Bueno muchachada, las campañas multijugador de los total war han vuelto. Más de uno recordará la campaña que empecé con el bueno de SirMetrac al Napoleon TW. Campaña que no pudimos acabar porque el pobre muchacho se marchó para no volver. Poj bueno, ahora ha vuelto su hermano, Sir Agmar, con ganas de guerra. Guerra Total. Je. ¿Lo pilláis? Es por el nombre del juego.
En fin, la idea principal: Rome 2 Total War. Yo me pido a Roma y Agmar a Cartago. Además, cada vez que uno de nosotros luche una batalla contra un ejército de la IA, el otro controlará el ejército enemigo.
¿Suena bien, no? ¡Pues empecemos!
CAPÍTULO 1: UN MUNDO EN GUERRA
Península Itálica. Año 480 tras la fundación de la gran ciudad de Roma. La gran ciudad y la gran república que ya controla gran parte de esta rica península. Sólo al norte se nos oponen los belicosos pueblos de la liga Etrusca. Esos sucios cabreros llevan ya años importunando a nuestra poderosa república. Al sur, en la isla de Sicilia, la poderosa república de Cartago y la tiránica ciudad de Siracusa conviven en una inestable paz. Al este, los pueblos helénicos miran con ojos aviesos nuestras tierras. ¿Quién sabe lo que planean esos manipuladores déspotas de Epiro? Sólo el futuro nos lo dirá.
Nuestros enemigos son muchos, aunque no lo declaren de forma abierta. De momento nuestra prioridad debería ser hacer frente a las tribus etruscas del norte. Pronto enviaremos un gran destacamento desde la ciudad de Roma para atacar sus tierras, pues los informes de nuestros espías dicen que sus ciudades están totalmente desprotegidas de guerreros.
¡Menudos idiotas! No saben lo que se les viene encima.
Los ambiciosos hombres de Cartago, en su afán por controlar todas las tierras del Mediterráneo, declara la guerra a la colonia de Siracusa, en Sicilia. Es probable que Roma deba intervenir, pues si consiguieran hacerse con el control total de la isla, los africanos podrían llegar a ser un problema para nuestra república.
El verano es cálido en las tierras de la Campania Italiana. Las mujeres cosen, cocinan y van al río a por agua. Nuestros hijos juegan en el patio y nuestros esclavos preparan la comida del día. Los guerreros de Roma, tal y como debe ser, se preparan para ir a la guerra.
Velatri, una pequeña ciudad al norte de Roma, será el objetivo de nuestras legiones este verano. Esos desgraciados han dejado desprotegidas sus casas y a sus mujeres. Sin duda nosotros daremos mucha mejor cuenta de ambas cosas que ellos.
En una inexplicable furia guerrera, los desesperados aldeanos y milicias de la ciudad salen al encuentro de las legiones de Roma en campo abierto. Estos etruscos nos sorprenden cada vez más. Sabíamos que eran tan feos como los hispanos, pero ahora además sabemos que son tan idiotas como los galos.
Nuestras legiones avanzan, con una poderosa fuerza de hostigadores vélites en la vanguardia y una compacta masa de espadachines hastatii en la retaguardia. Los defensores de la ciudad hostigan a los nuestros lanzando piedras con sus hondas, pero nuestros escudos son fuertes, y los brazos del enemigo débiles.
Más problemas dieron los lanceros de la milicia de la ciudad, que iban armados de una manera medianamente competente. En varias ocasiones consiguieron flanquear a nuestros lanceros, provocando bastantes bajas entre nuestras filas.
En cualquier caso, nuestros hombres triplican en números a esos sucios etruscos, por lo que los hastatii llegan rápidamente para reforzar las filas de nuestros lanceros y destrozar al enemigo sin contemplaciones. Nuestro general, en una audaz maniobra, cruza las filas enemigas cabalgando velozmente para arrollar a los honderos etruscos que llevan hostigando a nuestros hombres desde el principio de la batalla. Los muy cobardes huyen despavoridos nada más oir el poderoso ruido de los cascos de nuestros caballos.
La victoria es total, y la ciudad de Velatri ahora pertenece a Roma.
En fin, la idea principal: Rome 2 Total War. Yo me pido a Roma y Agmar a Cartago. Además, cada vez que uno de nosotros luche una batalla contra un ejército de la IA, el otro controlará el ejército enemigo.
¿Suena bien, no? ¡Pues empecemos!
CAPÍTULO 1: UN MUNDO EN GUERRA
Península Itálica. Año 480 tras la fundación de la gran ciudad de Roma. La gran ciudad y la gran república que ya controla gran parte de esta rica península. Sólo al norte se nos oponen los belicosos pueblos de la liga Etrusca. Esos sucios cabreros llevan ya años importunando a nuestra poderosa república. Al sur, en la isla de Sicilia, la poderosa república de Cartago y la tiránica ciudad de Siracusa conviven en una inestable paz. Al este, los pueblos helénicos miran con ojos aviesos nuestras tierras. ¿Quién sabe lo que planean esos manipuladores déspotas de Epiro? Sólo el futuro nos lo dirá.
Nuestros enemigos son muchos, aunque no lo declaren de forma abierta. De momento nuestra prioridad debería ser hacer frente a las tribus etruscas del norte. Pronto enviaremos un gran destacamento desde la ciudad de Roma para atacar sus tierras, pues los informes de nuestros espías dicen que sus ciudades están totalmente desprotegidas de guerreros.
¡Menudos idiotas! No saben lo que se les viene encima.
Los ambiciosos hombres de Cartago, en su afán por controlar todas las tierras del Mediterráneo, declara la guerra a la colonia de Siracusa, en Sicilia. Es probable que Roma deba intervenir, pues si consiguieran hacerse con el control total de la isla, los africanos podrían llegar a ser un problema para nuestra república.
El verano es cálido en las tierras de la Campania Italiana. Las mujeres cosen, cocinan y van al río a por agua. Nuestros hijos juegan en el patio y nuestros esclavos preparan la comida del día. Los guerreros de Roma, tal y como debe ser, se preparan para ir a la guerra.
Velatri, una pequeña ciudad al norte de Roma, será el objetivo de nuestras legiones este verano. Esos desgraciados han dejado desprotegidas sus casas y a sus mujeres. Sin duda nosotros daremos mucha mejor cuenta de ambas cosas que ellos.
En una inexplicable furia guerrera, los desesperados aldeanos y milicias de la ciudad salen al encuentro de las legiones de Roma en campo abierto. Estos etruscos nos sorprenden cada vez más. Sabíamos que eran tan feos como los hispanos, pero ahora además sabemos que son tan idiotas como los galos.
Nuestras legiones avanzan, con una poderosa fuerza de hostigadores vélites en la vanguardia y una compacta masa de espadachines hastatii en la retaguardia. Los defensores de la ciudad hostigan a los nuestros lanzando piedras con sus hondas, pero nuestros escudos son fuertes, y los brazos del enemigo débiles.
Más problemas dieron los lanceros de la milicia de la ciudad, que iban armados de una manera medianamente competente. En varias ocasiones consiguieron flanquear a nuestros lanceros, provocando bastantes bajas entre nuestras filas.
En cualquier caso, nuestros hombres triplican en números a esos sucios etruscos, por lo que los hastatii llegan rápidamente para reforzar las filas de nuestros lanceros y destrozar al enemigo sin contemplaciones. Nuestro general, en una audaz maniobra, cruza las filas enemigas cabalgando velozmente para arrollar a los honderos etruscos que llevan hostigando a nuestros hombres desde el principio de la batalla. Los muy cobardes huyen despavoridos nada más oir el poderoso ruido de los cascos de nuestros caballos.
La victoria es total, y la ciudad de Velatri ahora pertenece a Roma.