Saludos, y antes de comenzar, un enfático y poderoso agradecimiento a cualquiera que se moleste en pasar por aquí, leer y comentar. No me enrrollo más, que empieza la historia y nos la perdemos.
Lo dicho, un saludo.
Juego: Mount&Blade 0.960
Mod: Hegemony 286 b.c.
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Aquí todo se decide a golpe de espada. ¿Quién se casa con la mujer más guapa de la aldea? El que más fuerte dé el golpe de espada. ¿Quién decide a qué dios se le dedica la oración de cada día? El que mejor maneja el hierro. El resto, no importa. Todo lo demás se quema con aguamiel en la taberna.
Pienso que si nuestras fuerzas las dedicáramos a construir podríamos ser una tribu enorme, pero no tengo el golpe de espada suficiente para sacar a estos bárbaros de la taberna.
Soy Leucón, hispano de las tribus del sureste. Mi gran defecto, no amar la fuerza bruta, sin la que no eres nadie en una tribu bárbara. Pero estoy dispuesto a ganar reputación. Conseguiré una posición con la cual organizar a estos hombres y hacer que nuestro pueblo crezca. Por eso decidí participar en el torneo que se realiza cada año, cuando los árboles florecen.
Sin embargo, el resultado fue el esperado. Más heridas de las que podía contar, y un agrdecimiento a los dioses por no haberme enviado con ellos prematuramente. Entonces decidí abandonar mi idea de dirigir la aldea. Hasta hoy.
- Ya te dije yo que no era buena idea venir a comerciar a Hispania. Estos bárbaros no compran nada más que bebidas, nada de refinada joyería ni vestidos. Y pensar que hemos cruzado todos estos bosques con lo cómodas que eran las carreteras romanas...
Me dirigí al lugar de la taberna del que provenía aquella voz y me acerqué a su dueño.
- ¿Conoces el mundo fuera de estos bosques? - le pregunté.
- ¿Que si lo conozco? Soy comerciante. Creéme, ojala estos bosques no los hubiera conocido nunca.
- ¿Hay lugares mejores que Hispania? ¿Es lo que intentas decir?
- ¿Mejores que las aldeas estas llenas de borrachos? Tendrías que ver Roma...
- ¿Y no habrá algún lugar donde la gente intente mejorar las cosas en lugar de simplemente luchar?
El hombre estuvo unos segundos pensativo.
- Te gustaría Grecia. Allí muchos hombres son famosos por tener barba y pensar muchas cosas. Los llaman filósofos.
- ¡Llévame allí! - grité casi instintivamente.
- Nosotros somos tracios. Los griegos nos llaman bárbaros y los bárbaros nos llaman griegos. Nuestra tierra está al norte de Grecia. Puedes acompañarnos hasta allí si quieres, somos un grupo de 11 hombres, es peligroso viajar sólo por los caminos y nos vendría bien tu espada.
Sonreí. Había un lugar del mundo en el que la gente se preocupaba de aprender y mejorar, más que de demostrar su fuerza. Preparé mi ligero equipaje y me uní a la caravana de los tracios. Nos preparamos para cruzar Hispania rumbo a la frontera con La Galia. Pedí a los dioses que nos facilitaran el camino.
Lo dicho, un saludo.
Juego: Mount&Blade 0.960
Mod: Hegemony 286 b.c.
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CAPÍTULO 1 - 150 a.c.: Tribus
Aquí todo se decide a golpe de espada. ¿Quién se casa con la mujer más guapa de la aldea? El que más fuerte dé el golpe de espada. ¿Quién decide a qué dios se le dedica la oración de cada día? El que mejor maneja el hierro. El resto, no importa. Todo lo demás se quema con aguamiel en la taberna.
Pienso que si nuestras fuerzas las dedicáramos a construir podríamos ser una tribu enorme, pero no tengo el golpe de espada suficiente para sacar a estos bárbaros de la taberna.
Soy Leucón, hispano de las tribus del sureste. Mi gran defecto, no amar la fuerza bruta, sin la que no eres nadie en una tribu bárbara. Pero estoy dispuesto a ganar reputación. Conseguiré una posición con la cual organizar a estos hombres y hacer que nuestro pueblo crezca. Por eso decidí participar en el torneo que se realiza cada año, cuando los árboles florecen.
Sin embargo, el resultado fue el esperado. Más heridas de las que podía contar, y un agrdecimiento a los dioses por no haberme enviado con ellos prematuramente. Entonces decidí abandonar mi idea de dirigir la aldea. Hasta hoy.
- Ya te dije yo que no era buena idea venir a comerciar a Hispania. Estos bárbaros no compran nada más que bebidas, nada de refinada joyería ni vestidos. Y pensar que hemos cruzado todos estos bosques con lo cómodas que eran las carreteras romanas...
Me dirigí al lugar de la taberna del que provenía aquella voz y me acerqué a su dueño.
- ¿Conoces el mundo fuera de estos bosques? - le pregunté.
- ¿Que si lo conozco? Soy comerciante. Creéme, ojala estos bosques no los hubiera conocido nunca.
- ¿Hay lugares mejores que Hispania? ¿Es lo que intentas decir?
- ¿Mejores que las aldeas estas llenas de borrachos? Tendrías que ver Roma...
- ¿Y no habrá algún lugar donde la gente intente mejorar las cosas en lugar de simplemente luchar?
El hombre estuvo unos segundos pensativo.
- Te gustaría Grecia. Allí muchos hombres son famosos por tener barba y pensar muchas cosas. Los llaman filósofos.
- ¡Llévame allí! - grité casi instintivamente.
- Nosotros somos tracios. Los griegos nos llaman bárbaros y los bárbaros nos llaman griegos. Nuestra tierra está al norte de Grecia. Puedes acompañarnos hasta allí si quieres, somos un grupo de 11 hombres, es peligroso viajar sólo por los caminos y nos vendría bien tu espada.
Sonreí. Había un lugar del mundo en el que la gente se preocupaba de aprender y mejorar, más que de demostrar su fuerza. Preparé mi ligero equipaje y me uní a la caravana de los tracios. Nos preparamos para cruzar Hispania rumbo a la frontera con La Galia. Pedí a los dioses que nos facilitaran el camino.
Última edición por Leucon el Dom Oct 21, 2012 11:23 pm, editado 3 veces