((Hispania 1200))
EL TUERTO
Cansados de andar, tratando de acomodarse sus escudos en sus espaldas para intentar de alguna manera hacer el trayecto mas liviano y humedecidos por la llovizna constante de las frías mañanas de octubre como es habitual en los campos de Navarra. Aquella mesnada de unos sesenta hombres en su mayoría infantería salvo por unos pocos que iban a la cabeza del grupo, a lomos de sus caballos, con sus largas lanzas, a paso tranquilo, uno de ellos llevaba un estandarte... un león en el centro sobre un campo de gules (rojo). En la mesnada había leoneses los mas veteranos, algunos castellanos y los últimos navarros y un pequeño grupo con sus turbantes y sus espadas curvas, provenientes de las taifas moras.
-¿falta poco para llegar?...
-Si, falta poco....
-Oye... y a este por que lo llaman tuerto
-Yo que se....
-...si no esta tuerto... a que no...
-No....
-Pregúntales a esos que van delante, a los leoneses...
¿Por que lo llamaban así?...
En la península ibérica del año 1199 d.c. un jovenzuelo escudero al servicio del hijo del señor de Plasencia tenia un nombre, como cualquier hijo de vecino, dicho nombre fue elegido por su padre, Federico, quien era viejo soldado,... pero viejo, de los de barba canosa, cansado y harto, muy arto de luchar en las campañas contra los moros, los portugueses y otras veces contra castellanos. Un viejo soldado al servicio del señor de Plasencia del viejo reino de León.
A este veterano soldado lo llamaban tuerto, pero no fue como consecuencia de las muchas batallas que libro, mas bien por una riña entre camaradas cuando fue joven. Riñas de juegos, como consecuencia del aburrimiento de los soldados en las interminables horas de guardia y bueno,... el personal se calienta y cuando se cruza la fina línea del honor y el orgullo...ocurren cosas... el caso es que Federico quedo tuerto, pero los otros bravucones no quedaron muy bien parados tampoco, a uno el dedo cortado, otro el diente disparado y al otro desgraciado la oreja arrancada. Así que en Plasencia todos o casi todos conocían a este viejo soldado. Sobre todo los de la guarnición del castillo. Federico el tuerto, aquel que se duerme casi siempre apoyado junto a su lanza cada vez que le toca hacer guardia bajo la puerta del castillo de su señor. Federico tuvo varios hijos, algo muy normal en esos tiempos, de hecho de los cuatro que tuvo se dice que tres de ellos no fueron suyos,... las campañas del rey solían ser largas... también muy normal en esos tiempos. El ultimo que tuvo murió su madre al nacer, y Federico trato de enderezarlo para que no acabase como sus hermanos mayores, o sea unos golfos de mucho cuidado. En su adolescencia le mando como escudero con el hijo del señor durante un par de años.
Un buen día, Federico se desplomo de repente mientras hacia guardia como cada día bajo la puerta principal del castillo. ¡Ha muerto el tuerto!, ¡estaba muy cascao el hombre!, decían sus colegas los mas jóvenes, cuando lo encontraron tendido en el suelo en una fría mañana con neblina, típica de los días de otoño. Sus pocos amigos que le quedaba, casi de su misma quinta, con barba también canosa y cansados de la vida, avisaron al hijo, con quien vivía. ¡Tuerto!..., vuestro padre.... al tiempo que se quitaban la cofia de la cabeza en señal de luto.
Al hijo menor también lo llamaban tuerto, al principio como burla facilona, pero él, lejos de enfadarse lo asumió con orgullo y adopto el apodo como suyo....
-¡Federico,... hijo no permitas que te llamen de esa manera!...
-¡no se preocupe padre, a mi no me amedrentan!...
-¡pero...!
-¡padre...cuando practicamos con la espada muchos me tienen miedo,!...les oigo decir,...cuidado con ese, es el hijo del tuerto....
Una mañana de abril del 1200 el tuerto a sus veintipocos años, a lomos de su caballo, junto con unos amigos y un par de mozos al que pago ese mismo día se fueron con lo puesto por un camino por el que pasaba una caravana hacia León.
Muchos años mas tarde, en los principales reinos de Hispania, era bien conocido aquel nombre, ¡Tuerto!..."ese loco, que a lomos de su montura y su lanza en ristre embiste contra los escudos del enemigo como si se tratase del mismísimo diablo.
Hasta el mismísimo rey de navarra solicito los servicios de aquel temerario mercenario, convirtiéndole en su vasallo para sus campañas bélicas, prometiendo tierras, feudos y títulos. Su mesnada y sus sargentos mas leales le conocían como "capitán tuerto".
EL TUERTO
Cansados de andar, tratando de acomodarse sus escudos en sus espaldas para intentar de alguna manera hacer el trayecto mas liviano y humedecidos por la llovizna constante de las frías mañanas de octubre como es habitual en los campos de Navarra. Aquella mesnada de unos sesenta hombres en su mayoría infantería salvo por unos pocos que iban a la cabeza del grupo, a lomos de sus caballos, con sus largas lanzas, a paso tranquilo, uno de ellos llevaba un estandarte... un león en el centro sobre un campo de gules (rojo). En la mesnada había leoneses los mas veteranos, algunos castellanos y los últimos navarros y un pequeño grupo con sus turbantes y sus espadas curvas, provenientes de las taifas moras.
-¿falta poco para llegar?...
-Si, falta poco....
-Oye... y a este por que lo llaman tuerto
-Yo que se....
-...si no esta tuerto... a que no...
-No....
-Pregúntales a esos que van delante, a los leoneses...
¿Por que lo llamaban así?...
En la península ibérica del año 1199 d.c. un jovenzuelo escudero al servicio del hijo del señor de Plasencia tenia un nombre, como cualquier hijo de vecino, dicho nombre fue elegido por su padre, Federico, quien era viejo soldado,... pero viejo, de los de barba canosa, cansado y harto, muy arto de luchar en las campañas contra los moros, los portugueses y otras veces contra castellanos. Un viejo soldado al servicio del señor de Plasencia del viejo reino de León.
A este veterano soldado lo llamaban tuerto, pero no fue como consecuencia de las muchas batallas que libro, mas bien por una riña entre camaradas cuando fue joven. Riñas de juegos, como consecuencia del aburrimiento de los soldados en las interminables horas de guardia y bueno,... el personal se calienta y cuando se cruza la fina línea del honor y el orgullo...ocurren cosas... el caso es que Federico quedo tuerto, pero los otros bravucones no quedaron muy bien parados tampoco, a uno el dedo cortado, otro el diente disparado y al otro desgraciado la oreja arrancada. Así que en Plasencia todos o casi todos conocían a este viejo soldado. Sobre todo los de la guarnición del castillo. Federico el tuerto, aquel que se duerme casi siempre apoyado junto a su lanza cada vez que le toca hacer guardia bajo la puerta del castillo de su señor. Federico tuvo varios hijos, algo muy normal en esos tiempos, de hecho de los cuatro que tuvo se dice que tres de ellos no fueron suyos,... las campañas del rey solían ser largas... también muy normal en esos tiempos. El ultimo que tuvo murió su madre al nacer, y Federico trato de enderezarlo para que no acabase como sus hermanos mayores, o sea unos golfos de mucho cuidado. En su adolescencia le mando como escudero con el hijo del señor durante un par de años.
Un buen día, Federico se desplomo de repente mientras hacia guardia como cada día bajo la puerta principal del castillo. ¡Ha muerto el tuerto!, ¡estaba muy cascao el hombre!, decían sus colegas los mas jóvenes, cuando lo encontraron tendido en el suelo en una fría mañana con neblina, típica de los días de otoño. Sus pocos amigos que le quedaba, casi de su misma quinta, con barba también canosa y cansados de la vida, avisaron al hijo, con quien vivía. ¡Tuerto!..., vuestro padre.... al tiempo que se quitaban la cofia de la cabeza en señal de luto.
Al hijo menor también lo llamaban tuerto, al principio como burla facilona, pero él, lejos de enfadarse lo asumió con orgullo y adopto el apodo como suyo....
-¡Federico,... hijo no permitas que te llamen de esa manera!...
-¡no se preocupe padre, a mi no me amedrentan!...
-¡pero...!
-¡padre...cuando practicamos con la espada muchos me tienen miedo,!...les oigo decir,...cuidado con ese, es el hijo del tuerto....
Una mañana de abril del 1200 el tuerto a sus veintipocos años, a lomos de su caballo, junto con unos amigos y un par de mozos al que pago ese mismo día se fueron con lo puesto por un camino por el que pasaba una caravana hacia León.
Muchos años mas tarde, en los principales reinos de Hispania, era bien conocido aquel nombre, ¡Tuerto!..."ese loco, que a lomos de su montura y su lanza en ristre embiste contra los escudos del enemigo como si se tratase del mismísimo diablo.
Hasta el mismísimo rey de navarra solicito los servicios de aquel temerario mercenario, convirtiéndole en su vasallo para sus campañas bélicas, prometiendo tierras, feudos y títulos. Su mesnada y sus sargentos mas leales le conocían como "capitán tuerto".
