Se trata del equilibrio entre facciones. Es decir, cada facción si tendrá muchas o pocas tierras, muchas o pocas tropas, etc.
Bueno, en un principio la cosa parecía lógica, incluso yo pensaba que ya estaba decidido a estas alturas. Pero no acaba de estar pulida la idea, y por eso creo este tema.
Mi idea es la siguiente, a grandes rasgos:
-Un imperio grande, con muchos territorios, la mayor parte de Calradia. Tropas poderosas pero no demasiado numerosas.
-Enemigos del imeperio desde el principio 4 de las 5 facciones restantes. Es decir, que al empezar a jugar el Imperio ya tendrá cuatro enemigos.
-Los enemigos del imperio, salvo los sarranis y los vaegir, tendrán territorios escasos y tropas numerosas. Aclaración:
---> Los nórdicos han llegado hace apenas 10 años a Calradia. En este tiempo no les ha dado tiempo de conquistar más que la peninsula de Wercheg, pero en el momento de empezar a jugar tienen muchos lords y muchas tropas apiñadas en sus pocas ciudades. Han llegado recientemnete estos refuerzos en barco desde más allá del mar, alentados por las buenas noticias de nuevas tierras.
---> Los khergita se han rebelado recientemente contra el imperio. Es imposible que sus territorios sean demasiado extensos, ya que hasta hace poco no fueron más que subditos del imperio. Ahora llegan tropas desde la tundra, incitados por el recién proclamado Khan.
---> Los rebeldes del imperio también acaban de llegar desde el sur, desembarcando sus numerosos ejércitos mercenarios cerca de Shariz (controlada al principio por el imperio)
-Y aquí tenéis lo que es un equilibrio bastante interesante entre facciones. Las facciones enemigas del imperio serán neutrales entre sí (con cierta relacion negativa), por lo que muchas veces también pelearán entre ellas, distrayendo su atención del Imperio. Son estas facciones poderosas, con muchas tropas no demasiado profeisonales, que se enfrentan a un imperio grande y de tropas de élite.
Con esto acaba mi idea, a la espera de que Sowort os presente la suya.
Un saludo, ya abriremos luego el sondeo, en cuanto las dos ideas estén presentadas.