
Última edición por Mikeboix el Miér Mar 13, 2013 4:55 pm, editado 3 veces
Antoni60- Miliciano
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- Mensaje n°31
Re: Las aventuras de James Karlsson
Buena historia, la he estado leyendo y nada mal. Veré si me animo a hacer la mía también.
Mikeboix- Emperador
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Facción : Imperio de Calradia
- Mensaje n°32
Re: Las aventuras de James Karlsson
Antoni60 escribió:Buena historia, la he estado leyendo y nada mal. Veré si me animo a hacer la mía también.
Muchas gracias antoni, me encantaría leer las historias de más gente que no fuera yo y sirmetrac
Un saludo
SirMetrac- Caballero
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Facción : Reino Vaegir
- Mensaje n°33
Re: Las aventuras de James Karlsson
Si, pena que las mía acaben mal, acabo de formatear el ordenador 2 en apenas un 1 mes hoy empezaré con una de Crusaderks kings 2, que por cierto no se donde ponerla xD
_________________
No estoy de acuerdo con lo que dices,pero hasta con la vida defenderé el derecho que tienes a decir lo que piensas.-Voltaire
Leucon- Miliciano
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- Mensaje n°34
Re: Las aventuras de James Karlsson
¡Saludos! Me apunto a esta historia.
Eres de los míos, de los que se acuestan a dormir dándole vueltas a la cabeza e inventando historias. Y muy buena la idea de hacer la historia interactiva y podamos participar. Me gusta. Y muy bien escrita, también, me gustan esos pequeños detalles que le meten a uno de lleno en la historia.
Creo que la decisión está tomada, pero también habría elegido la de la mayoría. Ir sólo es arriesgar mucho. Más vale esperar, tardarás más en encontrar a Jarl, pero muerto no lo encontrarías nunca (aunque en el M&B no se muera, pero te vuelven a apresar y a llevar de un lado a otro y acabas perdiéndole la pista xD).
Un saludo.
Eres de los míos, de los que se acuestan a dormir dándole vueltas a la cabeza e inventando historias. Y muy buena la idea de hacer la historia interactiva y podamos participar. Me gusta. Y muy bien escrita, también, me gustan esos pequeños detalles que le meten a uno de lleno en la historia.
Creo que la decisión está tomada, pero también habría elegido la de la mayoría. Ir sólo es arriesgar mucho. Más vale esperar, tardarás más en encontrar a Jarl, pero muerto no lo encontrarías nunca (aunque en el M&B no se muera, pero te vuelven a apresar y a llevar de un lado a otro y acabas perdiéndole la pista xD).
Un saludo.
Serna1537- Miliciano
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Facción : Allá donde haga falta una pica o mosquete.
- Mensaje n°35
Re: Las aventuras de James Karlsson
Muy buen aporte. Alguna descripción más no haría daño a tu relato, mas sigue siendo bueno.
PD: si yo me despertase y me encontrara con un "señor" mirandome fijamente desde su cama, presto a levantarse y ofrecerme el cobijo de "la casa de un amigo suyo", justificando tal acción con un "tu cara me suena", no iría con el a ´sitio alguno, exceptuando el campo de duelos.....
PD: si yo me despertase y me encontrara con un "señor" mirandome fijamente desde su cama, presto a levantarse y ofrecerme el cobijo de "la casa de un amigo suyo", justificando tal acción con un "tu cara me suena", no iría con el a ´sitio alguno, exceptuando el campo de duelos.....
_________________
Los heroicos soldados Rama y Cancela, que combatieron fieramente en la defensa de Cuba tienen el honor de que exista un fuerte en la isla caribeña llamado “Rama-Cancela” donde a cuya entrada una placa conmemorativa en memoria de los 2 infantes españoles reza: “Viajero Cristiano, detente y descúbrete. La tierra que pisas es Sagrada, en nombre del Real Cuerpo de Infantería de Marina…”.
Mikeboix- Emperador
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Facción : Imperio de Calradia
- Mensaje n°36
Re: Las aventuras de James Karlsson
Serna1537 escribió:
PD: si yo me despertase y me encontrara con un "señor" mirandome fijamente desde su cama, presto a levantarse y ofrecerme el cobijo de "la casa de un amigo suyo", justificando tal acción con un "tu cara me suena", no iría con el a ´sitio alguno, exceptuando el campo de duelos.....
jajaja tienes razón. En fin, ya aprovecharé la extraña respuesta del desconocido en algo de la trama argumental...
SirSowort99- Caballero
- : : "die Sonne, Sie ist der hellste Stern von Allen"
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Facción : Reino de Swadia
- Mensaje n°37
Re: Las aventuras de James Karlsson
buena historia, no tenia tiempo de leerla pero ahora que lei la tercera parte, espero con ansias la cuarta!
Gran relato mike
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garfielz77- Miliciano
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- Mensaje n°38
Re: Las aventuras de James Karlsson
Me ha encantado tu historia, narras muy bien. Espero el cuarto capitulo impaciente para saber que le pasa a James.
Mikeboix- Emperador
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- Mensaje n°39
Re: Las aventuras de James Karlsson
Muchas gracias Garfielz. Tiene mucho valor escuchar eso viniendo de tí. Cuando tenga más tiempo continuaré, sin duda.
Un saludo!
Un saludo!
Jarl- Caballero
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Re: Las aventuras de James Karlsson
Grandioso mike, como puede ser que lo acabo de leer recien ...
Yo me quedo con la opcion A ...
Pronto me pondre a escribir una nueva ARRs
Yo me quedo con la opcion A ...
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_________________
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Mikeboix- Emperador
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- Mensaje n°41
Re: Las aventuras de James Karlsson
Caballeros, capítulo 4 añadido. Ya le meteré imágenes, de momento disfruten y no se ahoguen en este mar de letras
El Barón- Caballero de la Orden
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Re: Las aventuras de James Karlsson
Menuda cara tuvo que poner James ¿juegas con algún mod?
_________________
Honey, where's my super suit?!
Mikeboix- Emperador
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- Mensaje n°43
Re: Las aventuras de James Karlsson
Que va, native de toda la vida. Pronto continuaré
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- Mensaje n°44
Re: Las aventuras de James Karlsson
Muy bueno jefe, tienes madera de guionista,
Sigue asi aunque ya es hora de que dejes de decir eso de No olvides leer las normas. Te estaré vigilando, Neodrako~. jajajaja me siento intimidado xd ^^
Lo dicho gran historia campeon ^^
Sigue asi aunque ya es hora de que dejes de decir eso de No olvides leer las normas. Te estaré vigilando, Neodrako~. jajajaja me siento intimidado xd ^^
Lo dicho gran historia campeon ^^
_________________
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- Mensaje n°45
Re: Las aventuras de James Karlsson
Neodrako escribió:Muy bueno jefe, tienes madera de guionista,
Sigue asi aunque ya es hora de que dejes de decir eso de No olvides leer las normas. Te estaré vigilando, Neodrako~. jajajaja me siento intimidado xd ^^
Lo dicho gran historia campeon ^^
Jaja, ¿no viste este post?
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Re: Las aventuras de James Karlsson
Mikeboix escribió:Neodrako escribió:Muy bueno jefe, tienes madera de guionista,
Sigue asi aunque ya es hora de que dejes de decir eso de No olvides leer las normas. Te estaré vigilando, Neodrako~. jajajaja me siento intimidado xd ^^
Lo dicho gran historia campeon ^^
Jaja, ¿no viste este post?
si si lose que eso lo vemos todos. segun quien lea, sera su nombre el que vea. yo solo te hacia la broma ^^
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Jarl- Caballero
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Re: Las aventuras de James Karlsson
Eres bueno para escribir Mike, me supongo que participaras en el concurso no?
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Dosjotas- Miliciano
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Re: Las aventuras de James Karlsson
Leído. Vale Mike, partiendo de la base de que sabes escribir, y que la capacidad de redacción y descripción es buena, apuesto por este como uno de los mejores AARs que hay por aquí.
Posibles mejoras:
Errores de redacción: Que a mi también me pasan y son un coñazo; más que nada redundar o repetir la misma palabra (hombre, viejo, cuándo...) y esto atasca la lectura. Lo malo; que cuándo uno está escribiendo no se da cuenta, pero si lo repasas lo puedes corregir.
Falta de "trama" que enganche. La mayoría de los hechos y personajes ya son conocidos por todos y previsibles. "Crear" una intriga que se desarrolle a largo plazo mejora la cosa. Da pistas, exprime pensamientos de los demás para que destaquen y de esta manera se atrapa al lector. Una trama sólida es lo más duro de hacer, y un verdadero rompecabezas para el que escribe. Hay que hacer que el lector se sienta cómodo en la lectura y que no pierda el hilo, aunque tu tengas todo estructurado en la cabeza e igual sepas que puede pasar y porque actúan los personajes, el lector no si no se lo explicas. -Esto lo has ido corrigiendo, de todas formas.-
Más recursos literarios. De vez en cuando, y sin resultar pomposo. Un recurso literario normalmente da énfasis y ralentiza la sensación temporal del lector. No es lo mismo decir "Miró a esa bella niña a sus azules ojos y quedó hipnotizado" que " El cielo claro y puro de sus ojos le inundó el alma " (Mal ejemplo improvisado, y no hace falta ser tan cursi, pero se entiende espero)
Por el contrario, para dar rapidez, eliminar artículos y preposiciones si son prescindibles -no modifican el sentido de la frase-. Intercalar frases cortas con verbos "contundentes" cuando se quiera dar la sensación de que la acción de este verbo es importante e influye en las circunstancias. "Pero el viejo Jerald chilló, alertando a su compañero y salieron corriendo tras los bandidos, que habían hecho ruido cuando se les cayó parte del botín" suena menos "decisivo" que "Parte de la carga fue a parar al suelo. Jerald chilló. Su compañero, alertado, corrió también tras ellos."
Falta de justificaciones. Un personaje necesita de motivaciones, y esas motivaciones de justificaciones. Dependiendo de la importancia en la trama, deberá ser más o menos profunda. Un guardia se chiva, por ejemplo, a su señor de una conspiración porque es su trabajo y la cosa no requiere mas trasfondo. Otro personaje más principal puede ser un justiciero -por ejemplo-, tener su ética y su forma de ver a vida por cosas que le han ocurrido en su pasado, pero no hay que quedarse ahí. Aunque puedes dejar parte al azar -apareció tal persona de repente- o -actúo de tal manera porque en ese momento...- a largo plazo tiene que dar la impresión de que los personajes tienen capacidad de decisión e influyen de una manera más o menos consciente. Espero haberme explicado bien xD
Repito que es de lo mejor que he visto por aquí. Espero no ponerme muy exigente Mike, pero yo que se, de aquí puede resultar una historia realmente buena (no digo otra cosa para no resultar malsonante, que no se hasta que punto las palabrotas están permitida en el foro xD)y por tu estilo de escritura (dominas bien la 3ª persona y los tiempos verbales) creo que esto que te he dicho puede encajar bien. No te lo diría si no pudieras hacerlo.
Y no quiero sonar pedante, que recordar estos mismos consejos me vienen igualmente bien a mi cuando escribo, así que vendré a echarles un ojo de vez en cuando, a ver si me los aplico xD
Posibles mejoras:
Errores de redacción: Que a mi también me pasan y son un coñazo; más que nada redundar o repetir la misma palabra (hombre, viejo, cuándo...) y esto atasca la lectura. Lo malo; que cuándo uno está escribiendo no se da cuenta, pero si lo repasas lo puedes corregir.
Falta de "trama" que enganche. La mayoría de los hechos y personajes ya son conocidos por todos y previsibles. "Crear" una intriga que se desarrolle a largo plazo mejora la cosa. Da pistas, exprime pensamientos de los demás para que destaquen y de esta manera se atrapa al lector. Una trama sólida es lo más duro de hacer, y un verdadero rompecabezas para el que escribe. Hay que hacer que el lector se sienta cómodo en la lectura y que no pierda el hilo, aunque tu tengas todo estructurado en la cabeza e igual sepas que puede pasar y porque actúan los personajes, el lector no si no se lo explicas. -Esto lo has ido corrigiendo, de todas formas.-
Más recursos literarios. De vez en cuando, y sin resultar pomposo. Un recurso literario normalmente da énfasis y ralentiza la sensación temporal del lector. No es lo mismo decir "Miró a esa bella niña a sus azules ojos y quedó hipnotizado" que " El cielo claro y puro de sus ojos le inundó el alma " (Mal ejemplo improvisado, y no hace falta ser tan cursi, pero se entiende espero)
Por el contrario, para dar rapidez, eliminar artículos y preposiciones si son prescindibles -no modifican el sentido de la frase-. Intercalar frases cortas con verbos "contundentes" cuando se quiera dar la sensación de que la acción de este verbo es importante e influye en las circunstancias. "Pero el viejo Jerald chilló, alertando a su compañero y salieron corriendo tras los bandidos, que habían hecho ruido cuando se les cayó parte del botín" suena menos "decisivo" que "Parte de la carga fue a parar al suelo. Jerald chilló. Su compañero, alertado, corrió también tras ellos."
Falta de justificaciones. Un personaje necesita de motivaciones, y esas motivaciones de justificaciones. Dependiendo de la importancia en la trama, deberá ser más o menos profunda. Un guardia se chiva, por ejemplo, a su señor de una conspiración porque es su trabajo y la cosa no requiere mas trasfondo. Otro personaje más principal puede ser un justiciero -por ejemplo-, tener su ética y su forma de ver a vida por cosas que le han ocurrido en su pasado, pero no hay que quedarse ahí. Aunque puedes dejar parte al azar -apareció tal persona de repente- o -actúo de tal manera porque en ese momento...- a largo plazo tiene que dar la impresión de que los personajes tienen capacidad de decisión e influyen de una manera más o menos consciente. Espero haberme explicado bien xD
Repito que es de lo mejor que he visto por aquí. Espero no ponerme muy exigente Mike, pero yo que se, de aquí puede resultar una historia realmente buena (no digo otra cosa para no resultar malsonante, que no se hasta que punto las palabrotas están permitida en el foro xD)y por tu estilo de escritura (dominas bien la 3ª persona y los tiempos verbales) creo que esto que te he dicho puede encajar bien. No te lo diría si no pudieras hacerlo.
Y no quiero sonar pedante, que recordar estos mismos consejos me vienen igualmente bien a mi cuando escribo, así que vendré a echarles un ojo de vez en cuando, a ver si me los aplico xD
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Re: Las aventuras de James Karlsson
Mike yo me sentiría muy halagado si Dosjotas me aconsejase!! jajaja
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Re: Las aventuras de James Karlsson
Muchas gracias, Dosjotas. De verdad que lo voy a tener en cuenta, especialemnte lo que hace referencia a darle más profundidad al protagonista, ya que es muy cierto que aún no le he dado muchas ni buenas justificaciones a sus actos, y su personalidad es muy plana.
Ahora mismo voy a escribir un nuevo capítulo intentando mejorar todo esto, a ver qué resulta
Ahora mismo voy a escribir un nuevo capítulo intentando mejorar todo esto, a ver qué resulta