En esta AARs es usado el Mod "Militarized Calradia"
Ya había pasado un año desde que había pisado por primera vez tierra Calradiana, tal vez era momento de hacer una pausa, recapitular todo lo que había vivido desde ese momento. En la actualidad toda Calradia conocía mi nombre, desde las Tierras nórdicas hasta las áridas tierras Sarraníes, había sido capaz de asentarme de forma cómoda y austera en un reíno, estaba comprometido y tenía un gran y fiel ejercito, sin embargo, llegar hasta acá no había sido fácil, es más, este año había estado lleno de agitaciones y problemas que valían la pena recordar.
Era hora de dejar todo atrás, de marcar punto final a mis rencillas familiares y dar inicio a una nueva vida, ya lo había perdido todo, de forma que no había mucho más que perder. Agarrando algunas de mis pocas pertenencias que tenía, un arco y flechas, un hacha y un caballo, carne y pieles, y algo de denares, partí rumbo hacia las afamadas y aclamadas tierras de Calradia, donde se podía conseguir tanto honor y gloria, como deshonor y miseria, era el lugar perfecto para comenzar de nuevo, se sentía como si toda mi vida hubiera estado esperando esta oportunidad, de esa forma me uní a una caravana que por esas cosas de la vida me encontré en el camino y me dirigí a la ciudad a la cual iba esa caravana, "Praven".
El viaje fue largo, pero sin penurias, aproveché la instancia para conversar con los soldados que acompañaban a la caravana para poder defender esta en caso de ataque. Dentro de las cosas que me contaron estaba el hecho de que Calradia se dividía en seis reinos, Reino de Swadia, Khanato Khergit, Sultanato Sarraníe, Reino Vaegir, Reino del norte y Reino Rhodok, Praven, la ciudad a la cual me dirigía, pertenecía al Reino de Swadia; además me contaron que Calradia estaba sumida en un caos increíble donde todos los reinos luchaban por hacerse con el poder de toda la tierra y unificar así el territorio, sin embargo, parecía una tarea casi imposible, aquello me emocionaba y me hacía pensar si algún día podía llegar a formar parte importante de algún reino.
Llegamos al anochecer a la ciudad, sin mucho tiempo me busqué un lugar donde dormir. Al día siguiente me desperté por el fino sonido que se produce al desenvainarse una espada de su funda, sobresaltado me levanté y me encontré con un bandido que osaba asaltarme, no estaba mal, sería una buena instancia para probar mis habilidades, de forma que sin dudarlo retiré mi arco y le puse una flecha, tensando el arco solté la flecha la cual se despegó de forma veloz y con gran fineza, para impactar en el cráneo de mi oponente para provocar su súbita e inevitable muerte.
Con una sonrisa en mi rostro partí rumbo al mercado de la ciudad donde vendí mis pieles a un módico precio, estaba listo para dirigirme hacia la taberna donde buscaría a algún camarada que se uniera a mi causa, dentro encontré a un interesante sujeto con rasgos mongólicos, tenía buena contextura y un aura aceptable, con una sonrisa en mi cara me acerqué a él.
-Buen día, ¿Sucede algo?-Cuestioné de forma amistosa al ver su rostro de preocupación, tal vez no me incumbiera, pero había aprendido que siendo amable y demostrando interés en los demás hacerse amigos era algo fácil.
Aquel hombre me miró completamente extrañado, casi anonadado, tal vez no era normal actuar así, sin embargo, esbozo una leve sonrisa para luego contestar -Buen día, no sucede nada, es solo que pensaba que hacer ahora, como soldado estoy acostumbrado a servirle a alguien en la guerra, sin embargo, ahora no tengo a nadie a quien ayudar con su causa...-Contestó con una mirada cabizbaja.
Aquello me venía como anillo al dedo, tal vez podría ser mi primer compañero de armas, de manera que sin vacilar me senté frente a él y retirando unos cuantos denares, bastantes a decir verdad, le puse una bolsa con estos sobre la mesa junto con una mirada decidida.
-Pues alégrate hombre, tal vez el destino nos ha hecho que nos juntemos hoy para pelear juntos, ¿Estarías interesado en unirte a mi causa?-Mi sonrisa era de oreja a oreja, mi mirada estaba fija en sus ojos, más bien mi mirada estaba puesta hacia adelante, en el futuro, en lo que me deparaba, lo que yo no sabía era que el futuro que me deparaba era mucho mejor de lo que yo me imaginaba, sin embargo, no sería algo fácil.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
P/D: Sé que este primer capítulo es bastante lento, pero es por ser el comienzo, ya en el segundo capítulo las cosas se aceleraran un poco más ^^
Prólogo: "El día que todo inició"
Día 365 desde el arribo a Calradia...
Día 365 desde el arribo a Calradia...
Ya había pasado un año desde que había pisado por primera vez tierra Calradiana, tal vez era momento de hacer una pausa, recapitular todo lo que había vivido desde ese momento. En la actualidad toda Calradia conocía mi nombre, desde las Tierras nórdicas hasta las áridas tierras Sarraníes, había sido capaz de asentarme de forma cómoda y austera en un reíno, estaba comprometido y tenía un gran y fiel ejercito, sin embargo, llegar hasta acá no había sido fácil, es más, este año había estado lleno de agitaciones y problemas que valían la pena recordar.
Día 1
Era hora de dejar todo atrás, de marcar punto final a mis rencillas familiares y dar inicio a una nueva vida, ya lo había perdido todo, de forma que no había mucho más que perder. Agarrando algunas de mis pocas pertenencias que tenía, un arco y flechas, un hacha y un caballo, carne y pieles, y algo de denares, partí rumbo hacia las afamadas y aclamadas tierras de Calradia, donde se podía conseguir tanto honor y gloria, como deshonor y miseria, era el lugar perfecto para comenzar de nuevo, se sentía como si toda mi vida hubiera estado esperando esta oportunidad, de esa forma me uní a una caravana que por esas cosas de la vida me encontré en el camino y me dirigí a la ciudad a la cual iba esa caravana, "Praven".
El viaje fue largo, pero sin penurias, aproveché la instancia para conversar con los soldados que acompañaban a la caravana para poder defender esta en caso de ataque. Dentro de las cosas que me contaron estaba el hecho de que Calradia se dividía en seis reinos, Reino de Swadia, Khanato Khergit, Sultanato Sarraníe, Reino Vaegir, Reino del norte y Reino Rhodok, Praven, la ciudad a la cual me dirigía, pertenecía al Reino de Swadia; además me contaron que Calradia estaba sumida en un caos increíble donde todos los reinos luchaban por hacerse con el poder de toda la tierra y unificar así el territorio, sin embargo, parecía una tarea casi imposible, aquello me emocionaba y me hacía pensar si algún día podía llegar a formar parte importante de algún reino.
Llegamos al anochecer a la ciudad, sin mucho tiempo me busqué un lugar donde dormir. Al día siguiente me desperté por el fino sonido que se produce al desenvainarse una espada de su funda, sobresaltado me levanté y me encontré con un bandido que osaba asaltarme, no estaba mal, sería una buena instancia para probar mis habilidades, de forma que sin dudarlo retiré mi arco y le puse una flecha, tensando el arco solté la flecha la cual se despegó de forma veloz y con gran fineza, para impactar en el cráneo de mi oponente para provocar su súbita e inevitable muerte.
Con una sonrisa en mi rostro partí rumbo al mercado de la ciudad donde vendí mis pieles a un módico precio, estaba listo para dirigirme hacia la taberna donde buscaría a algún camarada que se uniera a mi causa, dentro encontré a un interesante sujeto con rasgos mongólicos, tenía buena contextura y un aura aceptable, con una sonrisa en mi cara me acerqué a él.
-Buen día, ¿Sucede algo?-Cuestioné de forma amistosa al ver su rostro de preocupación, tal vez no me incumbiera, pero había aprendido que siendo amable y demostrando interés en los demás hacerse amigos era algo fácil.
Aquel hombre me miró completamente extrañado, casi anonadado, tal vez no era normal actuar así, sin embargo, esbozo una leve sonrisa para luego contestar -Buen día, no sucede nada, es solo que pensaba que hacer ahora, como soldado estoy acostumbrado a servirle a alguien en la guerra, sin embargo, ahora no tengo a nadie a quien ayudar con su causa...-Contestó con una mirada cabizbaja.
Aquello me venía como anillo al dedo, tal vez podría ser mi primer compañero de armas, de manera que sin vacilar me senté frente a él y retirando unos cuantos denares, bastantes a decir verdad, le puse una bolsa con estos sobre la mesa junto con una mirada decidida.
-Pues alégrate hombre, tal vez el destino nos ha hecho que nos juntemos hoy para pelear juntos, ¿Estarías interesado en unirte a mi causa?-Mi sonrisa era de oreja a oreja, mi mirada estaba fija en sus ojos, más bien mi mirada estaba puesta hacia adelante, en el futuro, en lo que me deparaba, lo que yo no sabía era que el futuro que me deparaba era mucho mejor de lo que yo me imaginaba, sin embargo, no sería algo fácil.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
P/D: Sé que este primer capítulo es bastante lento, pero es por ser el comienzo, ya en el segundo capítulo las cosas se aceleraran un poco más ^^