La Gran Guerra de Calradia

LA GRAN GUERRA DE CALRADIA

PRÓLOGO: HISTORIA DE CALRADIA.

En el año 1776 el Sultanato Sarraní bajo el reinado del Sultan Yasim "El Grande" atacó al Khanato Kherguita.

La "Casus Belli" fue la supuesta penetración de un ejército kherguita en territorio sarraní. El 15 de julio de 1776 el ejército del sultanato, bajó el mando del Sultan penetró en territorio kherguita por sorpresa.

El 19 octubre caía en manos sarraníes la ciudad de Tulga dejando a los Kherguitas con una única ciudad. El 3 de noviembre el último intento de los señores de los caballos de dar la vuelta a la guerra fracasaba con la derrota en la batalla de Bulugur en la que perdía la vida el hijo menor del Khan y último miembro de la familia real.

El 8 de noviembre en una conferencía secreta los soberanos del resto de reinos de Calradia se comprometieron a declarar la guerra al Sultanato si se anexionaba al Khanato.

El 26 de noviembre caía en manos del sultanato Ichamur y el Sultán adoptó tambien el título de "Khan". Como estaba previsto el 28 de noviembre el resto de Reyes le lanzaron un ultimatum, si en dos semanas no abandonaba el territorio del khanato y aceptaba como khan a un miembro lejano de la familia real le delcararían la guerra.

Como respuesta el 1 de diciembre en un ataque sorpresa, el Sultanato atacó varios puntos de los reinos aliados dando inicio a una guerra que duró hasta el año 1801. Siendo hasta ese momento la guerra más dura que se vió en Calradia.

Al final de tan cruenta guerra las fronteras no cambiaron: el Sultanato consiguió mantener el territorio del Khanato y el resto de reinos ni aumentaron ni perdieron fronteras. Pese a que se podría considerar una victoria del Sultanato, ni el Sultan ni sus gentes olvidaron nunca esta ofensa: se cortaron completamente las relaciones con el resto de reinos y se expandieron más allá de las montañas.

Tras más de 100 años de tensa paz, un incidente la rompió completamente: el 21 de Marzo de 1942 hubo un atentado contra la familia real sarraní le costó la vida a la hija del Sultan quien pidió explicaciones a los gobiernos (ahora democráticos) de los paises aliados. Estos negaron su participación en el atentado y enviaron sus condolencias. Sin embargo, en una investigación llevada a cabo por el servicio secreto sarraní se demostró que el objetivo era el propio Sultan y que había sido financiado por los gobiernos aliados.

El Sultán estalló en colera y ordenó llamar a sus mejores generales. Reunidos de forma extraoficial y completamente secreta el Sultán pronunció unas palabras que cambiarían para siempre el curso de la historia:

-Quiero que sobre esos bastardos aliados caiga una lluvia de fuego y muerte.

PRÓXIMAMENTE PRIMER CAPÍTULO.

Se nota que volviste afiladísimo . Habrá que ver a qué llevará este nuevo conflicto...

Se hace lo que se puede

Grande!. Me saco el sombrero ante esta posible futura obra maestra.

¿Dos historias a la vez? Que productividad  
Mucho ánimo con las dos.

Capítulo 1

Ha pasado casi un año desde que la hija del Sultán fuese asesinada, siguiendo las órdenes jefe político y militar del sultanato, los mejores generales del sultán prepararon un plan de ataque que en unos instantes le presentarían.

Los dos máximos encargados de la elaboración del plan: los generales Alim y Afil intercambiaron opiniones sobre el plan.

-Es muy arriesgado -Dijo Alim- No me gusta.

-La suerte solo sonrie a los valientes -Le contestó Afil- Pero, si sale bien tendremos media guerra ganada antes de que empiece.

-Sigue sin parecerme bien. Entiendo que el Sultan quiera venganza por el atentado pero estamos hablando de iniciar una guerra en varios frentes, es una locura.

-No sería la primera vez que nuestros ejércitos se enfrentan a esta situación. Y contamos con experiencia en combate. Nuestras tropas han luchado más allá de las montañas durante los últimos 20 años contra los barbaros. Los aliados, no han luchado desde hace más de cien años.

-Pero aprenderán -Contestó Alim. En ese momento la puerta de la Sala de Estado Mayor del Sultan se abrió.

El Sultán, pese a que tenía casi 50 años, había envejecido mucho en este año. Sin embargo, sus ojos estaban llenos de decisión.

-Ha pasado el plazo que os dí -Dijo el Sultan- ¿Habeis acabado las preparaciones?

-Sí, mi señor -Contestaron a la vez los dos hombres. Afil siguió hablando- ¿Quereis que os haga un nuevo resumen del plan de acción?

El Sultán asintió.

-Nuestro primer objetivo será conseguir un dominio aereo total. Para ello, cuando des la órden nuestros aviones despegarán y atacarán aeropuertos civiles, militares e intentarán acabar con el mayor número posible de aviones enemigos en tierra.

-¿Cómo sorteareís los radares del enemigo? -Preguntó el Sultán.

-A lo largo de la frontera con nuestros distintos enemigos hemos dispuesto unos grupos de soldados altamente entrenados que se encargarán de los radares y las torres de comunicación de la frontera. Lo que permitirá a nuestros pilotos conseguir el tiempo necesario para llegar a sus objetivos.

-¿Tenemos aviones suficientes para una misión de tal envergadura? -Volvió a preguntar el Sultán. Esta vez fue Alim quien contestó.

-Por desgracia, no. Nos concentraremos en Swadia y Rhoodok. El mal tiempo que suele azotar a la Confederación Vaegir hace que sus fuerzas aereas sean practicamente inexistentes y los nórdicos están demasiado lejos.

-Una vez iniciada la guerra, los nordicos podrían enviar sus aviones para apoyar a los aliados -Dijo el Sultán.

-Así es. Sin embargo confiamos en la experiencia de nuestros pilotos y los nuevos modelos de cazas, los ME 109 para derribar los aviones nórdicos.

-¿Y el combate en tierra?

-Nos centraremos en un pais a la vez. En primer lugar atacaremos Rhodook. Nuestras tropas invadirán su territorio, confiamos en que el ataque sorpresa pille completamente desprevenidos a sus fuerzas. Igualmente, con el apoyo aereo podremos doblegarles. Mientras tanto nos mantendremos a la defensiva con los paises restantes.

-¿Podremos aguantar el tiempo necesario?

-Nuestros calculos indican que las tropas de Rhoodok aguantarán un máximo de dos semanas. Tambien creemos que es el tiempo que necesitarán los otros paises para desplegar a sus tropas. Por si acaso, durante este año hemos creado unas lineas defensivas y preparado a las tropas para una lucha a la defensiva. Del mismo modo contamos con espias en todos los paises que nos informarán en todo momento de lo que hagan nuestros enemigos.

-Parece que lo teneis todo planeado -Dijo el Sultán admirado por el trabajo de ambos hombres- ¿Cuándo podremos comenzar?

-En cuanto des la órden -Dijeron ambos generales.

-Muy bien -El Sultán cogió aire- Machacad a esos bastardos.

-¡Señor, si señor! -Contestarón ambos hombres y salieron para mandar las órdenes pertinentes. Ambos notaban la tensión en el ambiente y sabían que Calradia iba a cambiar, para siempre.

24 HORAS DESPUES.

Aun faltaban 35 minutos para que amaneciese y 5 hombres ataviados con ropa y equipo de escalada y armados con fusiles de asalto, pistolas con silenciador y cuchillos avanzaban por las montañas que hacian de frontera natural entre Rhoodok y el sultanato.

-¿Alguien puede decirme que hacemos aquí? -Preguntó uno de ellos.

El que era el jefe del grupo se detuvo y el resto hizo lo mismo. Estaban expectantes, solo él sabía de que iba todo esto y tenían la completa seguridad de que estaban en territorio Rhoodok.

-Nuestra misión es simple pero de vital importancia. Tenemos que neutralizar un radar Rhoodok.

Los hombres se miraron entre ellos. Se habían puesto tensos.

-¿No es eso un acto de guerra? -Preguntó el más joven.

El oficial sonrió con desgana.

-Para eso estamos aquí, para iniciar una guerra.

Los hombres asintieron, no necesitaban nada más. Habían sido entrenados para momentos como este. El oficial rápidamente les contó cual era el plan de acción.

Cuando estaban a unos 50 metros del radar sacarón sus pistolas con silenciador y avanzaron en fila india. Según los informes había una dotación de 10 guardias y 3 tecnicos. Dos guardias patrullaban alrededor del radar.

Se escondieron a esperar que apareciesen, cuando los dos soldados llegaron fueron abatidos por disparos desde las rocas. Sin parar a esconder los cadaveres se acercaron a las puertas.

-Quedan 8 -Dijo el oficial. Acto seguido tocó a la puerta.

-¿Ya habeis vuelto? -Dijo una voz desde dentro- Mira que sois vagos.

El soldado abrió la puerta y, antes de que pudiese reaccionar una pistola se planto en su frente y apretó el gatillo. El joven estaba muerto antes de tocar el suelo. Un segundo guardia levantó el fusil para disparar pero los asaltantes sarranies fueron mas rápidos. Habían penetrado en la instalación del radar.
-Tú vigila si vienen refuerzos, nunca se sabe -Dijo el oficial- El resto nos divideremos en grupos de dos. Matad a todos.

Los soldados rápidamente se pusieron en marcha. Totalmente sorprendidos por el ataque los soldados y tecnicos fueron abatidos sin oponer resistencia. Los cuatro atacantes se reunieron en la consola de control.

-Ponte a sabotearla. Tienes unos minutos.

Uno de los soldados se adelantó y, en cuestión de minutos, dejó el radar totalmente inservible.
Los cuatro soldados se reunieron con el vigilante y avanzarón hacia el punto de encuentro: un pequeño paso fronterizo con 4 guardias en su interior.

-Fuego a discrección -Ordenó el oficial.

Los 4 soldados murieron sin tener oportunidad. Los sarranies se acomodaron en el puesto fronterizo.
Unos 30 minutos despues un gran número de bombarderos escoltados por cazas poblaban el cielo. Uno de los soldados, que montaba guardia los vió y avisó a sus cuatro compañeros. Un rato despues los bombarderos llegaron a sus objetivos y enormes llamaradas consumíen el horizonte.

El oficial lo contemplaba con unos prismáticos mientras se apoyaba en un mirador. Los bajó y se dió media vuelta para mirar a su escuadrón.

-Señores, la guerra ha empezado -Les dijó al mismo tiempo que unos camiones llegaban a su posición y soldados bajaban de el. Las enseñas sarranies adornaban los uniformes de los soldados. Un oficial, bastante mayor, se acercó a los cinco soldados.

-Soy Azzam, comandante del segundo cuerpo de infantería del primer ejército. Hasta nuevas órdenes os integrareís en mi unidad. ¿Alguna pregunta?

-¿Cual es el siguiente objetivo? -Preguntó el oficial que dirigía al grupo de asalto.

El comandante se acercó al mirador y señaló una pequeña ciudad: la de Jamiche (la ciudad era producto del aumento de población de la aldea del mismo nombre que acabó por engullir al castillo)

-Jamiche.

Jajaja! ese toque futurista lo hace mejor dermat,sigue con lo tuyo!

Capítulo 2.

"Nemeja había crecido en los últimos cientos de años. En la última guerra contra los sarranies se había reforzado con dos lineas de trincheras, bunkers y fuertes que servían como protección para la ciudad. Del mismo modo se habían preparado posiciones defensivas por toda la ciudad despues del atentado en el sultanato. Sin embargo, en los últimos meses gran parte de la guarnición de la ciudad había sido trasladada a otros puntos. Entre los pocos soldados que quedaban, estaba Tom, joven soldado de 20 años que acababa de unirse al ejército. Esta es su historia"

Un fuerte temblor me despertó. Tambaleando me desperté, bostezando.

-¿Qué pasa? -Tartamudeé.

Un temblor mucho más fuerte que el anterior me respondió: era una explosión. Un soldado entró en la camareta que hacía de habitación para mi y otros seis soldados.

-¡Nos atacan! -Gritó el joven, aterrorizado- Los sarranies nos atacan.

-¿¡Qué!? -Dijo  Rift, un soldado que, como yo, solo tenía 20 años.

Otra explosión corroboró la versión del mensajero, que ya había salido de la camareta para despertar al resto de soldados. Lo más rápido que pudimos, sin ponernos siquiera nuestros uniformes, pues con las botas era más que suficiente para correr, nos dirigimos al arsenal, donde ya estaban gran parte de los soldados del cuartel.

Varios oficiales repartían fusiles de asalto, pistolas y granadas.

-¡Vamos!¡Vamos! -Gritó uno de ellos-¡A sus posiciones de combate!¡La primera linea ha sido rebasada, actuad en consecuencia!¡Vamos!

Con mis armas me dirigí a mi puesto: un bunker de la segunda linea. A la carrera atravesé las pocas calles que había entre el cuartel y la linea defensiva mientras la policia militar intentaba evacuar a la población. Cuando doblé la última esquina reconocí el infierno.

Lo que parecían ser cientos soldados sarranies cargaban contra las defensas de la ciudad. Apoyados por fuego de artillería y morteros que castigaban las defensas. Todos los soldados corrimos a nuestras posiciones.

El bunker que tenía que defender era uno de los más adelantados de la segunda linea, cuando corría hacia el reconocí como otros dos de mis compañeros iban a mi lado, hacia el bunker. Sin embargo, un mortero explosionó justo en el medio de nosotros matando a uno de mis compañeros en el acto y amputandole un brazo al otro.

Ví como varios sarranies intentaban cruzar las trincheras y, sin detenerme, apunté desde la cadera y abrí fuego contra ellos. Disparé tres o cuatro rafagas y ví como dos soldados caían abatidos mientras el resto se cubría. Decidí lanzarles una granada y, pocos segundos despues, saltaban por los aires.

Por fin llegué al bunker, donde el sargento Max intentaba lideraba la defensa de la zona.

-¡Tom! -Me gritó-¡Ponte en la ametralladora de la derecha y machaca a esos cabrones!

Corrí hacia la ametralladora y giré el reten del cerrojo hacia abajo para disparar en rafagas y así las agarraderas del arma. Apunté y con los pulgares accioné el gatillo y noté como empezó a temblar mientras escupía su carga mortal.

Decenas de  soldados enemigos cayeron desmembrados por el fuego de mi ametralladora y otras tantas que se unieron al fuego.

Parecía que habíamos detenido el ataque cuando nuestras esperanzas cayeron en picado. Para nuestra sorpresa y consternación los sarranies habían conseguido que los tanques pasasen por las aparentemente infranqueables montañas. Apenas tuve tiempo para soltar el arma y tirarme al suelo cuando ví como uno de los tanques me apuntaba con su pesado cañón.

-¡Retirada! -Gritó el sargento- ¡A la ciudad!

Debido a que el alto mando Rhoodok había pensado que las montañas eran intransitables para los blindados no disponíamos de armas anti-tanque efectivas y seríamos barridos en pocos minutos.

Abandonamos nuestras posiciones y corrimos hacia el interior de la ciudad. Los edificios más cercanos habían sido alcanzados por fuego de artillería y presentaban boquetes, ahí nos refugiamos en un principio.

-¡Bombarderos! -Gritaron varios soldados señalando al cielo.

Solo tuvimos tiempo para sorprendernos cuando las bombas empezaron a llover sobre la ciudad. Se escucharon un gran número de explosiones por toda la ciudad. Noté como el edificio temblaba y solo pude pensar en vivir un segundo más.

Acabada la primera oleada yo seguía vivo. Respiré con alivió hasta que recordé que seguíamos bajo ataque y me levanté, estaba lleno de polvo. Me dirigí con cuidado y de cuclillas a una de las ventanas, lo que ví me dejó sobrecogido. La imagen de la ciudad había cambiado hasta ser irreconocible: de una apacible ciudad a un campo derruido y lleno de sangre y muerte.

Ví como los soldados sarranies empezaban a penetrar en la ciudad, pese a que unos pocos soldados que todavía resistían en la zona intentaban impedirselos. Poco a poco el ruido de los fusiles disparandose volvió a llenar el ambiente.

Supe que debía moverme, pues dentro de poco el edificio en ruinas donde estaba sería territorio enemigo. Me asomé un poco por la puerta para ver como estaba la situación. Tres soldados sarranies disparaban contra una casa desde la cual, de vez en cuando, se respondía al fuego. Supuse que desde allí podría enterarme mejor de la situación asi que sin perder tiempo abrí fuego contra ellos y corrí como un poseso hacia le edificio rezando por que no me matasen.

Cuando conseguí llegar al edificio. Me encontré con varios soldados muertos que no habían sobrevivido al primer bombardeo y otro, vivo que era el que respondía al fuego. Me acerqué a él.

-Soy Tom, del segundo bunker de la segunda linea ¿Sabes como esta la situación? -Le pregunté desesperado por información.

-Yo soy Lizzer, yo y mis hombres eramos vuestros refuerzos. Sin embargo, solo quedo yo.

-¿Sabes que hacer?¿Quien es nuestro oficial al mando? -Unos disparos nos obligaron a bajar las cabezas.

-La defensa de la ciudad la dirige el Capitan Morris. Ha colocado su puesto de mando en el instituto.

-¿Qué hacemos? -Pregunté mientras sacaba el cañon por un hueco y abría fuego.

-El capitán quiere que resistamos todo lo que podamos mientras evacuamos a los ciudadanos.

-¡Tienen blindados! -Le contesté- No tenemos armas para enfrentarnos a esas moles de acero y, sin apoyo aereo, no tendremos oportundiad. ¿Donde están nuestros pilotos?

El chico miró al suelo.

-Estaba en el cuartel general cuando ocurrió todo -Dijo sombrió- Al parecer ha sido un ataque sorpresa a gran escalas. Las comunicaciones están interrumpidas y suponemos que primero atacaron los aeropuertos y los aviones, para dejarnos sin el apoyo aereo.

-¿Cómo es posible? -Pregunté consternado- ¿No tenemos radares en la frontera?

-No sabemos que ha pasado. Pero si sabemos que la situación es una mierda. Sin embargo, no podemos huir, la evacuación ha empezado ya y somos lo único que se encuentra entre esos bastardos y nuestros ciudadanos. Recuerda que hay niños, mujeres y ancianos. Debemos resistir por ellos.

-Mierda -Dije- Pues resistamos.

Buen capítulo, Dermat . Reflejaste muy bien el horror de la guerra y la tensión del campo de combate. Habrá que ver qué les depara a estos dos personajes...

Capítulo 3

"El ataque sarraní fue devastador: tras conseguir una aplastante superioridad aera en los primeros momentos de la guerra, el ejército de tierra asalta las posiciones Rhoodok. En plena guerra, la pequeña ciudad de Jamiche es testigo de una cruenta lucha"

Lizzer me indicó que con cuidado mirase por la ventana. Señaló en dirección al interior de la ciudad.

-Por ahí se llega a la catedral-Dijo Lizzer- Nuestra prioridad es impedir que los sarranís tomen el edificio.

-¿Cómo lo hacemos? -Pregunté- Solo somos dos y no sabemos donde están nuestros soldados.

-Morris movilizó a  sus hombres en varios puntos de la ciudad con el fin de crear un frente común. La Catedral es el eje central y por tanto envió unas decenas de soldados. Si llegamos hasta allí podremos enterarnos de la situación.

Suspiré.

-Te sigo -Dije con poco convencimiento. Lizzer asintió.

Nos acercamos a la salida trasera. Y Lizzer se asomó.

-Haz lo que yo haga y solo dispara si te ven -Me dijo.

-Vale.

Avanzamos lentamente durante unos minutos. Ibamos de unos escombros a otros. El sonido de los disparos se hacía cada vez mayor según nos acercabamos al centro de la ciudad. Finalmente, un gran estruendo de disparos avisó de que habiamos llegado al cenit del combate.

Los restos de una imponente catedral servían como refugio a un grupo de soldados Rhoodok que resistía como podía el implacabe ataque sarraní.

-Tenemos que llegar allí -Dijo Lizzer.

-¿Cómo lo hacemos? -Pregunté- No podemos simplemente pasar por el medio.

Lizzer miró a varias partes y de repente, sonrió.

-Ya se como entrar -Dijo sonriendo- Sigueme.

Con cuidado nos dirigimos a un edificio de oficinas que, pese a tener boquetes, milagrosamente se mantenía en pie, era un edificio de tres plantas que ya no tenía techo.Tras cerciorarnos de que en la entrada no habían enemigos entramos.

Lizzer sacó su cuchillo y me indicó que hiciese lo mismo. Con pies de plomo avanzamos lentamente, Lizzer miraba a todas partes, volvió a sonreir y entró en una pequeña sala de reuniones, yo le seguí. Finalmente escuchamos unos pasos que se acercaban a nosotros y me indicó que entrase en un armario y que atacase a los sarranís cuando estuviesen distraidos y él se colocó detrás de un escritorio.

En la sala entraron unos 4 soldados sarranies. Uno de ellos colocó un mapa en el escritorio donde, debajo, estaba escondido Lizzer y el resto se arremolinó a su alrededor. Saqué mi pistola y quité el seguro.

Intentando no hacer ruido salí del armario y, paso a paso, me acerqué a los soldados. Por fortuna, las continuas explosiones y disparos camuflaban mis sonidos. Acerqué mi pistola la espalda de uno de ellos y coloqué el cuchillo detrás del cuello de otro.

Suspiré y con un rápido movimiento puse el cuchillo en la parte delantera del cuello del sarraní y lo rajé, al mismo tiempo que disparaba dos disparos contra la espalda de otro soldado. Con la mano del cuchillo agarré el cuerpo del soldado al que acababa de disparar y lo use como escudo contra los disparos de los otros dos. Mientras los otros dos soldados se centraban en mi, Lizzer salió del escritorió y disparó contra los soldados.

Tras acabar con ellos Lizzer se acercó a un soldado y le quitó el uniforme y se lo colocó por encima del suyo. Me pidió que hiciese lo mismo.

-¿Por qué? -Pregunté.

-Uno de los edificios que forman parte de la Catedral tiene acceso a las alcantarillas. Sin embargo, el acceso en esta zona estaba en territorio sarraní y no podremos llegar hasta allí con nuestros uniformes, pero necesitaremos los nuestros para que nuestros compañeros no nos maten en la Catedral.

-Vale -Dije- ¿Pero cómo sabes tú eso?

-Mi padre trabajó en las obras de reparación del alcantarillado de hace 6 años y yo hice una copia de la llave de acceso. Cuando quería estar solo me colaba en el, asi que, me lo conozco bien.

-¿No la habrán cambiado? -Pregunté desconfiado- 6 años es mucho tiempo.

El volvió a sonreir.

-Es hora de averiguarlo.

lizzer el descendiente de lezait???

Capítulo 4.

Lizzer y yo salimos del edificio disfrazados como soldados sarraníes. Andamos intentando parecer lo más normales posibles mientras evitabamos todo contacto visual.

Tras caminar 300 metros divisé la entrada a las alcantarillas. Suspiré de alivio y ambos aumentamos la velocidad, sin llegar a correr.

Lizzer se agachó y destapó la alcantarilla. Se disponía a bajar cuando una voz le provocó un sobresalto.

-¿Qué estais haciendo? -Preguntó un hombre que se acercaba a paso decidido a nosotros- ¿A que división perteneceis?

Lizzer y yo nos miramos, sin saber que decir. El hombre se acercaba más y más.

-Os he hecho una pregunta. Contestad -Decía el hombre, estaba empezando a sospechar.

Lizzer se arriesgó.

-¿No lo sabes? -Dijo llevandó su mano a la culata de la pistola. Yo me tensé y el hombre se paró en seco.

-¿Qué se supone que estas haciendo? -Dijo el hombre. Varios soldados sarranís se acercaron, varios de ellos nos apuntaron. Tanto al hombre como a nosotros.

-Si de verdad fueses un oficial lo sabrías. No tendrías que andar preguntando a los soldados rasos -Lizzer cogió aire- ¡Eres un espía!

Los soldados sarranís apuntaron al hombre que se puso pálido.

-¡No le escucheis! -Dijo el hombre- Llevó en esta unidad desde antes de la invasión.

Lizzer desenfundó su pistola y yo hice lo propio.

-Entonces sabrías cual es nuestra división -Dijo Lizzer.

Los sarranís se avanzaron sobre su propio oficial. Lizzer y yo aprovechamos para colarnos por la alcantarilla y bajar la escalerilla, una vez abierta la puerta de hierro al pie de la escalarilla, empezamos a correr mientras nos quitabamos el uniforme sarraní.

-¡Qué poco a faltado! -Dije con el corazon a punto de salirse del pecho.

-Un poco más y no lo contamos -Coincidió Lizzer- Menos mal que se tragaron lo del espía.

Algo más tranquilo andamos durante unos minutos. Hasta que Lizzer se encontró con una puerta de hierro que guardaba el acceso a la iglesia. Abrió la puerta y me sonrió.

-¿Ves como todavía funciona? -Dijo- Hoy es nuestro día de suerte.

-Nos han metido en una guerra -Contesté- No se donde ves tú la suerte.

Se le quitó la sonrisa de la cara.

-Tienes razón. Lo siento.

Subimos la escalerilla y entramos a la iglesia. Nuestros aliados se sorprendieron de vernos. Un oficial, teniente por la graduación se acercó a Lizzer y le susurró algo al oido.

-¿Estas seguro? -Le preguntó Lizzer. El hombre asintió -Mierda ¿Qué piensa hacer Morris?

-No lo sabemos. Ha órdenado llamar a los Pares que estaban en la ciudad para pedir consejo.

-¡Mierda! -Dijo Lizzer- ¡Mierda!

-¿¡Qué pasa!? -Pregunté. Lizzer me miró.

-Necesito tu ayuda -Me dijo Lizzer- Acompañame.

-¿A donde? -Pregunté.

-Al instituto -Dijo Lizzer- Tenemos que hablar con Morris.