[Rol por foro - V.2] Calradia al borde del colapso. - No se aceptan nuevos personajes

Calradia al borde del colpaso.

Tipo: Mundo ficticio, realista.
Época: S. XIII. - (1200)
Descripción:
Nos ubicamos en el conteninente de Calradia, el que aparece en Mount & Blade: Warband. El reino de Rhodok no reconoce la autoridad del rey de Swadia, a quien lo expone como ilegítimo. Un hombre que asegura ser el hermano mayor del actual Rey, y a quien debería pertenecerle el trono, se encuentra exiliado en el reino de Rhodok, y con el apoyo de todo el reino es capaz de invadir Swadia en busca de lo suyo.
Esta situación de inequilibrio se transmite rápidamente a los demás reyes de Calradia, que están dispuestos a ayudar a uno u otro en la guerra, motivados por sus intereses personales, como la expansión y la acumulación de riquezas, y por intrincadas tramas de traición y enemistad.

Ventajas: Es un mundo conocido por la mayoría. No es muy amplio, por lo que los personajes podrán interactuar con mayor facilidad. No tiene rasgos muy complicados para aprender.

Desventajas: Al ser un mundo conocido, es muy probable que aburra a los que buscan algo diferente.

Mapa:

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Ayuda:

Manual básico para el rol - Modificado - Novedades
Manual donde se describen los sistemas, las reglas, TODO lo necesario para que comiences. ¡Léelo antes de postear y ante cualquier duda!

Hojas de personaje - TXT

Hojas de personaje - Hoja de cálculos - Comparativa

Habitantes de Calradia

Guía de indumentaria medieval.

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Importante:
Orden de posteo:
Se determinó mediante el sorteo a través de la web: www.sortea2.com

Puesto 1: Jan Kärlsson
Puesto 2: Albert De Sargoth
Puesto 3: Juan Cantillo
Puesto 4: Ulric Meddenheim
Puesto 5: Alexis Volk
Puesto 6: Vladimir Astusar Yaglok
Puesto 7: Jhosep Haringot
Puesto 8: Maxwell Evans McArthur

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Comienzo del rol.

Los primeros roles serán en la zona marcada con rojo, a modo de prueba. No usaremos aún todo el continente.

El otro post quedará para debatir cuestiones de la índole del rol, esto post será únicamente usado para postear los relatos del rol que cada uno de los personajes busque llevar.

Período: Lunes. Del amanecer hasta el atardecer

La primavera había llegado al continente de Calradia. En la planicie swadiana, específicamente, los árboles y arbustos comenzaban a llenarse de flores, los pájaros comenzaban sus largas serenatas a la luz del día, y en los campos comenzaba la época de cosecha y abundancia. El Rey Harlaus estaba cómodamente durmiendo en la alcoba de su castillo, en Praven, cuando su esposa vino a despertarlo.
-Querido, ha llegado un mensajero desde el reino de Rhodok, inciste que quiere verte.
-Enseguida voy mujer, déjame vestirme.
Así lo hizo, luego de vestirse con un jubón bordó, guantes de piel negra, y unos calzones negros. Se calzó unas botas de cuero y salió entonces a la sala a recibir al sorpresivo mensajero. Una vez sentado en su trono, dejó pasar al recién llegado.
-¿Qué noticias traéis de nuestros vecinos de las montañas? -dijo Harlaus con su voz gruesa desde el asiento señorial-.
-Una carta sellada del Rey Graveth -dijo mientras extendía un sobre que tenía un sello verde en el medio-.
Ya roto el sello, el Rey se dispuso a leer el mensaje. Sus ojos se abrieron más de lo normal, arrugó con ira el papel y cuando levantó la vista para buscar al mensajero, éste ya no estaba en la sala.
-¡TRAIGAN A ESE MENSAJERO! -gritó mientras se levantaba del trono- ¡LO QUIERO MUERTO!.

Pasaron las horas y al llegar la tarde, Harlaus se reunió con uno de sus sirvientes. Recostado en una silla de la habitación, el Rey comenzó a decir.
-Traed al conde Claus, decidle que he decidido nombrarlo mariscal. Que venga de inmediato, son asuntos de extrema importancia, muy delicados.
-¿Habrá una guerra mi señor?
Harlaus miró al sirviente con la indecisión y la desesperación marcadas en el rostro.
-No lo sé.

Doy nuevamente inicio al rol, tal y como empezamos la última vez. Espero que ahora se lo tomen todo más ligero y respeten los nuevos sistemas que han sido agregados. Cualquier duda o consulta pueden escribirla en el otro post o felizmente atenderé su MP. ¡A darle! Un tropezón no es caída, podemos follarnos el continente cuantas veces queramos.

El próximo en postear será: Jan Kärlsson. Adelante.

Me levanté por la mañana, muy temprano. Estaba sudando. Tenía una mala sensación, y sé qué pasa cuando me levanto así. Guerra.

Salí vestido y aseado, y caminé por todo mi campamento, que tantos años ha permanecido oculto en los montes. Oí ruidos y supe que mi leal sargento Lindberg había acabado la guardia.

-Buenos días, Jan. ¿Te has levantado pronto, eh?

-Sí, puedes irte a descansar.

-Así lo haré, pero debo decirte los hombres que mandé ayer a patrullar vendrán con un mensajero, aproximadamente a la hora de empezar el entrenamiento.

-¡Perfecto, noticias frescas! ¿Han dicho algo más?

-El hombre que vino no dijo nada más. Habrá que esperar.

Para cuando era la hora, llegaron mis hombres con el mensajero. Iba hecho de tierra y barro. Hace poco huyó de Praven, ya que Harlaus le había declarado la muerte.
Hablamos como una hora, y lo único que pudimos saber con certeza es que el rey Graveth quería invadir Swadia, y que disponía de muchos efectivos para hacerlo. Aproximadamente 10.000, algo muy difícil de ver.
Principalmente me lo tomaba a broma, sería sólo una provocación. últimamente era muy típico entre estos dos reinos.

Le dí al mensajero 1 denar de oro y comida. Lo demás era por su cuenta.
Empecé a entrenar a mis tropas despreocupadamente, si había guerra, ya nos contratarían.

Aviso:

Se dejará de lado el orden. De ahora en adelante se limitará a los usuarios a un (1) post por período de tiempo pactado. Es decir, de ahora en adelante postearán en cualquier orden.
Procederé a retirar eso del manual, que siga el que primero lea esto.

La guerra, la guerra siempre es la misma.
Por todos los rincones de Rhodok se comenta la posibilidad de entrar en guerra con nuestros antaños señores, los swadianos.
Según pude sacar a la cocinera de la corte, el rey Graveth "reclama para el bien del reino la anexión de Swadia"

Para un vaegir exiliado, una nueva guerra en Caraldia suponía la riqueza, pues de tiempos inmemoriables, los vaegires han sido expertos en arcos (no igualaban la supremacía kherguita, pero la rozaban) y también somos buenos con la cimitarra.

Actualmente, se me había encomendado la misión de atrapar un fugitivo, en el pueblo de Yaragar (perteneciente a Swadia) si cumplía con éxito la tarea, sería un buen comienzo en Rhodoks, además 300 denares de oro, me esperaban junto con Talbar, el lord que me encomendo la tarea.

Había partido de Ergellon hacía 4 días, cuando por fin llegue a Yaragar, era una mañana preciosa, que vivía comodamente con la población del pueblo.
Encontrar al malhechor no fue tarea fácil, casi dado por vencido, me uní a una pequeña fiesta en la taberna del pueblo, los ánimos al verme entrar, se bajaron, solo la idea de un extranjero en estos tiempos suponía el rechazo de cualquier comunidad.
Me acerque lentamente al camarero, que varías veces rehusó de servirve, hasta que le puso mi bien amada espada en su regordita panza.
-No buscamos pelea,extranjero..-Dijo el camarero como si aquella situación fuera de lo más normal.
-Ni yo tampoco, decirme pues, donde se encuentra Talbor de Yaragar, y me iré por donde he venido.

El ambiente declinó mas si se podía, muchos lugareños se miraban entre sí, aguardando alguna señal, de repente un aldeano de no más de 18 años se avalanzo sobre mi, pero quedo ensartado por la punta de mi espada, al caer de rodillas, en un breve giro, le degollé el cuello.
Otros 2 aldeanos también se unieron a la refriega, tome una jarra de cerveza y se la estampe al primero que se me acerco, acto seguido le hice una raja en el vientre, de donde salieron sus intestinos, el último asaltante, que por su suerte venía armado, con una simple hoz, esquivó 2 de mis golpes, pero la eficacia de mi espada, ganó a la hoz, partiendo su cabeza en dos.

Entre llantos y maldiciones, una señora se tiró sobre el primer joven, entre llantos me dijo.
-¡Está en mi casa!La última de la calle.-Decía mientras lloriqueaba.

Me marche con cuidado de aquella tarbena, aquella plácida mañana se había convertido para aquel pueblo en una matanza.
Cuando llegue a la casa (que estaba hecha de madera y paja) encendí una antorcha y la tire al tejado.
A los pocos minutos, un joven salio envuelto en llamas, justo cuando se acercaba ante mi, le corte la cabeza y me la lleve como insignia de mi éxito.

Me marche de aquel pueblo a lomos de mi caballo, cuando me alejaba más bonito era el fuego que se tragaba toda la aldea, poco a poco y la noche se acercaba.

Horas y horas cabalgando, por un simple capricho de mi tio Harlaus, todo estaba tan tranquilo por allá en tierra Santa.. Cuando vi el polvo de un caballo en el horizonte lo supe, mi tio estaba necesitandome, tan pronto como llego el mensajero yo ya estaba listo, mi equipo estaba empacado, mi corcel ensillado y mis hombres preparados para comenzar el largo viaje a Calradia, ya van 2 dias sin parar, aveces para no perder el tiempo comemos mientras cabalgamos y esto ya me tiene arto.

-Alto todos!- Grite levantando mi mano haciendo señales.
-Alto todos..Alto todos..- Dijeron algunos de mis hombres para que los de mas atras no se perdieran la orden.

Mi emisario se acerco.
-Mi señor, por que hemos parado?, os recuerdo que vuestro tio Harlaus os necesita.- Dijo tan rapido como llegó.
-Dejame hacer mis cosas yo solo, Ilius, que ya soy algo mayor para que me des ordenes.- Fue mi respuesta, aunque un poco arrogante, cierta.

-Descansaremos en este pueblo, en 3 horas seguiremos el camino a Praven, asi que descansad bien.-

Entré a las caballerizas del pueblo luego de comprar comida para mis hombres y me dispuse a peinar a mi caballo, los des ensille y al tomar un cepillo me tomaron de la mano.

-Eres de la nobleza, ¿verdad?- Dijo una dulce voz a mis espaldas.
-Si, hermosa doncella, ¿como lo supisteis? ¿Acaso por mi heraldica armadura y mi ejercito?-
Se rió mientras yo me volteaba, cuando la miré a los ojos quedé encantado, un azul que me recordó al cielo de mi patria, el sol brillaba en sus ojos y su boca, ah.. su boca era como un manantial, nunca habia visto tan bella imagen.

-Como os llamais, ¿mi lord?- Dijo mientras me hacia una reverencia
-Soy Sir Jhosep de Suno, pero no me hagas reverencia, que me sonrojo, y tu, ¿como te llamas?
-Soy Fiara, hija del jefe de la aldea, mucho gusto señor,me disculpo por haberos distraido.-
-Para nada!, ven, cuentame sobre ti, hace tiempo no hablo con alguien sobre un tema que no es cabalgar o guerra; porfavor, no te vallas.

Hablamos y hablamos por horas, o almenos eso me parecio pues estaba aun perdido en su mirada, nunca habia conocido a alguien tan interesante como Fiara, pero mi deber me llamaba y aunque me doliera interrumpirla tenía que irme.

-Disculpame Fiara, pero debo irme, espero que nos veamos de nuevo-
-Adios Jhosep, yo tambien lo espero-

Ensillé mi corcel y me dispuse a seguir en el camino.

En media hora ya estaba en Praven, mi tio me recibio como a todo un rey y dispuso uno de sus mejores apocentos, hizo que mataran un cordero y comimos como los dioses ese dia.

-Bien tio, ¿para que me has llamado?- Le dije a mi tio mientras aun me limpiaba la salsa de mi boca.
-Veras querido sobrino, el reino está en desorden y el rey de Rhodok no quiere aceptar que la soberanía de Calradia me pertenece por linaje.
-Ya veo, así que..- Fui interrumpido por un golpe en la puerta.

-Mi señor, mi señor..- Era un mensajero que estaba cansado, al punto del colapso, pues corrio por toda la ciudad para llevarle a Harlaus el recado.
-..Los aldeanos no estan felices señor, hay una manifestacion en la plaza..-
-Siento que no podamos hablar mas Jhosep, pero es necesario acudir.-
-Para nada, tio, al contrario, creo que deberia acompañarte para que el pueblo me vea de nuevo y recuerden quien soy cuando me vean en la calle.-

Salimos por las enormes puertas del castillo y nos dirigimos hasta la plaza..

El sol se levanta,¿He tardado tanto en una misión tan simple?¿Cargarme a un pequeño grupo de bandidos del bosque me tomó toda la noche? bueno aunque molesto no es pecado.Con los Rhodoks tan alterados los mercaderes quieren cerrar los tratos a toda velocidad para evitar los ataques de los nobles que de nobleza tienen lo que agua el desierto de Saharrán.Robar en estos momentos estos momentos es una mala idea y un error de principiante,eso lo sé porque pasé algún tiempo entre bandidos para ganarme el pan y eso no me avergüenza,entre los actos de un salteador del camino y un noble solo hay un par de títulos y la excusa patética de la guerra.Como si se necesitase una guerra para que los hombres se maten y roben.

Bueno debo limpiar mi maza y prepararme para el viaje devuelta a Uxkhal.Voy a pie por lo que llegar allá me tomará todo el día,pero no tengo prisa,me pagarán de todos modos ni bien le muestre el saco con cabezas y si se niegan me cobraré por mi mismo,uno o dos muertos más no me llevarán más adentro del infierno.El camino es largo y está por llover,mi experiencia me dice que lloverá al anochecer,el viento me lo dice a gritos.

Allí estaba yo cabalgando con mi compañero Ardo en busca de algo

El me preguntaba que era pero yo no quería respondedle pero ¿porque?

Simplemente porque lo que se venia en Praven era una guerra y lo que buscábamos no era mas ni menos que gran parte de la guerra

AH la guerra siempre es lo mismo.Ni mas ni menos que por Poder , Riquezas , Amor e incluso lo mas ilógico: Aras de Honor

Sangre siempre lo mismo derramamiento en todas partes.Damas,Nobles,Campesinos ,Ciudadanos y Soldados miles de ello mueren.Como en la Caída del imperio miles de personas murieron fue una masacre de todos lados. Ya uno no puede estar tranquilo porque el enemigo te ataca no hay compasión mucho menos HONOR.

¿Pero porque?¿Porque no hay HONOR?

Alguien que mata otro por una cosa ilógica no tiene Honor

No importa mi honor se perdio hace años pero es hora de reponerlo.Esta sera la ultima guerra. MORIRE EN ELLA
MORIREMOS LOS 3
!!POR CALDARIA,POR SWADIA¡¡

Todo eso rodeaba mi mente en el momento que Praven abrio sus puertas a nosotros

-Ardo nos tengas miedo dijo el Señor- Le dije bajando de mi caballo

-No tengo miedo ¿porque he de tenerlo? - Dijo bajando de su caballo

-Ardo lo que buscamos es mi Hermano-Le dije atemorizado de que me abandone

-Estas loco-me dijo aterrorizado

-Vamos te lo explicare mas tarde- le dije entrando a la ciudad

Período: Lunes - Atardecer al anochecer.

(No haré algún rol, ya que no se me ocurre nada con relevancia este mismo día)

Miré el fondo de la jarra, estaba tan vacía como mi bolsillo, y ya empezaba a deber denares a posaderos hasta el punto en el que mi reputación se estaba empezando a extender por todos los locales de Dhirim. Había acabado en un lugar destartalado, con olor a estiércol y mala cerveza. Pero era un caballero errante, y era el destino de un caballero errante en tiempos de paz. Me aseguré de que tenía en el lugar correcto los cuchillos y salí del antro. Los callejones oscuros de los lugares marginales no eran un sitio seguro, pero siempre eran uno donde había gente a la que robar.

Hace dos semanas que había sido mi último contrato y pagaban una miseria, escupí al suelo y me dirigí a hablar con Alexios, justo a la hora del lobo, como era lo acordado. El sitio estaba justo dentro de las murallas, en un lugar oculto junto a una herrería. Alexios esperaba con una antorcha junto en la calle, con el hierro preparado. Dos hombres le acompañaban, vestidos de forma algo lujosa, pero se podía ver el metal bajo sus ropas.

- Entra, mi buen amigo, dentro tenemos queso y sidra, y calor, por dios, que frío hace.


Hizo una seña y con una barra de hierro uno de ellos abrió la entrada. Uno a uno bajamos una escalera de madera, dentro, como dijo, una mujer nos sirvió en una mesa destartalada queso duro y sidra insípida, pero era algo para llenar el estómago.

- Mi buen amigo, tengo muchos planes, tengo noticias de mis espías, dicen que pronto se declarará una guerra...

- Y eso me incluye a mi, pero no eres un simple reclutador, quieres algo más que dinero o gloria.

- Como todos. – Alexios sonrió y bebió un trago largo- Tu necesitas dinero, y yo necesito que acabes con esta persona.


Tendió un papel con un retrato sobre la mesa, lo miré y le contesté:

- Sabes bien lo que esto cuesta.

- Y tu sabes de sobra que tengo lo necesario, solo cumple tu trabajo. No me falles, mátale.

- Soy un...

- Caballero, pero ahora te necesito de asesino, aunque en definitiva todo se reduce a lo mismo, acabar con sangre.


Me levanté y me dirigí a la salida.

Era tarde, la noche se alzaba poco a poco por Caraldia, después del pequeño "incidente de Yaragar" llegue a Vyincourd, a las pocas horas, Talbar había montado una gran fiesta en el castillo, para celebrar la "gloria de Rhodok" tontería como otra cualquiera.

-Alto y seña.-Me dijo el sargento del castillo
-Soy un trabajador de conde Talbar, abrir las puertas.
-Lo siento, sin la contraseña no podréis pasar.
-Si no me dejáis pasar, se lo diré a Talbar, hará que os despidan, que vuestra familia se arruine, y que viváis la peor vida que puede haber en Caraldia.-Dije muy tranquilo

El guardia abrió sin rechistar, cuando entre al castillo la fiesta estaba a punto de terminar, por suerte llevaba la cabeza en un saco.
-¡Oh Vladimir, habéis venido, pero la fiesta ha acabado!.-Dijo él, mientras el coro de risas de los otros nobles se unían.
-Mi señor... aquí traigo lo vuestro.-Y puse el saco en la mesa.
Muchos nobles intrigados, preguntaron y preguntaron que había en el saco, incluso alguna doncella se unia a ese interrogatorio.

El conde Talbar medio borracho me dio permiso, cuando saque la cabeza medio quemada, más de unos cuántos señores (que decían que eran los más bravos)echaron todo lo que el estómago tenía.
Después de confirmar la identidad del muerto, Talbar me pago lo que me debía y además me dio otra misión.

-Necesito que encuentras a un espía de los nuestros, la clave, el oro es el único rey.
-Por supuesto señor,¿donde se encuentra?
-En Dhirrim.
Después de pensarmelo un poco acepté, Dhirrim estaba a 300 leguas y cuánto antes llegase, antes recibiria mi pago.